PARA LOS AMONDAWA "EL TIEMPO SOLO ESTA EN-LO-QUE-PASA": NO HAY "TIEMPO" ABSTRACTO

La tribu amazónica que no tiene palabras para el tiempo,
Jason Palmer
BBC Mundo
sab, 21 mayo 2011 13:23 CDT
© V Da Silva Sinha


Los Amondawa no tienen palabras para los períodos de tiempo como "mes" o "año".
Una tribu amazónica no tiene un concepto abstracto del tiempo, afirman investigadores.


La tribu Amondawa carece de las estructuras lingüísticas que relacionan el tiempo y el espacio, como, por ejemplo, nuestra idea de "trabajar durante toda la noche".


El estudio, publicado en la revista Language and Cognition, muestra que mientras los Amondawa reconocen los eventos que ocurren en el tiempo, éste no existe como un concepto aparte.


Los Amondawa fueron contactados por primera vez por el mundo exterior en 1986, y ahora investigadores de la Universidad de Portsmouth, en el Reino Unido, y la Universidad Federal de Rondonia, en Brasil, empezaron a analizar la idea del tiempo en el lenguaje Amondawa.


"No estamos diciendo que esta es 'gente sin tiempo' o que estén 'fuera del tiempo'" dijo Chris Sinha, profesor de psicología del lenguaje en la Universidad de Portsmouth.


"La gente de Amondawa, como cualquier otra gente, puede hablar de eventos y secuencias de eventos", dijo Sinha a la BBC.


"Lo que no encontramos es una noción de tiempo que sea independiente de los eventos que están ocurriendo; ellos no tienen una noción de tiempo como algo en lo que los eventos ocurren".


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Los Amondawa tienen el "concépto del tiempo"
--empíricamente-- tan sólo "incrustado-en-lo-que-ocurre",
tan sólo inherente en la cadena lineal
de los acontecimientos que-tienen-lugar.


Afuera de "este contexto",
EL TIEMPO NO EXISTE,
NO TRANSCURRE
DE NINGUNA MANERA.
Afuera de ello el "tiempo"
es tan sólo una ABSTRACCION,
FICCION.

Esto, entre otras cosas,
tiene que tener enormes implicaciones
en el sentimiento --en nuestras lenguas--
de "sufrir la inevitable muerte"
que a todos nos espera,
porque ésto conlleva
un "transcurrir-en-el-tiempo-hacia-ella".
Pero como para Los Amondawa
éste "transcurrir" no existe
afuera de los hechos mismos,
afuera de lo-que-pasa,
tampoco debe de haber
ese "sufrir" hacia la muerte
inmanente en ello.

Así, el falso concépto que tenemos del "tiempo"
queda descuartizado de pleno.

Así, la idea del "tiempo" en la física moderna
y en la mecánica cuántica
queda reducida a un bizantinismo especulativo
en comparación con el REAL entendimiento
del tiempo que tienen Los Amondawa.


"EL TIEMPO ESTA -TAN SOLO- EN LO QUE PASA".
Afuera de ello "no-hay-tiempo".
El tiempo no-esta-en-nosotros:
está en-el-mundo-que-vivimos.
Un tremendo conundrum epistemológico
queda resuelto con ello.
(Aqui se "resuelve" el "Ser y el tiempo" de Heidegger)

Un corolario podría ser éste:
Cuando no-pasa-nada-no-hay-tiempo
(Antes del Big-Bang no había "tiempo", naturalmente)


Esto tiene una tremenda y transcendental proyección
en nuestras vidas humanas.

Para entendernos,
para entender,
yo deduzco que el "corto-circuito"
en el cerebro de Los Amondawa
ES MENOR QUE EN EL DEL "HOMO OCCIDENTALIS":
porque el "tiempo",
para nosotros,
"transcurre" en vacuum,
abstractamente,
religiosamente,
metafísicamente.
Lo que ocurre es que,
al mismo tiempo --ésta es "otra clase de tiempo"--, 
se toma como un valor de utilidad,
de mercancía,
para nuestros Negocios,
independientemente de la cadena
de acontecimientos que ocurren
a nuestro alrededor.


....¡¡Ahora me explico por qué
estamos todos tan liados...!!


...¡¡Ahora me explico por qué
el "HOMO ECONOMICUS"
está cada día mas neurótico,
psicótico,
esquizofrénico y desorientado...!!


POR FAVOR:
¡¡¡Empecemos todos,
cuánto antes,
a hablar la lengua de Los Amondawa!!!


Cambiemos nuestro sistema educativo,
tiremos por la borda éste "HOMO ABSURDUS"
que ha fabricado un sistema económico Absurdus
con un lenguaje Absurdus
hasta el "delirium tremem"
de afirmar que "EL TIEMPO ES ORO".


¡¡¡Que blasfemia!!!
¡¡¡Que aberracion!!!

Si yo fuese Ministro de Educación
de cualquier país,
mañana mismo,
mañana mismo,
IMPONDRIA,
POR LEY,
LA LENGUA DE Los Amondawa...

...El capitalismo se iría a la mierda
en tres horas, y, con él,
su empozoñada cultura
de terminologías y palabras
que sólo sirven para Alienarnos
aún más de la Realidad y los Hechos,
envolvíendonos a todos en una especie
de Artifical Ovillo del Tiempo
creado, exclusivamente, con el fín
de perpetuar un régimen establecido
con la semántica de unas palabras
que en nada concuerdan
con la objetividad que tratan de representar.


PD:
Si seguimos deductivamente
la conceptuación gramatical
de Los Amondawa sobre el tiempo,
cuando alguíen muere,
"sale del tiempo",
pués al salir de la concatenación lineal
de los acontecimientos,
que es el único lugar donde,
para Los Amondawa, existe el tiempo,
lógicamente, también, al morir,
SALIMOS DEL TIEMPO.

Ante lo cual,
y para concordar con ésta forma
de aprehender el mundo,
podríamos decir,
que, al nacer,
ENTRAMOS EN EL TIEMPO,
y, al morir,
SALIMOS DEL TIEMPO,
una forma certeramente cognoscente
de decir que con el nacimiento y la muerte
entramos y salimos de la vida.

Porque al sustituir "vida" por "tiempo"
se le dá a éste el exácto valor
para poderlo comprender
en la auténtica raíz epigenésica
de su misteriosa dinámia.

En realidad, "eternidad" tiene que ser entendida
por "ausencia de tiempo",
e, "imparmanecia", en lugar de aprehenderla
como "temporalidad",
tiene que ser concebida como "presencia-de-tiempo"

http://sisifocansado.blogspot.com/2011/05/para-los-amondawa-el-tiempo-solo-esta.html

VISITA AL MEDICO

Ir al médico es siempre,

se diga lo que se diga,

una experiencia traumática
que todos absorvemos
de distintas maneras.

Yo, por ejemplo, la absorvo llamándola
por su nombre: traumática

Y de ésta manera, naturalmente,
deja de ser traumática y se convierte
en una experiencia ontica-ontológica
del "ser ahí" heideggeriano.

Y a partir de aquÍ surge la analítica implícita.

El médico corporativo,
tal como lo conocemos hoy en día,
es una invención muy reciente.

Salta a la palestra histórica
cuándo los burgueses se dieron cuenta
de que la "salud" de sus siervos
podría ser también un buen negocio.

Pero, claro, para mantener el negocio
habría, antes, que enfermarlos a todos,
y, ¡oh, dioses y diosas del Olimpo!,
aquí también descubrieron otro negocio.

Porque, en realidad, sólo le tendríamos
que pagar al médico corporativo
cuándo estamos bien y sanos.

Pero pasa al revés (boomerang dialéctico):
tenemos que pagar cuándo estamos enfermos
y tenemos que ir a visitar al galeno.

Así nació el gran negocio de prolongar la vida.

Ahora, la muerte, en éste contexto,
se ve venir con telescopio,
desde lejos.

Al igual que en astronomia vemos venir
el cometa que se aproxima, es decir:
ahora vivimos la muerte muchísimo
mas que antes, es decir:
morimos más que antes cuándo
no se veía llegar
...y..¡plaf!, arribaba de golpe y ya está.

Entónces ir a visitar al médico corporativo
es usar éste telescopio para vivir la muerte
y verla llegar.

Por eso, la experiencia,
se diga lo que se diga,
es traumática,
a pesar de que se trate de trivializarla.

Ahora estoy en la sala de espera.
Esperando.
Otros congéneres pacientes están a mi lado.
Los miro, y encuentro en todos ellos
el mismo telescopio que gira en sus espacios.

Nadie habla.
Todo callado.
Tan sólo el universo de la muerte
con sus galaxias,
planetas y agujeros negros,
en movimiento,
en silencio,
misterios profundos
desde el principio abierto.

El motor del aire acondicionado
condiciona, con su zumbido,
cogitos y presentimientos abortados.

Todos esperamos que nos llamen
desde algún lado.

Parados, sentados,
estatuas ahora sacrificadas
en lo congelado del médico corporativo
que prepara ya sus recetas,
sus píldoras y farmacos recomendados.

Siento en todos sus telescopios ensamblados
de lentes cóncavas
a las que llegan una luz
que trae al presente un pasado,
lo mismo que esa luz de estrellas lejanas
que ahora mismo,
por algún lugar,
viene viajando por el espacio
y que un dia llegará a la Tierra,
a nosotros,
para decirnos que LA HORA ha llegado.

Esa Hora, que, ahora,
en la visita al médico,
queremos retrasar lo posible
porque el seguir vivos
es el deber que todos acarreamos
(es un deber impuesto
que nunca analizamos)
Un instinto que se remonta
a tres mil quinientos millones de años atrás,
cuándo los átomos,
cansados de su soledad,
formaron la primera célula
que aún en nosotros sigue vibrando.

"-¡El siguiente!-"

Y una vieja se levanta
como si le hubieran leído
una sentencia que tiene
que apelar para permanecer
en la "mundanidad" heideggeriana
otro rato.
Anda despacio hacia la puerta
que una enfermera
se la mantiene abierta con la mano.
Ya en la misma puerta,
se vuelve hacia nosotros,
que seguimos esperando,
y nos dice con voz
de rata vieja a punto de morder
el queso que en la trampa está ubicado:

"-Cuándo vengo al médico me pongo peor-"

Y todos la comprendemos sin añadir comentarios.

http://sisifocansado.blogspot.com/2011/05/visita-al-medico.html