Chávez va a entrar a la historia a la altura de Artigas, Martí o Bolívar
Programación Especial de CX36 ante el fallecimiento del líder bolivariano
Efraín Chury Iribarne:
En esta programación especial de CX36, Radio Centenario, es imprescindible la presencia, las palabras, el análisis, de nuestro columnista James Petras. Bienvenido Petras, buenos días, te escuchamos.
James Petras:
Buenos días. Lo primero es que sentí un gran golpe, es una gran pérdida para América Latina. Pero después de algunas reflexiones, debo decir que Hugo Chávez vive. Es decir, físicamente muere, pero deja un legado muy amplio, muy profundo, que afecta no sólo a Venezuela y América Latina, sino al mundo entero.
Hablando concretamente, Chávez demuestra cómo un pequeño país puede enfrentar y derrotar al imperialismo, mantener las tradiciones democráticas, implementar programas muy avanzados socialmente, apoyar una integración regional poderosa, y dar un ejemplo de conducta ética en la política en un mundo tan corrupto, tan salvaje, donde presidentes como Barack Obama, pueden tomar decisiones de asesinar a cualquier ciudadano sin ningún proceso judicial.
Frente a este panorama, Hugo Chávez va a entrar a la historia como una figura a la altura de José Artigas en Uruguay, José Martí en Cuba o Simón Bolívar en toda América Latina. Debemos tener en cuenta que Chávez realizó grandes construcciones a nivel institucional, pongo como ejemplo las instituciones de integración, como ALBA, CELAC.
En segundo lugar, estableció normas políticas para tratar las agresiones imperialistas, como la convocatoria a reuniones latinoamericanas condenando los golpes de Estado en Honduras, Paraguay.
Pero más que nada, aquí en Estados Unidos tenemos recuerdos muy claros de la posición de Chávez en el momento en que el presidente George Bush lanzaba la guerra contra el terrorismo. En un momento de grandes tensiones, Chávez declaró frente a eso: “No se puede luchar contra el terrorismo utilizando los métodos terroristas”.
Y eso causó la ira y la histeria en la Casa Blanca, pero Chávez fue el único Presidente en el mundo que se atrevió a decir que el terrorismo de Estado es tan condenable como el terrorismo de los fanáticos. Esto me parece que marcó con gran astucia el camino que otros tomaron después, declarando que los asesinatos de la CIA eran tan graves como los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York.
En ese sentido, Hugo Chávez entra en la historia como el primer y más importante Presidente que define la nueva política ética y humanitaria.
Chávez nunca mató adversarios. Obama, Hollande, todos los Presidentes OTAN cometieron crímenes contra sus propios ciudadanos e invaden otros territorios. Pero Chávez no, Chávez manda petróleo incluso a los pobres en los Estados Unidos para que la gente pueda calentar sus casas. Chávez manda médicos y ayuda humanitaria a países en vez de armas, marines y agentes asesinos. No se puede subestimar la importancia de esto.
Esta mañana cunado abrí la computadora, encontré declaraciones desde Asia, Malasia, hasta China y América Latina, de todas partes del mundo. No era una figura venezolana ni latinoamericana; es una figura histórica mundial, y seguirá teniendo impacto, teniendo influencia en la institucionalidad en América Latina, en las nuevas prácticas de ayuda mutua, en el comercio sur-sur; creó una ideología que justifica programas sociales, y va contra la corriente en la política económica.
Mientras Obama en Estados Unidos y Cameron en Inglaterra están recortando programas, imponiendo austeridad, Chávez avanzaba en los programas sociales, aumentaba la inversión en atención a la Salud, Educación, ayudando a pequeños productores con préstamos baratos. Mientras que aquí y en otros países de Europa crece la malnutrición infantil, se recortan los programas dirigidos a los más pobres.
Chávez va contra la corriente reaccionaria y definió que es posible, incluso en la crisis, continuar los programas sociales y no sacrificar al pueblo por un puñado de mercaderes en la Bolsa.
EChI:
Dejó también elementos de integración Latinoamericanos importantes, su mira estuvo puesta más allá de su país, al que le dio la vida.
JP:
Si. Chávez murió en su querida Patria, en brazos de sus familiares, saludando a sus camaradas y compañeros. Vivía una vida plena, profunda y querida. Recuerdo mis encuentros con Chávez, siempre con una gran sonrisa y gran apoyo para la humanidad, chistoso cuando tenía posibilidad, pero otras veces muy serio, grave, frente a las grandes amenazas a la humanidad.
Era en todo sentido un ser humano completo, no solamente políticamente, como persona que ama la humanidad. No eran simples palabras vacías, era su práctica. Era un hombre que cumplió sus palabras. Cuando tenemos en este mundo tantos demagogos que prometen cambios sociales, pero que en vez de esto recortan el Presupuesto, despiden a cientos de miles de trabajadores de la salud y maestros.
Chávez cumplió y marcó un ejemplo, que nos permite medir a todos los políticos del mundo y no alcanzan la estatura de Hugo Chávez.
EChI:
Petras valoramos mucho su participación en este día en que Radio Centenario mantiene una programación especial.
JP:
Si. Y debemos tener bien claro que Chávez muere, pero su legado vive. Vive en todas partes del mundo donde se lucha por la justicia social. ¡Chávez Presente!
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Ahora vemos claramente
porque la burguesía militante lo odia,
la burguesía jacobina se calla, no dice nada,
y la burguesía reaccionaria
dice que es muy alto el precio que se paga,
y los ignorantes del talegón
ni saben dónde está Venezuela en el mapa.
Y en lo alto de ésta pirámide faraónica,
los mastines del imperio
que, por todos los medios,
siguen tratando de ahogar la Revolución Bolovariana.
Y lo que menos perdonan
es que Chavez dejó un pueblo Maduro,
y lo que mas miedo les dá:
con poder de fuego:
sus fuerzas armadas.
Entónces, digamos con James Petras:
Debemos tener bien claro que Chávez muere, pero su legado vive. Vive en todas partes del mundo dónde se lucha por la justicia social. ¡Chávez Presente!
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James Petras
Durante la década de 60, y antes de licenciarse, James Petras (1937) fue militante de los derechos humanos y líder estudiantil en la Universidad de Berkeley, Estados Unidos.
Se doctoró en Filosofía en la Universidad de California. Desde 1960 a 1973 enseñó y dirigió investigaciones en algunos países latinoamericanos, especialmente en Chile, donde colaboró con el gobierno de Salvador Allende.
Luego del golpe de Estado de Augusto Pinochet, Petras fue miembro del Tribunal Russel sobre la represión en América Latina, junto a Julio Cortázar y Gabriel García Márquez.
En las décadas del 70 y 80 participó activamente en el movimiento de derechos humanos que combatió las torturas y desapariciones provocadas por las dictaduras latinoamericanas, y escribió para renombrados periódicos de izquierda: Le Monde Diplomatique, New Left Review, Monthly Review.
Entre 1982 y 1984 fue director del Instituto de Estudios Mediterráneos de Atenas. Petras también enseñó en la Universidad de Pennsylvania y fue director del Proyecto de Estudio del Desarrollo Latinoamericano en el Instituto de Administración Pública de la misma universidad.
Actualmente es profesor en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton.
Entre los temas de toda su producción intelectual, especializada en la problemática latinoamericana, se destacan sus reflexiones sobre el conflicto entre clases sociales, el imperialismo, el Estado, la revolución, la transición a la democracia, y otros.
En la actualidad tres temas son los que ocupan su atención: las rivalidades entre las distintas potencias imperialistas (Estados Unidos, Japón y Europa), el repliegue de los intelectuales críticos durante la década del 80, y las contradicciones del socialismo de mercado.
Sin embargo, Petras vincula mucho estos temas al fenómeno del imperialismo. El autor define al “estado imperial” (identificado sobre todo con Estados Unidos) como el "que impone nuevas reglas que moldean el comportamiento de los demás Estados".
Ahora bien este "estado imperial" responde a las demandas y los intereses de sus capitalistas que tratan de desplazar el capital hacia el exterior a fin de realizar actividades lucrativas a nivel mundial.
En su libro, Globaloney, afirma que "de las 500 empresas más grandes del mundo, vehículos de circulación de capitales como instrumento de la globalización, el 49% son norteamericanas, el 37% son europeas y el 10% son japonesas".
En este sentido, el término "globalización" vendría a ser un sustituto de "imperialismo": "el concepto de globalización entró en la jerga periodística para describir el fenómeno de expansión de capitales y de empresas norteamericanas, europeas y japonesas conquistando espacios económicos"
Este análisis está profundamente vinculado con un problema muy actual para los países latinoamericanos: las políticas de ajuste estructural que se vienen aplicando por recomendación de los organismos de crédito internacional (FMI y Banco Mundial)
Según el autor, las políticas del FMI, aunque aparentaran tratar con problemas específicos, técnicos de la balanza de pagos de cada país, buscaban remodelar la economía global: se centraron en el cambio del papel del Estado en la economía y la expansión de las relaciones de mercado.
Petras es terminante a la hora de analizar las consecuencias de la aplicación de esas políticas: "Las elites locales e internacionales se han beneficiado mucho del ajuste estructural. Las deudas privadas las ha asumido el Estado, los bancos acreedores han recibido miles de millones, las organizaciones de las clases trabajadoras han sido aplastadas o dramáticamente debilitadas mediante la represión y las consecuencias económicas del ajuste. El ajuste estructural sería una forma de lucha de clases con otro nombre, organizando un cambio drástico en términos de poder de clases en beneficio de los ricos y privilegiados".