Y lo que ya sobrepasa y pasasobre
todos los límites políticos,
históricos, clínicos y neurológicos,
desconocidos con anterioridad
porque entran de lleno en la más clásica
patologia de la mormalidad,
es que el fulano del Por la Gracia de Dios,
para que siguiera efectiva su Cruzada Vaticanal,
dónde la inteligencia,
que siempre es vencedora,
nos redimió a todos
de nuestro pecado original,
no se quiso marchar de esta vida
sin dejarnos a sus Sucesores Bobónicos
que son los que hoy mantienen la estabilidad
alejandonos del peligro de volver a pecar
comiendo del fruto prohibido
del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal.
"Durante la guerra y mucho después de la misma, aquellos de sus enemigos que no habían sido eliminados físicamente quedarían paralizados por el terror y forzados a buscar su supervivencia en el silencio, el hambre y la apatía política, en definitiva, lo que Franco llamaba la redención de su pecado original"
(Franco y la Represión:
la Venganza del Justiciero
Paul Preston
London School of Economic)
Y para conmemorarlo eternamente,
ya redimidos y liberados de nuestro genésico pecado ancestral, hay sigue en Madrid,
para dar fé de ello,
ese Arco de la Victoria dónde
la inteligencia, siempre vencedora,
debajo de esa majestuosa cuadriga romana,
nos asegura que aquello
nunca más volverá a pasar.
(Y colorín colorao...ese Monumento
sigue ahí levantado esperando que al
españolito que vienes al mundo te guarde Dios,
le dice...como no despiertes a tiempo
en un congelador tendras que guardar
tú helado corazón)
