Domigo de Ramos,
si, de los Ramos de la Justicia,
de la razón,
de la equidad,
de la igualdad,
de esa luz que nos roban
los fariseos e hipócratas
del sanedrin de los Caifas,
de esos becerros de oro
con los que sustituyen a la dignidad.
A Cristo no lo condenaron a muerte
por proclamarse rey de los judios,
es mentira,
lo mataron por lo que hoy
siguen matando en cualquier lugar:
todos los redentores de la humanidad
terminan lo mismo: en el patíbulo.
Cristo no murió por nuestros pecados
...¡Como nos han engañado!
Cristo fue sentenciado a muerte,
¡no por nuestros pecados!,
sino por lo mismo que hoy terminan
con la misma sentencia
los que perturban los intereses creados.
Y su entrada en Jerusalen,
en éste Domingo de Ramos,
es el comienzo del asalto
al gran Palacio de Invierno
desde donde todos los Zares de la historia
nos siguen contando las mismas patrañas
para que no los molestemos
en sus eternos palacios.
La pasión y Asesinato de Cristo (a)
es la transferencia del subconsciente colectivo,
desde sus raices de culpa diferida,
a la lucha política actual
por la liberación del hombre
frente a sus opresores y lacayos.
Domingo de Ramos.
(a)
Si queremos entender la Semana Santa,
leamos, "The Murder of Christ",
Wilhelm Reich
