(Pero, también, para completar ésta máxima nietzschiana,
tendríamos que añadir que,
no sólo es "Llegar a ser lo que uno es",
sino, tal vez lo más importante:
"Llegar a ser --también-- lo que no sé es",
lo que Nos-Iimpiden-Ser,
porque con ésta potencialidad suprimida,
sin ésta meta y conciencia,
'Llegar a ser lo que uno es' es pura anécdota)
de las cuatro preguntas de Kant:
"¿Qué puedo conocer?
¿Qué debo hacer?
¿Qué puedo esperar?
¿Qué es el hombre?"
Fueron sus cuatro vestidos.
Con ellos salía a la calle,
con ellos, pensaba,
con ellos dormia,
con ellos Caminaba.
Porque con esos cuatros ropajes
son con los que nos cubrimos,
inútilmente, de la interperie,
de nuestra horfandad
y las frías sendas y vaguadas
por dónde tenemos que Caminar.
La vida de Michael Foucault fué ese Caminar,
porque, todos, a todas horas del día,
buscamos, como él,
intentanto Llegar a ser lo que uno es.
Y en ese menester tenemos que darnos prisa,
mucha prisa,
porque Caminamos contra-reloj.
"El hombre desaparecerá muy pronto
como un rostro dibujado en la arena al borde del mar".
Lo mismo que Nietzsche vaticinó la muerte de Dios,
Foucault nos vaticina la muerte del Hombre.
Porque primero muere la invención del inventor,
y después muere él mismo,
una vez que su obra ha desaparecido.
Todo el tiempo, las olas del mar llegan
a quitar de nuestras playas
todo lo que la noche anterior
habíamos trazado al reflexionar.
Y vuelta a empezar.
Pleamar y bajamar,
ciclos que llegan y disipan
los parciales esquemas,
los bocetos,
la imparmanencia,
hipótesis que sólo viven su fragilidad
en la goma de borrar de unas mareas
que hacen lo de ayer error a superar.
La muerte para F.
--como para los grandes pensadores--
era su polo de gravitación universal.
Fué su preocupación visceral,
paralela, dialécticamente,
a su concernimiento por la vida;
para él todo fueron
rostros dibujados en la arena al borde del mar
que pronto se difuminarían sin dejar nada atrás.
"El placer total, completo...está relacionado con la muerte" (1)
"En las profundidades de sus sueños" , dijo en 1954, "lo que el hombre encuentra es su muerte...el cumplimiento se su existencia".
La sesación de que el placer está ligado
de algún modo con la muerte,
obsesiono a F. toda su vida.
Existía para él una esotérica relación
entre el placer y el máximum experimental
de todas las vivencias humanas llevadas al límite,
incluyéndo la del amor sin vallas,
libre, sin prohibiciones,
como uno de sus otros maestros,
Sade, había postulado y practicado.
¿Y no viene a ser la muerte,
"par excellence",
en éste aspecto de experiencia-limite,
al igual que la locura,
la exquisita quintaesencia de todo ello?
Foucault entendía la muerte --como García Lorca-- como inspirativa y eterna compañera,
sombra inseparable,
"blanco resplandor...en el negrocatafalco del cuerpo".
¿Sería ello el alcanzar Llegar a ser lo que uno es?
En el átomo medular de su idiosincracia,
pintaba en acuarelas
su rostro dibujado en la arena al borde del mar,
y lo hacía tranquilo,
sin miedos,
experto en enfrentar límites y abismos.
Su maestro, Heidegger,
en el "Ser y el Tiempo",
había dicho que sólo la muerte,
su conquista, podía asentar, definitivamente,
la unicidad, la autenticidad de una vida humana.
F. comulgaba con ello porque en 1963, escribió:
"En la muerte, el individuo se hace uno consigo mismo,
escapa de la monotonia y de su efecto nivelador,
gracias al lento, a medias subterraneo
pero ya visible acercamiento de la muerte,
la opaca y ordinaria vida por fin se convierte
en individualidad, la aislan unos limites oscuros
que le conceden el estilo de su verdad" (2)
Cerca ya de su final,
atrapado sin salida en su enfermedad mortal,
abrazándo estóicamete el "deseo de muerte" , cita a Séneca: "Apresuremosnos a envejecer, demonos prisa y lleguemos al tiempo señalado que nos permite volver a ser unos con nosotros mismos"
Hervé Guibert, el novelista francés, una de las personas mas cercanas a F. por aquel entonces, contó como F. regresó de San Francisco "ansioso de contar sus últimas escapadas a los baños".
Guibert le dijo:
"Esos lugares deben estar completamente vacios por culpa del Sida".
"No seas tonto" le contesto F., "'todo lo contrario:
nunca han sido tan populares y ahora son asombrosos".
Acaso, el peligro, la amenaza, "la experiencia límite"
--esa que anudaba en el ethos de F.--,
esa sensación de riesgo que espolea el sexo y la muerte
en una unión amalgamada en el subconsciente humano
desde las épocas del canibalismo ancestral,
había creado en los baños 'gay' de San Francisco
un rostro nuevo para F. que era el que ahora,
en aquellos baños,
a los que seguía asistiendo después de saber que tenía Sida,
él estaba dibujado en la arena al borde del mar.
Y le agregó a Guibert:
"Antes nadie decía nada; ahora todo el mundo habla. Cada uno sabe exactamente por que está allí " (3)
¿Sabía tambien F. por lo que estaba alli?
Claro que lo sabía:
buscándo ese "blanco resplandor..."
¿Representaba ésta "enfermedad del amor", entroncada a Tanatos, el "núcleo lírico" de su existencia en un cósmos dónde el ser 'gay' conllevaba contradicciones e impedimentos, que, dada la brillantez de su mente y su poderío cultural-intelectual,
le hicieron buscar (recherche) y adoptar una pértiga "Diogenes-iana" para poder saltar todas esas barreras?
Y que mejor barrera a saltar que la de la muerte,
la de su propia muerte,
la muerte de todos,
por eso lo que Encontró nos pertenece a todos.
Gilles Deleuze, que lo comprendió muy bien, acertó:
"Quizas elegió su muerte..." (4)
Daniel Defert sella el asunto:
"Consideraba muy seriemante el Sida. Cuando fue por ultima vez a San Francisco, califico ese viaje de 'experiencia limite' " (5)
¿Somos elegidos por la muerte
o nosotros la elegimos a ella?
¿Es toda muerte un suicidio?
¿O tal vez la muerte sea el pacto faústico
de "liberarse de sí mismo",
"se déprendre de soi-même",
ante la empírica imposibilidad
de Llegar a ser lo que uno es?
"Cerca del final de su vida, tal como Guibert evoca la escena, el filósofo había bromeado con el novelista sobre su fantasia mas querida, un sueño en que desaparecía... 'Todo sería esplendido' dice Guibert que decia su amigo, 'con pinturas suntuosas y musica suave. El lugar semejaria un hospital; pero oculta detras de uno de los cuadros al fondo de cada habitacion habria una puerta pequeña, un agujero para escapar. En el momento oportuno, el paciente, drogado con alguna sustancia placentera, se deslizaría detras del cuadro y abriría la puerta. ¡Presto! Y te irias fuera, desaparecerias, moririas a ojos del mundo, y reaparecerias sin que nadie te viera al otro lado de la pared, en un patio trasero, sin valijas, sin nada en las manos, sin nombre, listo para inventarte tu nueva identidad' .
Nunca, dicen los amigos, pareció Foucault tan sereno como en las ultimas semanas de su vida" (6)
En el átomo medular de su idiosincracia,
pintaba en acuarelas
su rostro dibujado en la arena al borde del mar,
y lo hacía tranquilo,
sin miedos,
experto en enfrentar límites y abismos,
hasta que un día te fuístes...
sin que nadie te viera
al otro lado de la pared
...sin valijas,
sin nada en las manos,
sin nombre,
listo para inventarte tu nueva identidad...
...................................................................
Final.
A escribir todo ésto me llevaron éstas lineas:
"Nunca, dicen los amigos, pareció Foucault tan sereno
como en las últimas semanas de su vida".
Las tuve en la cabeza por varios días.
¿Cómo puede ser que alguien,
ante su propia muerte,
se sienta mas tranquilo y sereno que nunca?
¿No es es ésto una forma de "vencer" la muerte?
¿Como lo logró Foucault?
Tal vez la clave éste aquí:
"Sólo es posible una ciencia de la vida si se parte de la muerte
...Del mismo modo, desde la perspectiva del subconsciente se puede llamar una psicología de lo consciente que no sea solamente una reflexión transcendental; desde la perspectiva de la perversión se hace posible una psicología del amor que no se convierte en ética; desde la perspectiva de la locura se puede construír una psicología de la inteligencia sin recurrir implícitamente a una teoría del conocimiento; desde la perspectiva del sueño, del automatismo y de lo involuntario, se puede crear, en fín, una psicología del hombre vigilante y sensible que no quede encerrada en una mera descripción fenomenológica" (7)
--La ciencia del subconsciente parte del consciente.
--La de la perversión del amor.
--La de la locura de la inteligencia.
--La del sueño del hombre sensible.
--La ciencia de la vida...parte de la muerte
El Camino más corto es la antípoda.
La vida de Michael Foucault fué ese Caminar.
Parrhesia, el arte de indagar la verdad
que practicaron los cínicos (8) y estoicos,
pertenecía a Socrates y también a Foucault
(en su "discursividad" con ella);
sólo con éste arte se encuentra la paz,
pero la del equilibrio, no la de la moral.
En su conferencia el 15 de Febrero de 1984,
F. habló sobre las últimas palabras del maestro griego:
"Criton, deberíamos ofrecer un gallo a Eusculapio"
--el dios griego de la salud--
Pienso que Foucault, a su manera,
hizo también la misma ofrenda.
Socrates pudo escapar,
pero fue fiel a la verdad,
su verdad, por eso le dice a Criton
que le pague, iróniamente,
tal tributo al dios de la salud.
A Foucault nos lo imaginamos
llamándo a sus amigos
para ofrecerle ese mismo tributo al Eusculapio
de la ciencia de la vida
desde los bordes de la cicuta de su muerte,
que, al igual que Socrates,
él también la tomó con calma y sereno,
esa serenidad que nos llevó
a escribir estas líneas
para ver si nosotros también,
mimésis última,
podremos llegar a nuestra cicuta lo mismo que ellos.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
(1) "An Interview" (1982) en "Politics, Philosophy, Culture", pag. 12
(2) 16 RE, pp. 71-72. (Foucault habla aqui, explicitamente, sobre la muerte y la
"autenticidad"). "The Ethic of Care for the Self as a Practice of Freedom"
(entrev., 1984), en TFF, p. 9. NC, pp. 169, 170, 175-76. Cfr. Martin Heidegger,
Sery Tiempo (en la edition norteamericana, Nueva York, 1962, pp. 302-303).
.....................
RE: "Introduction" a Le reve et I'existence, de Ludwig Binswanger (Paris.
1954), pp. 8-128.
TFF: The Final Foucault, ed. de James Bernauer y David Rasmussen (Cam-
bridge, Mass., 1988).
(3) Guibert, "A I'ami", p. 30.
(4) "Foucault", Gilles Deleuze, Paris, 1986; pp. 102-106
(5) Entrevista con Defert el 25 de marzo de 1990.
Defert lizo este comentario mientras respondia mi pregunta sobre que habia querido lecir cuando escribio en su articulo de Liberation (publicado el 31 de octubre le 1987) que Foucault "hizo consigo mismo una obra ascetica y que su muerte e inscribe dentro de esta obra". Poco antes, durante la conversation, Defert labia descrito con cierto detalle la importancia que tenía para Foucault la idea de la "experiencia-limite", y tambien se refirio a que Foucault habia desarrollado esa nocion a partir de su lectura de Bataille; el alcance de la expresion "experiencia-limite" estaba, pues, muy clara. De hecho, cuando preparaba la transcripcion textual de nuestra entrevista de tres horas, descubri que Defert mismo labia planteado la nocion de experiencia-limite en los primeros minutos de nuestra charla, que se habia explayado en el tema y vinculado la idea de "experiencia-limite" de Foucault con "la locura, las drogas, la sexualidad, y quizas, yo iirfa, con el Sida". En ese momento no comprendi plenamente las posibles implicaciones de ese comentario. Dos horas despues, cuando Defert vuelve a vincular el Sida y las experiencias-limite, en la observation que he citado en el texto, de inmediato le pregunte a que se referia exactamente. Por desgracia, Defert se quedo en silencio, sacudio la cabeza y no quiso agregar mas.
Defert compartió la vida con F. durante casi un cuarto de siglo.
(La etrevista se la hizo James Miller para su libro "La pasion de Michel Foucault)
(6) James Miller, o.c., pag 501
(7)"La recherche scientifique et la psychologie", Jean-Eduoard Morere.
Ed. Des chercheurs français s'interrogent. Paris, 1957; pag. 194
(8) Sus últimas conferencias en el Collége de France fueron sobre el tema de los cínicos,
concentrándose, mas que nada, en Diógenes (contemporaneo de Platón),
dedicado a transgredir todas las leyes y costumbres. Mansturbarse en la plaza publica
era el gesto que mas simbolizaba el poder de la postura cíncia de tal personaje,
y lo que Foucault categorizaba mas al respecto.