Groucho Marx, que, como todos sabemos no era 'marxista',
sino que, simplemente, u.s.a.ba su cabeza en correctos términos con el 'pricipium rationis', llamaba a the United States, the United Snakes, las Serpientes Unidas...¿pero para qué insultar a las serpientes, don Groucho, cuándo ellas siguen mudando su piel sin meterse con nadie en la paz de sus guaridas?
Otro preclaro cortex cerebral, afuera de toda sospecha 'marxista', fue Mark Twain, que suelto y sin ningúna clase de inhibiciones, decía: "There is no native criminal class except --US-- Congress", 'No hay una nativa clase criminal excepto el Congreso'...¿pero, don Mark, para qué denigrar a los criminales --que también tienen sus corazoncitos-- equiparándolos a los 'congressman'?
Pongamos las cosas afuera del subjetivismo que articula ese 'Épater la bourgeoisie' y situemos las piezas de ajedrez en sus correspondientes cuadros.
Porque creemos que éstos dos famosos personajes, no es que se pasaron, sino que se quedaron cortos.
Cortos en un sentido naïve, en una noción y percepción que en ésta era orwelliana, cibernética, y ya sin ética, catapulta al Novo Ordo Seclorum a cotas destructivas y alienativas que nunca se pudieron imaginar, y que nos está canibalizando con su cuadrada omnipresencia militar y commercial en el espacio, tierra y mar y redes privadas que por 'sociales' la hacen pasar; y todo ello nos incrusta ese Ordo hasta la médula espinal para imponernos ('imputedness', lo llamaba Georg Lukács) éste Estado de Derecho de la Dictadura Global que cada día nos dobla y nos joroba más y más...
