En el catafalco de risas partidas,
dónde se juntan los deltas de lágrimas
y los véctores del paralelogramo,
huérfanos enmascarados en huesos y espadas
que no hallan la Resultante ansiada,
también hay una flor,
caída y empolvada,
que mana dolor marchito,
que presiente todas las aguas,
como una bacteria arcáica
que desea regresar
a su perdida morada.
¿Sabes su nombre?
¿Sabes como se llama?
¿Percibes su olor, su color,
su fuego sin llamas?
¿Su campo mrfogenético
que una vez embriagó
jardines y atalayas?
¿Su ámbar en aguijón,
sus pétalos de hada embalsamada?
Es la sombra.
Tú sombra,
la que llevarás un día a la tumba
cuando pierdas las alas.
Es tu esqueleto,
el maya de tu panorama,
el horizonte al que te acercas
y nunca toca tú alma;
es también la fábula de tu infancia,
el ovillo del tiempo
disipado en brumas y nostálgias.
Es -también-- el mar, la ola, la playa,
el flujo del existir,
libélulas como estrellas
en esotérica danza;
es la ilusión del pasado y el devenir,
el espejismo del principio y el fin,
es esa comba del transcurrir
dónde nos inscriben para resistir.
También son muchas cosas más
...difícil de enunciar,
de catalogar.
Es esa misma mano
que abre la herida y la cura
en eterna paradoja
que inunda tierras
dónde, después, el desierto,
seca y ahoga.
¿Y sabes el por qué?
Porque "desde la ameba a la conciencia
se sube por una escalera de llanto",
cómo dijo León Felipe.
-'¿Por una escalera de llanto?-'
Sí.
De llanto.
-'¿Es verdad?'-
Sí.
Es verdad.
-'Bah...¡que va a ser verdad...!
León Felipe siempre con sus trágicas
exageraciones existenciales
y ontológicas del ser...
No entiendes...
El llanto es la antesala de la conciencia,
es el manantial del río
que nos hace desembocar,
es el flujo hidráhulico
por el que tenemos que navegar;
es, simplemente,
volvamos a lo elemental,
el líquido que engrasa las bisagras
de la ventana por dónde tenemos que mirar.
-'Mirar, ¿qué?'-
Mirar por el ojo de la conciencia
de que "el nacer es morir"
...pero, ¡espera!...¡espera un momento!,
porque hay una salida
a esa "escalera de llanto",
un desvío, que, al tomarlo,
nos puede librar del colapso
de esa escalera del llanto.
-'¿Cúal, cúal es?'-
Morir es un castigo.
¿Sabías que el único ser que muere
en la Tierra es el hombre,
todas las demás criaturas no mueren,
no conocen la muerte:
tan sólo "dejan de vivir".
Porque una cosa es "morir"
y otra es "dejar de vivir".
-'No lo entiendo'-
Verás.
Cuándo comimos el "frúto prohíbido"
nos castigaron con la Muerte;
ésto, naturalmente, no quiere decir
que antes de la transgresión no moríamos,
claro; lo que quiere decir
es que antes de la "Desobediencia Ancestral"
no teníamos 'conciencia del morir',
simplemente, cómo todos los demás seres,
dejábamos de vivir en un momento dado,
nada más.
¿Comprendes ahora?
De la ameba a la conciencia
se sube por una escalera de llanto
...solo a partir de la Desobediencia Ancestral;
antes de ella no había 'llanto',
no había conciencia de llanto.
¿Lo ves ahora?
No había conciencia del 'nacer para morir'.
Todas las criaturas
que comparten con nosotros éste mundo,
viven,
no sufren la muerte,
su muerte:
existe y dejan de existir,
entran y salen de la vida
sin conocer la Muerte,
sin el dolor de los humanos-castigados.
¿Comprendes?
-'No. Me suena demasiado teológico,
castigo, falta, pecado, transgresión...
es cómo un devocionario teosófico'-
No.
No es así.
Estás equivocado.
Es totalmente antropológico:
el "homo sapiens" es el único antropoide,
que, en tres millones de años,
ha pasado de 400 centímetros cúbicos
de volumen craneal a mil quinientos.
Y esto no es teología:
es antropología,
paleontología,
y de las más extrañas porque nadie sabe explicarlo.
Quisimos ser como dioses
y no tuvimos la paciencia de serlo
mediante la evolución natural
y nos precipitamos a 'comer'
el frúto del "árbol de la ciencia del bien y del mal";
fué entónces cuando nuestra 'testa'
empezó a hiperdesarrollarse
de manera abnormal.
No. No es teología: es empirísmo fundamental.
Nuestra propia cabeza es el castigo
--el llanto-- dónde radica 'la muerte',
lo que nos hace sufrir,
y no es porque, de 'per se'
esté hiperdesarrollada,
es porque aumento demasiado
en poco, en poquísimo tiempo
después de haber comido
del "fruto prohibido"
¿Se te hace ahora coherente?
Este es el desvío
en esa escalera del llanto:
safarnos del castigo,
redimirnos a nosotros mismos porque...
en el catafalco de risas partidas,
dónde se juntan los deltas de lágrimas
y los véctores del paralelogramo,
huérfanos enmascarados en huesos y espadas
que no hallan la Resultante ansiada,
también hay una flor,
caída y empolvada...
Levantémosla y desempolvámosla.
