¡Ele, María, saca el chisme...!
El chisme del Duende,
de lo Imprecedente,
de la Impermanencia
de lo Permanente,
del All is for Nothing,
but Nothing is for All,
esas amapolas entre el trigo
que devoran almas y serpientes
y que se encandilan en fuegos
del sol poniente...
Ese AL-ANDALUS árabe,
anti-cristiano, jitano,
nómada e In-Sur-Gente,
ese que guardó un día
los Pilares de Hercules
dónde el Fin del Mundo
forzó a quedarse a los pueblos
que no podían cruzar al Oeste,
y alli anclaron sus barcos,
sus sueños, sus cantos
y simientes,
y mirando desde el balcón
al infinito prohibido,
adónde sólo podrían llegar
con sus espíritus y mentes...
sembraron esas amapolas
entre el trigo
que devoran almas y serpientes
y que se encandilan en fuegos
del sol del poniente...
Allí nació el Duende,
la herida abierta
detenida en el horizonte
al no poder cruzar el mar,
el dolor,
la muerte,
el desagarro,
lo profundo,
lo In-Sur-Gente...
