Hoy es cualquíer día,
cualquíer día
en el espectrum
del ir y venir
cuándo la flor crece
sin morir,
cuando luz y sus sombras,
en balance,
infinitamente se estremezclan
sin descanso, sin fín.
...Cuando todo parece
ajeno y lejano,
inalcanzable,
en el río sin fondo
del -humano- existir...
Un día cualquíera
dónde el reloj detenido
tan sólo marca el tiempo
del Sum Ergo Cogito
que nos queda
antes de llegar
a esa gigante atalaya
desde dónde veremos
que en la distancia
ya no hay nada,
nada,
tan sólo esos espejismos
que, en un día cualquíera,
también se desvaneceran
en un constante
Mysterium Tremendum
que nunca,
nunca se entenderá
porque somos
los poseedores poseídos
en un Universo indiferente
para el cúal somos
una anomalía reciente
que pronto desaparecerá...
Y todo esto lo trae un día cualquíera
cuándo el tirón telúrico,
el de la tierra,
el del cielo,
el del mar,
en ondas cuánticas se propaga
arrancandonos del Hic et Nunc
y llevandonos adónde,
en realidad,
queremos estar:
ese lugar ingrávido
dónde nada pese ya,
dónde el Alba
no haya sido robada
por los mismos
que nos joden sin parar
en el espectrum
del ir y venir
dónde la flor crece
sin morir,
cuándo luz y sus sombras,
en balance,
infinitamente se estremezclan
sin descanso, sin fín,
...Tal vez sea
una metafísica de sobrevivencia,
una obstrusa ontología
del naufragio humano
que espera ser rescatado
apelando a abstracciones
que no van a ningún lado.
SOS de palabras huecas
en un Universo indiferente
que nos ha creado...
¿Para qué?
¿Para escribir todas estas tonterías
que en nada tienen que ver
con lo que nos está pasando?
