Al grito de ¡a por ellos! despiden a los guardias civiles camino de Cataluña. Este grito es muy viejo en España. Comenzó en el puerto de Palos cuándo despidieron al comandante Colón camino de las Indias: ¡A por ellos! Después, en la Inquisición, cuándo se quemaban vivos a los disidentes: ¡A por ellos! Más tarde, cuando llegaron los “Cien Mil Hijos de San Luis”, se volvió a chillar lo mismo: ¡A por ellos! En 1936, cuándo los mastines, ladrando lo mismo, se lanzaron contra el pueblo: ¡A por ellos! Larga es la historia del ¡A por ellos! |
de plomo las calaveras
vienen por la carretera
por dónde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas
al ver que sus asesinos,
con el alma de charol,
siguen viniendo
por las mismas carreteras?