"Y los días se echaron a caminar.
Y ellos, los días, nos hicieron.
Y así fuimos nacidos nosotros,
los hijos de los días,
los averiguadores,
los buscadores de la vida"
"Los Hijos de los Días"
Eduardo Galeano
Todo es nuevo,
el piso,
la ciudad,
los muebles,
el ascensor,
las gentes,
las calles,
el cielo,
la existencia,
la esencia;
sin raíces,
sin recuerdos,
sin poder coger
esa maroma del pasado
donde identificar lo que somos
y el sentido de lo que hacemos;
sin poder hallar nuestra placenta
ni el cordón umbilical
de nuestras esferas.
Todo es ajeno;
en otras azoteas;
historias,
culturas,
lenguas,
distintos senderos
que bifurcaron otras señas.
Es el transfuga que lleva
en su macuto mil y una mudas,
los outsiders de la diáspora
--desde sus submarinos y caletas--
que rumian los pastos e hierbas
de sus caminos y riberas
para sacar los nutrientes
de sus antiguas experiencias
y que éstas acunen sus carencias...
mirando desde arriba,
desde un ático cualquiera,
mientras desde la iglesia
llegan unas campanadas
que suavizan la tormenta.
Vilanova
--la Geltrú, celosa del mar, se divorció de él--
es una pequeña ciudad agradable
donde el calmo pulso provinciano
aún no ha sido alterado
por el virus del turismo
y los felinos del consumo
que desgarran tanto...
El nítido horizonte sobre el mar
refleja la limpieza de la atmósfera,
y al pasar por sus viejas calles
hay un silencio congelado
deshabitado de personas
donde una tristeza estática
cierra cada puerta y ventana.
(Es esa España cansada de historia
donde aún no han brotado las rosas)
Todo es nuevo,
ajeno,
tras un cristal enexplorable,
sentido desde la tangente
que toca a la circunferencia
en tan solo el punto
de la terraza de un piso-jaula
que encierra almas.
Es el deber de entendernos todos los días
mientras el tiempo, los días, nos llevan,
y tratamos de remendar y zurcir
el tiempo que nos queda
a ver si, al final,
salimos de aquí con la respuesta.
"...y así fuimos nacidos nosotros,
los hijos de los días,
los averiguadores,
los buscadores de la vida"
...los que llegamos a un nuevo lugar
acarreando cajas y maletas
--la casa a cuestas--,
los buscadores de la vida,
que, en esa hora cero
donde el circulo ya no rueda,
nos preguntamos sin que nadie nos vea:
¿Qué hacemos aquí
lejos de nuestras estrellas,
dónde 'tú niñez, ya fábula de fuentes',
no las encuentra?