Porque, naturalmente, nos dijeron
que pintaramos el circulo
desde dentro, asi:
Pero después nos fuimos dando cuenta
de que nos quedabamos encerrados en él,
NOS dejaban encerrado en él.
Esto, por los límites históricos de su tiempo,
no lo pudo ver Adorno, aúnque con su
poder crítico -de la crítica- y su clarividencia analizadora, lo vislumbró ya en el ser del individuo:
"El individuo es, realmente,
el producto ontológico
de un estado equivocado de cosas"
(Lo mismo -y aquí no hay vislumbre,
sino acierto- que cuándo dijo
que "la civilización se sostiene en el terror"
--porque tú no bajas del árbol a un mono
y lo civiliza sin terror, claro--)
Y, claro, hay terroristas buenos y malos:
los primeros son civilizadores,
los segundos destructores.
Adorno era un pensador, un filósofo,
maître à penser, quíen lo puede dudar,
pero le faltó con lo que su compañero
de la Escuela de Fráncfort, E. Fromm,
completó ese "estado equivocado de cosas"
bajo el que Adorno encontraba al indiv¡viduo,
al hombre, con esta clase de conceptuación
antropologizante: "el nacimiento del hombre,
tanto filogenéticamente como ontogenéticamente,
es un acontecimiento negativo" y, "el hombre es una anomalía, un capricho del universo"
Para nosotros el hombre, el homo sapiens,
es un fracaso evolutivo (especialmente para
los de 3ª clase -introduciendo una axiología marxista),
porque esa brutal, diáfana y carcopiante
contradicción que tenemos entre nuestros instintos y nuestra testa no se puede explicar mediante
una evolución natural; pero este es otro tema.
De momento nos quedamos en el vídeo
de la Dialéctica de la Ilustración,
para tratar de salir de "la cueva de Platón".
