Todo huracan gira alrededor de su ojo.
Toda imaginación también.
Imaginación y huracan por él ven.
Por él giran.
Por él se mueven y respiran.
Su ojo son nuestros ojos.
Sus vientos nuestras ventanas.
Su desplazamiento nuestras atalayas.
El huracan y la imaginación,
sin embargo, no se ven.
Se sienten sus efectos,
no su razón de ser.
No hay límites.
Lo nopermitido se desvanece.
Lo impensado desaparece.
Y quedamos en el libre abismo
que nunca se estremece
Entónces, sólo entónces,
sentimos como el Viento
derriba árboles, casas, puentes.
Todo lo que nos parecía sólido
ahora es fragilidad que se teme.
Que miedo.
Que pavor.
Cómo la imaginación
que todo lo conmueve,
y nada queda en pie,
y todo se hunde y se pierde,
y todo se recrea de Nuevo
para volar con el Viento
que nos lleva al garete.
Es ahora cuándo los ojos
de la imaginación y el huracan
se funden en una sóla vertiente.
Y el espejismo desaparece.
Y el horizonte se nos acerca
Y la imaginación en el ojo del huracan
se eleva a un Sol naciente
donde ya los Vientos
son veletas y remolinos
que se duermen en todos los ojos
que tenemos pendientes.