Hemos vuelto --despacio--
a Deprisa Deprisa del genial Saura.
Nos fascina el "pathos" de la película
Los jovenes elegidos por Saura no eran actores,
y aqui está el magistral acierto porque con actores profesionales la película se hubiese hundido.
Deprisa Deprisa iba todo después de la muerte
del Terrorista del Ferrol que aún sigue ejerciendo de muerto-vivo, una profesión que en Spain tiene mucho éxito porque a medio país, bajo el Alzheimer Historico, lo dejaron en esas mismas condiciones de semi-vivos.
Demasiado Deprisa para una juventud de la clase trabajadora atrapada y destrozada entre dos mareas en la que cayeron muchos de ellos porque el vertedero de la presa que dejó el Sátrapa no podía desaguar tan Deprisa el caudal que entraba con el que debía salir para evitar las inundaciones...
Juventud inundada cuyos progenitores y familiares habían conocido las cadenas de la manu militari fascista y ahora ellos se encontraban teniendose que adaptar, Deprisa Deprisa, a un falso y burdo destape cosmético de oportunidades consumistas y drogas que, ya en un mundo de desaparecidos en cárceles, carreteras y cunetas...las leyes se hacían papel mojado para estos jovenes. El camino expedito era uno sólo: la delincuencia marginal, mientras los torturadores y asesinos del régimen seguian, Despacio Despacio, y seguros, con sus prebendas y medallas colgadas del pecho.
Pero afuera de este denunciativo enmarque politico-social, hay un "pathos", un suffering, un penthos, un sorrow, que se matiza y sentimentaliza profundamente en la música de ese Me Quedo Contigo que se nos clava como un arquetipo rejón Jungiano.
(Tenemos entendido que la canción la eligió Saura porque era una de la que escuchaban estos jovenes
en esos armatostes musicales que habian antes en los bares donde por unas monedas jiraba el brazo mecánico interior y colocaba el disco elegido)
Me Quedo Contigo.
Nosotros también nos quedamos contigo,
jovenes,
naufragos sociales del amor,
la descomposición y el vicio,
de la vida y la muerte que giraban huyendo
de un pasado de dolor y alas cortadas
de tantos como calleron
en un país que aún nos hiela el alma
cuando miramos el presente
y vemos en él que el Deprisa Deprisa
sigue llevando los mismos signos...
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Post Data:
Acarreo un delete, un borrón histórico en mi alma, un interregnum, un espacio, un puente que no fue llenado al no poder vivir la história de mi tribu como fue la de la España de principios de los 80's --y sus posteriores desarrollos-- en la que viviamos en Santa Rosa, California.
La Historia. El cuándo y dónde es lo que nos hace. Y de ahí que los existencialistas y los marxistas enfaticen, obviamente, que el hombre no tiene Naturaleza, tiene Historia, ese hierro candente con el que nos marca el viento de la Historia, dependiendo por dónde nos sople...Si, tenemos Historia, pero es ella la que nos posee a nosotros. (Muchas veces nos hemos preguntado, elucubrativamente, qué hubiese sido de nosotros si en lugar de irnos por el mundo nos hubiéramos quedado en nuestra tribu. Que tremendas diferencias se hubiesen producido...Y todos estamos cortados por esta misma tela marinera)
Y anoche, al meternos Deprisa Deprisa en la película de Saura, sin darnos cuenta, nos fuimos sumergiendo en vivir lo no vivido. Y hoy, al levantarnos al nuevo día, nos vimos contestando al oráculo de Delfos del "Conócete a ti mismo", del "¿Quíen eres?" con una respuesta ya clara a estas horas lumínicas del alba:
Soy, somos Historia.
