¿Hay en todo el Universo una criatura igual?
El Post Data de Siempre
(Es que siempre se nos queda algo en el tintero)
Erich Fromm, que de L'Homme Révolté
de Albert Camus no tenía un pelo,
decía en su interesante libro,
Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea,
que el hombre (tú, aquella, yo y aquel
y todos los demás monos vestidos)
era una anomalia, un capricho de Universo.
El Gran Tabú: nosotros mismos.
Algo nos debió pasar.
De lo contrario no tendríamos
encerrada a esa mariposa en el bote.
¿Seremos idiotas aparte de sapiens?
Gran tema epistemológico,
antropológico,
ontológico,
filosófico
y, naturalmente,
con la Iglesia topamos, Sancho,
político.
Porque no es cierto lo que dijo
Camus en El Mito de Sísifio
de que no hay más que un problema filosófico
verdaderamente serio y es el suicidio;
éste no es el problema, don Alberto;
el problema verdaderamente serio,
ya no solamente filosófico, sino estructural
y global del pensamiento y la praxis humana,
es el tratar de indagar si somos idiotas o sapiens.
Porque son dos términos incompatibles,
contradictio in terminis.
O, por supuesto, si tenemos una testa
en un cuerpo al que no le corresponde
porque ambos evolucionaron en desproporción.
En fín.
El tema da mucho de sí...
por ejemplo ésto:
Le Cogito et L'impensé
¿Cómo es posible que nazcamos sin protección,
"en cueros", "desnudos", carentes de lo que todas las demás especies, al ser paridas, ya llegan con ello, pelo, plumas, escamas,
o piel lo fucientemente adaptable y dura
como para poder defenderse
contra el medio ambiente?
¿Es que la Naturaleza ya conocía que después
de parirnos nos vamos a vestir por nosotros
mismos para protegernos porque, de lo contrario,
sucumbiríamos como especie?
Absurdo.
La Naturaleza, por evolución natural,
nunca puede producir un ser falto,
sin valimiento, de tan necesario y fundamental mecanismo de sobrevivencia como es la perservación del cuerpo a las oscilaciones térmicas, algo crítico para expandirse a nuevos territorios y climas. Nunca.
Lo que ocurrió es que, en la medida que íbamos perdiendo la coraza nuestro resguardo capilar,
al mismo tiempo fuimos aumentando nuestro nivel craneal y volviendonos mas inteligentes lo que iba coadyuvando a enconrtrar soluciones al problema:
asi fuimos quitandole la piel a las otras criaturas
y tapandonos con ellas. Asi estas pobres criaturas
comenzaron a pagar por nuestra disrupciones
y transgresiones evolutivas.
Es decir: al ir perdiendo nuestra natural e indispensable protección se las fuimos robando a las otras criaturas -que, naturalmente, seguían sin perderla- y nos la fuimos poniendo en nuestros improtegidos cuerpos.
Y el balance, no sólo comenzó a romperse
entre nosotros y ellas, sino entre nosotros mismos
Esto, ni que decir tiene, contradice de plano las leyes de la evolución natural y, sin embargo, se mantiene impensado, le cogito et l'impensé, acostumbrados como estamos ya a vernos vestidos cuando estos son también causantes de muchos problemas de salud porque nada puede regular la temperatura como
la protección natural con la que vienen al mundo todas las múltiples especies que comparten con nosotros el Planeta.
