Al igual que el Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea de Erich Fromm nos iluminó
sobre la sociedad dónde vivimos,
un Psicoanálisis sobre la Semana Santa nos iluminará sobre la parte invisible de este iceberg dónde se hace posible,
se hace visible,
que un sufriente en el instrumento de tortura y terror más atroz del mundo,
la cruz, la crucificación, cuya madre, con un puñal en el corazón del dolor, lo siga llorando a lágrimas vivas, y de todo ello se haga una procesión pública...escenario desconocido de ningúna religión en el mundo.
Asi que nos hace falta un nuevo Erich Fromm que nos haga entender que hay detrás de todo esto además de la tradición, arte, devoción, días de vacaciones, atracción turística, hoteles repletos y empresarios contentos...y todo para presenciar este desgarrador tormento, angustias y dolor en las calles.
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...Al menos, claro está, que no se haga otra Semana Santa dónde Cristo sea expuesto llevando a cabo su parte omitida en las procesiones públicas con su central mensaje evangélico de condena de las riquezas, exaltamiento de la Justicia y redención de los oprimidos.
¿Nos podemos imaginar éste paso,
en ésta otra Semana Santa,
desfilando por las calles entre penitentes y fervor religioso ?:
"Llegado Jesús a Nazaret, ciudad dónde se había criado, entró, según su costumbre, en la sinagoga en día de sábado, y se levantó a hacer lectura. Pusieron en sus manos el rollo del profeta Isaías y, al desenrollarlo, se detuvo en el pasaje dónde está escrito:
'El espíritu del Señor esta sobre mi, y me envió a darle la buena nueva a los pobres, a predicar la libertad a los cautivos y a liberar a los 'oprimidos'".
San Lucas 4, 16-25
Entónces, balanceando esta Semana Santa de la justicia y la esperanza con la otra que hemos visto del terror, el sufrimiento, la amagura y el miedo, ya no haría falta ese Psicoanálisis que pedimos porque asi daríamos a conocer la totalidad del Cristo ensangrentado que desfilló ante nuestros ojos, porque asi daríamos a conocer esa otra parte invisible de este iceberg que, en palabras del padre Miguel d'Escoto Brockmann, --y en palabras y hehos de muchísimos más-- reflejaría la totalidad del Cristo revolucionario que nos ocultan:
"Desde que Cristo nació,
el enemigo de sus enseñanzas
ha sido siemre el capitalismo"
