El médico, los sabios médicos que saben más sobre nosotros que nosotros mismos --y he aqui el tremendo poder que ejercen sobre nosotros-- me ha diagnosticado con neuralgia del nervio trigeminal a la altura del "kilómetro" del lado izquierdo de la nariz
(La red del sistema de nervios tiene muchísimos kilómetros de extensión por todas las carreteras de nuestro cuerpo y alma)
El doblete ha quedado establecido:
neurótico y neuralgico.
Desde ahora tendremos que caminar con ésta doble corona a cuestas.
Preguntado el galeno por un servidor si es que en ese "kilómetro" de marras pudiéra haber algún daño orgánico que pudiése incidir como punzamiento
sobre el nervio trigémino,
y de aqui el dolor que causa, me contestó
--después de examinarme--
que no, que en mi caso
las vias físicas por las que circula el tren
de mi trigémino estan bien puestas sobre sus traviesas y con una buena paralelidad y que la medicina, hasta hoy, no sabe por qué el tren del trigémino descarrila neurológicamente
sobre raíles bien construídos.
En otra palabras: que no se sabe que produce
la neuralgia; que su etiológia es desconocida.
Y un servidor, como frente a todo lo desconocido (máximo si es por la escuela médica de los magister ludi que conoce el coche de nuestro corpus), puso en marcha la maquinaria del sum ergo cogito.
Y cavilé:
Entónces --me dije--, si el problema no está en las vías tiene que estar en el conductor del tren, en mi mismo...Por eso, al descarrilar el tren --al sentir el dolor-- siempre pensaba en las vías, si tendría algo orgánico que proucía el dolor, el descarrilamiento...y nunca atiné a hallar una coherente causa fisica al respecto, lo cual, ahora, ha sido corroborado por el docto al examinarme...Ah, carajo, si el problema no está en las vías tiene que estar centrado en el conductor del tren que tal vez tome los raíles en curva con una velocidad que excede la velocidad permitida y de aqui que el tren del trigémino descarrile hacia su dolor...
Uf --me dije--, aqui hay tela marinera, profundidad abismal que cartografiar en las neuralgias humanas sin descifrar.
Por lo menos, después de la consulta al médico, he aprendido que la neuralgia de mi tren trigémino no tiene nada que ver con los raíles por dónde circula y que, aúnque no se sepa lo que es, ahora sabemos --aúnque ya lo habíamos intuído-- que sólo tiene que ver con el maquinista del tren: nosotros mismos. Y ésto ya nos ha ayudado al respecto...
Pero lo esencial, lo fundamental, es la proyección Universal de ésta metáfora de la neuralgia del tren del trigémino o la del cualquier Ramal del Sistema de Nervios Central de los Ferrocarriles de la Vida Humana:
¿Será que durante toda la la Historia del ser humano sobre la Tierra siempre nos hemos dedicado a inspeccionar y tratar de corregir las vías por dónde hemos pasado y pasamos, y a pesar de corregirlas cambiando traviesas y clavos, seguimos sin entender el por qué seguimos descarrilando porque aún no nos hemos dado cuenta de que es el mismo maquinista del tren el que tiene que ser cambiado, modificado, de que el problema del hombre no es material (de 'railes' por donde circulamos), sino anímico,
emocional, neuralgico,
algo que los médicos
aún no han determinado
porque ya no podemos cambiar
al maquinista que todos dentro llevamos?