"Yo", -dice Colón- "porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra santa fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde estábamos, nadando, y nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otra cosas que nos[otros] les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y todo daban de aquello que tenían de buena voluntad, mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vi más que una, harto moza, y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de XXX años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos. Los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. [Algunos] de ellos se pintan de prieto y ellos son del color de los canarios, ni negros ni blancos, y [algunos] de ellos se pintan de blanco y [otros] de ellos de colorado, y [otros] de ellos de lo que hallan; y [algunos] de ellos se pintan las caras, y otros todo el cuerpo, y otros sólo los ojos, y otros sólo la nariz. Ellos no traen armas ni la conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún fierro; sus azagayas son unas varas sin fierro y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano son de buena estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo vi algunos que tenían señales de heridas en sus cuerpos, y les hice señas qué era aquello, y ellos me mostraron cómo allí venía gente de otras islas que estaban cerca y les querían tomar y se defendían. Y yo creí y creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía. Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían. Yo, placiendo a nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a Vuestras Altezas para que aprendan a hablar. Ninguna bestia de ninguna manera vi, salvo papagayos de esta isla".
Dos mundos se habían encontrado.
Luchas entre hombres a un lado y al otro.
Y yo creí y creo que aquí vienen
de tierra firme a tomarlos por cautivos
Dos estadios del desarrollo humano.
Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió
Pero en uno ya hay armas de hierro
Ellos no traen armas ni la conocen
para matar y conquistar,
ansias de oro, tierras, esclavos, propiedad.
Ha llegado la bola negra: la enfermedad:
lo que será la primera acumulación de capital,
y, con ella, la puesta en marcha de una nueva clase social
y la incipiente caída del mundo feudal.
Con las riquezas saqueadas
llega a Europa la simiente del capitalismo
y su posterior "revolución industrial",
la que llevaría al mundo a la catástrofe actual.
La batalla ya está dada.
Ya se sabe quíen a quíen aplastará.
Pero para que el genocidio,
y el subsiguiente asalto y robo,
se lleváse a cabo con la mínima culpa posible,
aún los 'salvajes descubiertos' no tenían alma,
es decir: se podían esclavizar como bestias
al rítmo de tambores, cruces y fiestas.
No fué hasta cuarenta y cinco años después,
en 1537, que el $anto Padre,
avergonzado hasta la médula
de los monstruosos crimenes que se cometían,
se decidió a proclamar una bula,
"Sublimus Dei",
dónde se le concedía un alma a los nativos,
y, en consecuencia, se hacía "ilegal" el esclavizarlos.
..."Ilegalización" que llega hasta el marco
legal de de nuestros días,
508 años después de aquel Viernes, 12 de Octubre.
Y aunque los grandes masacradores de la Humanidad
como Pizarro, Hernan Cortés, y tantos más,
sigan con sus monumentos y encomiendas
en los textos escolares de la oficialidad,
una nueva "bula",
"Sublimus Iustitia",
ha sido proclamada en Latinoamerica
dándole alma a la Equidad,
para que, a partir de ahora,
realmente,
se deje de esclavizar.
Porque nuevas carabelas han llegado,
éste Martes 12 de Octubre de 2010,
para redescubrir pueblos,
ya con alma,
que están dispuestos a luchar,
para, que, en lugar de que se les den por sus riquezas
unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio
...y otras cosas muchas de poco valor,
se les entregue la "Sublimus Iustitia"
que merece su dignidad,
su libertad,
y su honor.
Simon Bolivar,
el nuevo 'Cristobal Colón',
antítesis del capitan de la Cruz
al servicio del Emperador,
ha llegado a tierras americanas
para realizar esa labor.
Desde la isla de Guanahani,
a Venezuela,
Bolivia,
Cuba,
Nicaragua,
Ecuador,
ALBA que empieza a dar el resplandor,
la '"Sublimus Iustitia" está en camino
de la anhelada Redención.
Pero otros 'Reyes Católicos',
desde la capital del Imperio,
están al quite para que ésto no se haga,
y no han bajado sus brazos ni sus armas,
y poseen una Inquisición poderosa
que vigila y actúa desde todas las pantallas
para quemar éstas nuevas carabelas
que amenazan sus intereses y su "fé cristiana".
Cuídado. Estémos alerta:
no cederan sus derechos sobre el 'Nuevo Continente':
su "Doctrina Monroe" sigue intacta.
