La vejez también implica,
que, a partir de aquí,
todo va cuesta abajo.
Todo.
Los instintos,
las energías,
las esperanzas,
las caretas,
el fisico,
la deteriorización,
la entropia,
el amor,
las flores que recogíamos en el campo,
las mentiras del 'Theatrum Mundi' dónde actúamos
...y el 'lagarto'...que ya,
al sol o a la sombra,
no se levantará tanto,
porque necesita brísas
que ya, el mar,
no produce en sus playas y altozanos.
Y el eclípse lunar empieza
a cubrir luz,
paisajes,
acuarelas,
bordados y encantos.
Y las justificaciones ya no justifican
las coartadas de antaño.
Si.
La vejez,
río estancado;
no nos engañemos,
hablemos claro.
Porque éste es otro de los cordones que la vejez
trae amarrados en sus zapatos:
que es el período último de nuestras existencias
dónde nos cuesta más ser tontos,
donde se hace mas difícil el engañarnos,
dónde se dilúyen los disfraces
y aparecen rostros
que ayer no estaban en el escenario,
y, consecuentemente,
aprehendemos, dilucidamos y descubrimos cosas
que antes no habíamos observado
...o que nos callabamos
porque aún estabamos lejos
del último peldaño.
O sea: que estamos atrapados,
porque si nos mentimos
no vemos la realidad
y contínuamos alienados,
y si no nos engañamos nos vemos avocados
a ver una 'realidad fea'
que siempre habíamos aplazado.
No tenemos escapatoria:
perdemos de todas maneras
al nadar hacia la costa
que el farero ha abandonado.
La vejez es también un fenómeno nuevo,
contemporáneo,
y, como tal, para el cual,
no estamos preparados:
por eso no la soportamos
y ponemos a todos los viejos
en asilos y residencias
para que los cuiden bajo económico pago
¡Que terrible!
¡Que terible ésta época moderna!
dónde la vejez es tan sólo un inútil cacharro,
que molesta,
que se aparta y recluye en un 'apartheid',
afectivo y emocional,
donde van y acaban los condenados.
Si.
La vejez,
la de hoy,
en términos capitalista:
un improductivo e inservible cacharro
que se colecciona y amontona
en edifícios públicos,
asilos,
hospitales,
islas,
soledades,
reclusorios y rellanos,
donde, expulsados del seno familiar,
mueren abandonados.
La vejez:
la gran denuncia
donde al régimen
se le vé su doble cara de 'Janus'.
