Dejemos al lobo de nuestas páginas anteriores, de si lleva razón o no, y de si la guerra estará por venir o no; enfundemos la vista en otras arboledas que también viven junto a nosotros, en esos vergeles dónde bebemos y descansamos del largo y duro camino que encierra la criatura humana en su continua expedición, busqueda contradictoria de esquemas que la liberen del peso interior. Hoy, en esa busqueda, nos hemos vuelto a encontrar con Antonio Gala al que le venimos seguiendo los pasos de naufrago a ver si su faro nos ilumina --aunque sea temporalmente-- la costa hacia la que nadamos después de que el barco se nos hundió. Vamonos con él...
"No os molestéis, conozco la salida"
--nos dijo Gala--
No sabemos con qué intención;
quizás fuese para ayudarnos a salir del Laberinto,
o tal vez para confundirnos mejor.
Lo que si sabemos es que todo conocedor de la salida
es conocedor de la entrada
--esas dos puertas cóncavas y atávicas--,
aúnque en ésta segunda gnosis nos dejará que nos molestemos en enseñarsela porque siempre en el alfa se produce, como en el Big-Bang, una gran --y ajena-- explosión
--esas dos puertas cóncavas y atávicas--,
aúnque en ésta segunda gnosis nos dejará que nos molestemos en enseñarsela porque siempre en el alfa se produce, como en el Big-Bang, una gran --y ajena-- explosión
que nos empuja a expandirnos por un Universo
que se nos abre hacia afuera, hacia la luz...
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Pocos hombres llegan a conocer
esas dos puertas cóncavas y atávicas
por dónde entra la luz y las sombras,
el alba y el policromo ocaso
que derrama sus últimas
y preñadas esmeraldas.
Pocos recorren ésta álgebra escarpada
dónde el paisaje y el terreno,
fluctuaciones y transcendencias
que caminan hermanas,
se acoplan estéticamente
para ser descritas bajo todas las formas
en la escritura y en el habla consumadas.
Pocos comienzan a tirar
del Hilo de Ariadna
en la dirección correcta
para arribar a la salida deseada
recorriendo el meandro existencial
dónde vamos dejando huellas y pisadas,
inteligencia, corazón,
excelsa mordacidad y lágrimas,
y soledad unigética --mucha--
de esa que esconde
una sabiduría impronunciable
dónde el dolor cobija sus capas
y revienta las bisagras.
Pocos nacen y alcanzan las atalayas
en dónde la flor del narrador
se hace vida intensa y enamorada,
pulsión vital, creación,
denuncia y esperanza,
perínclito parnaso de estrellas
que los demás no sabemos mirar
hasta que llega él a alumbrar
a todos los que están en casa
cuya profundidad y peso
sólos, no podemos soportarla.
Hasta que llega y nos dice:
'No os molestéis, conozco la salida',
podéis guardar vuestras guías y catecismos,
vuestras letanías y ordenes tabuladas,
sé llevar mi equipaje bien facturado
para no temer lo que a vosotros
miedo os causa...
Y entónces nos damos cuenta
que aúnque no nos lo diga
también conoce la entrada,
un sortilegio de coincidencias
con el que llegó marcado
desde sus entrañas.
Y subimos con él al tren
--de entradas y salidas--
sabiendo que ya hemos cubierto
nuestros senderos y jornadas...
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PD:
Pero, claro, todo son verdades a medias, incompletas, escindidas.
Afuera de esta lírica apologética hay, naturalmente, otro Antonio Gala. Un don Antonio que conocía las fronteras de la España dónde vivía, límites y bordes que no podía cruzar su talento, su arte, su pensamiento, su duende, su mordacidad y melodías...porque sabía que de hacerlo caería sobre él la guillotina que lo cortaría. Y don Antonio es demasiado listo para ser seccionado y perder la borla que lo guía. Tu no vas a obtener el premio 'Planeta' diciéndo cosas indebidas ni vas a ser tan bien recibido en los salones de palacio dónde el 'no trespassing, private property', rige como ley infinita, ni vas a escalar masivamente los miedos de comunnicación para convertirte en el granda protagonista sino saltas a la comba permitida.
Es obvio.
Luego aqui hay una concesión, una compra, una prestidigitación, aceptada y asumida por el público que lo admira --¡hay tan pocos a lo que admirar!-- que le hace sacar palomas blancas de su bombín de mago y que a nadie se le ocurre pedirle, demandarle, que se deje de trucos y que se exponga, desnudo, a comprometerse realmente con el mundo que lo alza y lo mima porque talento y conocimientos tiene para iluminarnos el camino de la cima.
Una vez le oímos decir en una entrevista que "Franco era un desgraciado", que nos parece bien, no tenemos reparos ni axiologías ideológicas que nos hagan prohibir su opinión al respecto, pero...come on, Don Antonio, come on...you know better than that...
Bueno, la fama, el dinero, el poder, el 'Atman' y, sobre todo, el ser reconocido por el 'Ananké' y sus circunstancias, marcan la pauta y debe ser una aditiva droga que compra, hipnotiza y halaga, y el hombre es una criatura agradecida y compensatoria y sabe devolver lo que a él dan de sobras no cruzando ciertas montañas y, sin darse cuenta (¿), se le olvida de ariesgar, de comprometerse, pasando ciertas orillas y rayas porque sabe que si lo hace no llegará nunca a tener y poseer lo que a la ontologia de su ser le hace falta...De aqui que Franco sea un desgraciado en lugar de haber hecho la desgracia de los demas.
Antonio Gala tuvo que nadar y guardar las ropas en la playa, su talento, en aquella España de piedra y hachas, maniobró con pericia para aprender a denunciar sin caer en desgracia. Evidencia rotundísima de que nunca molestó realmente al régimen. Este fue el único triunfo que le faltó.
Gala, por otro lado ladero, en la curva ontológica, se come mucho asi mismo, se ordeña y se mansturba demasiado a él mismo, desde luego, fuerza tiene para ello, que duda cabe, y ello tiene lugar, exógenamente, porque el exterior lo estimula, lo aclama, lo reconoce y lo exalta de esta manera, pero esto hace que vuele demasiado alto y comience a explorar cuevas y caminos para los que no está preparado, es cuando se le nota la falta de entrenamiento cultural al entrar por avenidas en las cuales no ha estudiado las bisagras que abren estas puertas: es un buzo a pulmon libre, le falta las botellas de los submarinistas...como una antropologia-del-pesimismo-cultural de Derrida, Foucalt, Marcuse, Nietzsche, Adorno, Toynbee, Meleau-Ponty, Sartre, Heidegger, Deleuze...paremos, dejemosnos de pedanterias; en esto don Antonio esta muy españolizado, provincianolizado, y es por ello que cuando bucea en mares profundos se queda sin oxigeno...aunque lo suple con sus bellas prestidigitaciones literarias y pseudocientificas...Bueno e'ta...Le damos un sobresaliente porque de hecho pertenece a esa industria del entretenimiento anti-kierkegaardiano que es el que mas vende y el que mas rosquilla de navidad promete. Por ejemplo, un dia le oimos establecer las causas de la trancisión del matriarcado al patriarcado y nos partimos de risa; lo mismo que cuando se pone a especular sobre el amor que se tira hacia una metafísica de novela rosa...quizas todo en el sea rosa, flor de múltiple pétalos que con a realidad inodora y sorda. Creemos que le hubiése venido muy bien tomarse una media docena de LSD para agrandar y ensanchar la imagen que de si mismo en su espejo adora...
Antonio Gala: el auto-adorado
