Saturday, March 23, 2024
ARTE, UNA FORMA IMPRESIONISTA DE NUESTROS TIEMPOS
El día parece lagrimear en sus sentidos.
Siete y media de la mañana de un 23 de marzo marzo de calendarios huecos cuándo dejamos la horizontalidad onírica del lecho e ingresamos al consciente de los humanos, esas rutinas que apergaminan los sentidos y lo pensado.
Y abrimos el cacharro internetero (tan mal vamos ya acostumbrados) para enterarnos un poco de lo que está pasando, de lo que ocurre e impiden estos Excelsos Bastardos para que nada les moleste en sus omnídos escenarios lo que crea esa incertidumbre ferrea de preguntarnos sobre las inmanencias y semánticas que experimentamos en este camino sin retorno colapsado y que nos llega como la luz de esos
cuásares lejanos que nos evían sus potentes rayos para advertirnos, para indicarnos
que vamos por caminos absurdos y equivocados a los que no nos acostumbramos...y entónces el miedo nos nos atrapa cuándo vemos la verdad -a medias- del Nihil est sine ratione,que nada es sin su razón de ser, decían los romanos tras genocidar al pueblo de turno.
Y el miedo nos coge al preguntarnos, ¿cúal podría ser la razón funcional de este orbe humano tan trastocado, tan denigrado, tan espachurrado? ¿O es que el Nihil est sine ratione
es tan sólo una ilusión que nos hemos fabricado para copar con esta desquiciada época dónde la Razón tras lo que está pasando al Absurdo le está cediendo su legado?
¿Que Razón debe de haber tras lo que está pasando en el mundo del mono-vestido si la luz del cuásar --del universo- nos advierte que vamos por caminos errados y un Panopticón
carcelario de vigilancia perpetua cuida con esmero que cada cúal no se salga del circulo señalado...y encima de todo a los pastores seguimos respetando?
¿Que razón razonable puede haber detrás de todo este espectáculo de amos y esclavos,
de pastores y de rebaños,
dónde la inconsciencia de los interesados
son los mastines entrenados que cuídan
de que no tratemos de escaparnos?
Y en el gran laberínto internetero dónde se forjan las torres de babel que nunca llegaran al cielo prometido, nos encontramos con un cuadro dónde alguíen ha pintado el mundo que se nos viene abajo mientras otro nuevo quiere tomar su lugar para alcanzar todo lo que nos prometieron con burdos engaños...
Son líneas y trazos, sin ortodoxias, dónde el anonimato del ser humano trata de esbozar, a pulso suelto de impresiones de ríos desbocados, lo que no se entiende, pero que tiene que ser parido, pero que tiene que tener algún sentido, algún cangilón acertado en la noria que ad infinitum da las vueltas por dónde llegamos y por la que otro día nos vamos.
Y nos detenemos en ello, en el cuadro, tratando de encontrale una razón, una explicación, al desesperado absurdo dónde nadamos dónde las cosechas de lo que sembramos se marchitan a cada instante bajo las mismas manos con las que las plantamos.
Que si, que estamos de acuerdo -a medias- con lo que decían los romanos, porque no hallamos la causa, la razón, la dirección (ya disecada en este orbe alienado) de todo este embrollo, de todo este Monstruo que se ha fabricado sin el consentimiento de los padecientes delmismo, sin arquitectos que hayan levantado sus planos, tan sólo guiandonos por los bocetos de los inversores que sólo miran los prácticos resultados, pero para ellos tan sólo y para que los demas que se vayan al carajo...y todo esto lo pintan con túnicas resplandecientes, con vistosos esaparates para deslumbrarnos.
Y asi nos levantamos a este 23 de marzo, inocentes y culpables, sísifos rutinizados en subir y bajar la roca que nos han dado, cuándo el día parece lagrimear en sus sentidos sin entender qué esta pasando aún a sabiendas de que nada es sin su razón de ser en este excelso y Gran Laberinto dónde el pintor del cuadro sabe expresar lo impensado, el fondo de un invisible iceberg al que nunca llegamos, el dolor del desorientado, pero que aún se orienta al situarse sobre el mapa olvidado. Pero ¿de que Razón estamos hablando? ¿De la que por cada problema resuelto se hunden sobre nosotros el cielo bajo el que navegamos? ¿De qué carajo estamos aqui hablando, gesticulando, escribiendo, gritando, repitiendo las mismas cantinelas y bagatelas que ya no van a ningún lado porque todo lo que ocurre en un barco escorado está irremisiblemente escorado?
Y no es metafísica de ida y vuelta ni columpios ontológicos de los que nos estamos colgando, es una realidad dónde queda suprimido todo lo abstracto, todo solipsismo para escapar del ya decaído escaparate dónde nos hemos encerrado, para tratar de salir del sepulcro blanqueado que nos asignaron.
Don Segismundo, el Freud, lo llamaba Ananké (en lugar de Razón), el Principio de Realidad de un Orbe que nos anuncia que ha fracasado y, al mismo tiempo, impide y obstaculiza cualquier intento de arreglarlo, ¿y quienes pueden ver aqui ese Nihil est sine ratione,que nada es sin poseer su razón de ser?
Y es cuándo aparece ese reductio ad Absurdum como un polizón que se cuela sin pagar en la nave de la razón a la deriva ya y con un timón fijo -sin timonel- que, pase lo que pase, no cambia de dirección.
¿Pesimismo cultural? ¿Negativismos infiltrados? ¿Obsesos deseos de aguar las fiesta dónde cantamos? ¿Síntomas neuróticos del rechazado que se revuelve contra el cosmos que nos ha tocado? ¿Resentimientos proyectados? Ojala fuese una de estas cosas...
totalmente indiferente a lo que hemos dicho.
Y nos vamos
A volar en otros jarros encerrados
si nos dan comida y recreos
que nos permitan llevar nuestras
embotelladas vidas.
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