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En la presentación que hace la guitarrista de la Viuda Alegre de Franz Lehár ya podemos notar en ella la desabrochada alegría y el girocho regodeo con el que introniza su pieza como si hiciera suya la jovialidad de su propia viudedad.
La opereta ha disfrutado de un éxito internacional extraordinario desde su estreno y sigue representándose y grabándose con frecuencia. Aparte del acierto de su música, su título, La Viuda Alegre, puede ser que escarbe, que ahonde en lo reprimido que se lleva, que se acarrea, pero que no se puede sacar a la luz por inconveniencias socio-sobrevivenciales. De acuerdo con la teoría freudiana, los contenidos rechazados (por ejemplo, el aunar paradójicamente viudez-muerte-alegría), lejos de ser destruídos u olvidados definitivamente por la represión, al hallarse ligados --a la realidad de la pulsión-- mantienen su efectividad psíquica desde el inconsciente desde dónde acuden en nuestra ayuda con una subliminal coincidentia oppositorum con la que, aunque callada, todos nos identificamos.
Y hoy, a pesar de que todos los vivos,
no solamente las viudas de Franz,
estan alegres y contentos
por Todo lo que ha Muerto,
no se podría producir tal acontecimiento: se nos echarían encima -hipocresía consuetudinaria- todas las cuadrigas de los ya estigmas establecidos de los derechos y jorobados humanos. Pero nos quedan las operetas de Viudas Alegres dónde hasta la guitarrista concuerda con el formato del título al intronizar su pieza como si hiciera suya la desinhibida jovialidad de su propia y libertaria viudedad.
Post Data
No tratamos de liar el trompo ni buscarle tres pies al gato ni hacernos el listillo, simplemente, preguntar:
¿cuántas viudas y viudos alegres deben de haber en el mundo sin conciencia de ello?
Ya sabemos que no hay estadísticas al respecto.
Sólo historia, como todo.
Porque no es lo mismo enviudarse en la familia consaguinea (incesto), o en la familia punalúa (del tipo hawaiano o del Rapto de las Sabinas, o sea que en esta clase de "familia" era el "raptor" el que, a la muerte de la "raptada", se convertia en "viudo"; la historia del "mono vestido" es para llorar de risa...), o en la sindiásmica (unión de un hombre y de una mujer sin cohabitación exclusiva), o en la patriarcal (un hombre con diversas esposas, con las que cohabita), o en la monogámica: son distintas clases de viudeces, naturalmente. Nosotros preferiríamos enviudar en la familia consaguinea, todos con todas, o la del Rapto de las Sabinas. Pero estas ya pasaron, aúnque atavismos, alegres y tristes, siempre los hubo y los habrá...
Y terminamos ya.
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Hoy, dice el almanaque, es 20 de Abril.
(Mañana será 21)
El mar está en su sitio.
El cielo y el aire también.
Y la tierra que pisamos
nos aguanta sin quejarse,
sin decirnos el por qué.
El sol calienta el frio que se resiste a desaparecer.
La rutina sigue su curso sin ceder.
Sísifo baja y sube sin saber
Nos acostamos y nos levantamos
para de nuevo aparecer al mismo escenario,
al mismo papel que tenemos que leer,
a las mismas muecas y esguinces
que tenemos que esconder.
Nos hacemos un café y miramos por el ventanal
del piso pisero dónde estamos en arresto domiciliario
por entropía cronológica.
Todo es como un pulso eterno,
constante e invisible,
que nos lleva y nos trae
sin que sepamos si el espejismo
que tratamos de resolver
existe sólo en nuestra mente
o es una mortaja infinita
de la que no nos podemos deshacer.
Y ponemos la Viuda Alegre de Franz Lehár.
Ya en los tiempos de Franz,
sin aún haber aparecido el Movimiento Feminista, MF,
estaban las viudas alegres por la desaparición de sus maridos como flor que se marchitó y dejó libres espacios a otras siembras que esperaban crecer y ser recolectadas en los campos del amor.
Ay, amor que te vas para no volver
que un día forjamos juntos
nuestro amanecer!
Y es que hoy no se muere nadie.
Todos estamos vivos
Los difuntos no existen
(Un mundo sin muertos
es un mundo sin vida)
Sólo existen las viudas alegres
Los viudos alegres
Los huérfanos alegres.
Todo son alegrías donde ya nadie muere.
Todos vivos y candentes.
Lo que si puede pasar, con la irrupción del MF,
es que comiencen a surgir compositoras
con sus correspondientes Viudos Alegres
para resacirse de tanto empecinado machismo
como inundan los escenarios democráticos y catárquicos.
Franz Lehár nunca pudo imaginar que su contenta viuda, un día, con tantos contendientes del otro género se pudiese llegar a encontrar. Y es que los tiempos van cambiando que es una barbaridad, ya lo decimos: hoy ni muertos se pueden hallar.
¿Se muere alguíen hoy en día?
Antes se veían carrozas de difuntos por las calles camino del cementerio y gentes detrás llorando y gimiendo. Hoy no se llora ni se gime. No es útil. Y sobre todo por un fiambre. Hoy los muertos pasan en coches negros y cerrados camino del cementerio y ningún vivo se entera de lo que llevan dentro
(al menos que, por infracción de tráfico,
no lo pare la policia y le cobren al muerto
la multa que nunca caduca..)
Hoy todos los vivos,
no solamente las viudas de Franz,
estan alegres y contentos
por Todo lo que ha Muerto.
El mundo de viudas alegres,
viudos alegres,
y huérfanos alegres
ya está aqui.
Ya sabéis el eslogan del futuro
Great Reset:
"No tendréis nada
-ni muertos-
y seréis felices"
