RESUMEN EJECUTIVO
En 2025, las fuerzas aeroespaciales estadounidenses podrán controlar el clima aprovechando las tecnologías emergentes y enfocando su desarrollo en aplicaciones bélicas.
Esta capacidad ofrece al combatiente herramientas para moldear el espacio de batalla de maneras nunca antes posibles. Brinda oportunidades para impactar las operaciones en todo el espectro de conflictos y es pertinente para todos los futuros posibles.
El propósito de este documento es esbozar una estrategia para el uso de un futuro sistema de modificación climática para lograr objetivos militares, en lugar de proporcionar una hoja de ruta técnica detallada.
La modificación climática, una iniciativa de alto riesgo y alta recompensa, presenta un dilema similar a la división del átomo.
Si bien algunos segmentos de la sociedad siempre se mostrarán reacios a examinar temas controvertidos como la modificación climática, ignorar las enormes capacidades militares que podrían resultar de este campo se hace bajo nuestro propio riesgo.
Desde la mejora de las operaciones amigas o la interrupción de las enemigas mediante la adaptación a pequeña escala de los patrones climáticos naturales hasta el dominio total de las comunicaciones globales y el control del contraespacio, la modificación climática ofrece al combatiente una amplia gama de opciones para derrotar o coaccionar a un adversario.
Algunas de las capacidades potenciales que un sistema de modificación climática podría proporcionar a un comandante en jefe (CINC) se enumeran en la tabla 1.
Para una capacidad integrada de modificación climática, se requieren avances tecnológicos en cinco áreas principales: (1) técnicas avanzadas de modelado no lineal, (2) capacidad computacional, (3) recopilación y transmisión de información, (4) un conjunto global de sensores y (5) técnicas de intervención climática. Algunas herramientas de intervención existen actualmente y otras podrían desarrollarse y perfeccionarse en el futuro.
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RESUMEN EJECUTIVO
In 2025, US aerospace forces can “own the weather” by capitalizing on emerging technologies and focusing development of those technologies to war-fighting applications. Such a capability offers the war fighter tools to shape the battlespace in ways never before possible.
It provides opportunities to impact operations across the full spectrum of conflict and is pertinent to all possible futures.
The purpose of this paper is to outline a strategy for the use of a future weather-modification system to achieve military objectives rather than to provide a detailed technical road map.
A high-risk, high-reward endeavor, weather-modification offers a dilemma not unlike the splitting of the atom. While some segments of society will always be reluctant to examine controversial issues such as weather-modification, the tremendous military capabilities that could result from this field are ignored at our own peril.
From enhancing friendly operations or disrupting those of the enemy via small-scale tailoring of natural weather patterns to complete dominance of global communications and counterspace control, weather-modification offers the war fighter a wide-range of possible options to defeat or coerce an adversary.
Some of the potential capabilities a weather-modification system could provide to a war-fighting commander in chief (CINC) are listed in table 1. Technology advancements in five major areas are necessary for an integrated weather-modification capability: (1) advanced nonlinear modeling techniques, (2) computational capability, (3) information gathering and transmission, (4) a global sensor array, and (5) weather intervention techniques. Some intervention tools exist today and others may be developed and refined in the future
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Notes
1
A pilot program known as Project Popeye conducted in 1966 attempted to extend the monsoon season in order to increase the amount of mud on the Ho Chi Minh trail thereby reducing enemy movements. A silver iodide nuclei agent was dispersed from WC-130, F4 and A-1E aircraft into the clouds over portions of the trail winding from North Vietnam through Laos and Cambodia into South Vietnam. Positive results during this initial program led to continued operations from 1967 to 1972. While the effects of this program remain disputed, some scientists believe it resulted in a significant reduction in the enemy’s ability to bring supplies into South Vietnam along the trail. E. M. Frisby,
“Weather-modification in Southeast Asia, 1966–1972,” The Journal of Weather-modification 14, no. 1 (April 1982): 1—3.
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Notas
1
Un programa piloto conocido como Proyecto Popeye, llevado a cabo en 1966, intentó extender la temporada de monzones para aumentar la cantidad de lodo en la ruta Ho Chi Minh, reduciendo así los movimientos enemigos. Un agente de núcleos de yoduro de plata se dispersó desde aviones WC-130, F4 y A-1E hacia las nubes sobre tramos de la ruta que serpenteaba desde Vietnam del Norte, a través de Laos y Camboya, hasta Vietnam del Sur. Los resultados positivos de este programa inicial llevaron a la continuación de las operaciones de 1967 a 1972. Si bien los efectos de este programa siguen siendo controvertidos, algunos científicos creen que resultó en una reducción significativa de la capacidad del enemigo para llevar suministros a Vietnam del Sur a lo largo de la ruta. E. M. Frisby,
“Modificación del clima en el Sudeste Asiático, 1966-1972”, The Journal of Weather-modification 14, n.º 1 (abril de 1982): 1-3.
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Con razón cada vez que se produce un clima "adecuado" a ciertos intereses imperialistas nos volvemos sospechosos: la mosca detrás de la oreja. Yo pongo la oreja y ellos la mosca. Es el precio que tiene que pagar el ordo cognoscendi.
