Literal traducción del latín al español.
Ello está en la omnipresencia del dinero,
en los dólares,
en la mente,
en el alma,
en la ideología,
en los planes que trazan todos los días;
y el aristotélico silogismo no puede ser más certero:
Si lo que Hacemos-Nosotros lo aprueba Dios,
si H-N = D,
y si Dios es Bueno,
y si D = B,
luego lo que Hacemos-Nosotros es Bueno,
H-N = B
Este silogismo de conclusión axiomática
es el Gran Sello,
"The Business Card" con la que el Imperium trabaja.
Y parece que nadie repara en ello,
como si fuese normal,
lo mismo que en la Edad Media,
con la misma 'psicopatología de la normalidad',
se veía el Gran Sello Pontifical
de la Inquisición cuándo los que llevaban
al hereje a la pira eran Buenos
porque lo que hacían también lo aprobaba Dios.
Y lo curioso y significativo es que ningún país en la Tierra
se ha atrevido a tener éste clase de Gran Sello
...excepto uno: el Imperio Norteamericano.
Y es lógico porque, históricamente,
todas las Inquisiciones han tenido la necesidad
de usar una clase de 'Sello Divinizado'
--alegórico, mitológico, teosófico--
para poder llevar a la pira a los 'herejes' de turno,
que, no de otra manera distinta
a la aprobación de Dios se los ha podido quemar,
empalar, crucificar, o "drone-asesinar",
sin levantar la protesta y el desorden social.
Todos los Imperios y régimenes dictatoriales,
--es decir, el grueso de la história humana--
para que la lucha de clases no escinda
la amalgama que require la clase social en el poder,
han tenido que 'teocratizar' su "modus operandi"
para que sus grandes crimenes
concuerden con la divina voluntad,
y bajo ésta luz ahora entendemos
la famosa letanía (y blasfemia) yanqui
del "In God We Trust".
Porque, naturalmente, siempre hay que creer
en El que dice sí a las cosas que hacemos,
de lo contrario el aristotélico silogismo
no podría alcanzar su conclusión axiomática de:
H-N = B
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Epílogo
Hoy en día podemos observar nítidamente que las proposiciones como premisas y conclusión del susodicho silogismo del Imperialismo de los USAdores, ocupan un lugar especial en el subconsciente colectivo del ser humano, dónde (aúnque sea hipostasiando Dios por 'libertad': "Nosotros, los Americanos, somos por destino, más que por elección, los vigilantes de las paredes de la libertad en el mundo" J.F. Kennedy), no solamente es temido, odiado, olvidado, venerado, combatido y asimilado, lo mismo que Georg Lukács decía de los escritos de Kafka que eran "la manifestacion del carácter diabólico del capitalismo moderno y la impotencia del hombre frente a ello", sino que además se ha constituído, en las entretelas del 'ethos' de los individuos colonizados, en una especie de 'alegoría' tal como la definia Walter Benjamin: como un procedimiento-resorte que es capaz de captar las "caras hipócritas de la história" en un 'petrificado paisaje de primavera'; es decir, que la dimensión del proceso histórico es percibido, alegóricamente, como un campo de ruínas, como un paísaje de desolación y desastre dónde los seres humanos quedamos petrificados al igual que el paisaje de marras. Pero no olvidemos, ésta es una 'alegoría' que, precisamente, nos ha manufacturado la intocable conclusión del citado silogismo, el cúal se hace indesmontable al menos que le quitemos sus falsas proposiciones...que es la batalla que, por ejemplo, ahora está teniendo lugar en Venezuela dónde la Inquisición de los que aprueba Dios esta USAndo a los estudiantes encapuchados de los ricos para tratar de montar las piras que consuman su Silogístico Auto de Fé, SAF.
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