Me costó un riñon,
se suele decir.
Pues no vamos muy equivocados
porque es el filtro par excellence
que rige el vehículo dónde vamos;
y trabaja en silencio como todos los organos
e instrumentos musicales que llevamos,
que si desafina uno todo se va al carajo...
(Pues a un servidor se le fue al carajo
y sigue sin regresar
al lugar de dónde lo explulsaron)
Y todo ocurrió (los médicos no lo saben ocupados siempre en el NEGOCIO de recetar potingues e invitar a que pase el siguiente y no le hagamos perder más tiempo del necesario)...
...Y todo ocurrió, decíamos, porque para un servidor, vivir, existir, el existere, que se compone del prefijo 'ex', hacia fuera, y el verbo 'sistere', 'tomar posición' en el Alienante y Desarticulado Mundo dónde nos ha tocado vivir, el Dasein heideggeriano
que todos venimos a cumplir, me ha costado,
entre otros costes y precios ontológicos y metabolicos, Un Riñón.
No sabemos desde cuándo caminamos con esa carencia. Asi que he vivido con un huerfanito dentro de mi, ansiando siempre una parejita para no estar sólo, para superar ese universal Solus Ipse que lo mismo puede ocurrir en el plano metafísico que en el riñonal, tan extendida por todos lados está la soledad.
Y es por eso que a la criaturita de arriba no le importe mucho el género del hermanito que pide para salir de esa angustioso ostracismo.
Y por eso nos decidimos a meter en nuestra bitácora de barco varado esta eventualidad que sólo pertenece a nuestra privacidad riñonal, que sólo está inscrita en los secretos records médicos que se cuidan y se protegen lo mismo que nuestras cuentas bancarias a las cúales nadie tiene acceso a tal orgasmo ancestral que compone los sotanos mas ocultos y censurados de nuestra personalidad que tenemos que proteger de potenciales asaltadores de datos íntimos...por si un dia nos pudiesen chantajear...sobre todo en estas draculescas épocas de oportunistas y maleantes siempre a la caza fácil de lo que se pueden aprovechar...
............
Posdata
Nos faltan, como se podrá adivinar,
otros muchos más organos y necesiades
de las cúales nunca terminaríamos
de hablar porque, al fin -y al principio-
de cuentas y ajustes a contar,
nosotros, los humanoides
(monos-vestidos desorientados
y entrampados en esta civilización
tan incivilizada y tan singular),
somos, par excellence, criaturas,
no solamente con isuficiencia renal
...sino con otros renos y renas
que se han perdido en la tundra
y ya no saben regresar...
Pero esto es ya otra historia
con la cúal a los médicos
no le podemos dar la lata
porque nunca la entenderan...
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