Tal parece que a Ilich Ramírez Sánchez le ha tocado hacer frente a todos los hándicap. Considerado terrorista por el Estado francés, detenido por agentes de Francia en Sudán (en un procedimiento que él no duda en calificar como secuestro) y a las puertas de un nuevo juicio, el venezolano acudirá prácticamente solo a esta nueva cita con la justicia.
A esto se suma otro elemento que no rema a su favor: una serie y una película estelarizadas por otro venezolano (Edgar Ramírez), en las que se le presenta -según la visión de la familia de Ilich Ramírez- como un hombre frío y sin escrúpulos.
En las circunstancias actuales, prácticamente con todo en contra, el hermano de Ramírez Sánchez, Vladimir, plantea al Estado venezolano que lo apoye por medio de una de estas alternativas: la repatriación; el intercambio de presos (entregar a reos franceses que se encuentren en el país a cambio de Ilich Ramírez) o que, al menos, asuma su defensa -como lo haría con cualquier nacional- en el nuevo proceso legal que empieza el 7 de noviembre. Vladimir Ramírez demanda el apoyo de la Cancillería, la embajada venezolana en Francia y la Defensoría del Pueblo.
“Denunciamos que él se encuentra ilegalmente en Francia, producto de un secuestro en 1994. La realidad es que sus derechos están siendo violados sistemáticamente. Incluso, ahora se está arreciando la violación de sus derechos humanos antes del juicio”, sentencia Ramírez.
En entrevista con el Correo del Orinoco, explica que desde la semana pasada su hermano está en huelga de hambre, en protesta por al menos tres medidas aplicadas en su contra: el aislamiento en solitario, lo cual “está prohibido para el Estado francés”; el traslado de una cárcel a otra, en septiembre pasado, sin previo aviso y sin posibilidad de recoger sus enseres personales; el empleo de un baúl para llevarlo de la cárcel al tribunal.
“Nadie puede estar de acuerdo con que a un venezolano, por el hecho de que alguien lo acuse de terrorista, se le violen sus derechos humanos”, dictamina. Al margen de lo que cualquier funcionario pueda pensar, “él es un venezolano, con cédula de identidad número 3.974.255”.
¿Terrorista o luchador?
Ilich Ramírez defendió por la vía armada la causa palestina, y participó en acciones violentas en las que personas al margen del conflicto perdieron la vida. Hace más de 30 años, consideró que el escenario de lucha -según su ideología- no era Venezuela, sino el Medio Oriente, “y 36 años después se observa que allí está el epicentro del conflicto mundial”, sostiene su hermano.
Los medios lo llaman “El Chacal”, y Vladimir Ramírez explica por qué: un periodista inglés lo bautizó así con base en el libro El día del Chacal, de Frederick Forsyth. “El imperialismo, desde entonces (hace 36 años) ha estado machacando el término” para hacer ver “que él es una figura sanguinaria y desalmada”.
-¿Es terrorista Ilich Ramírez?
-Para los imperialistas, sí. Para la gente con mentalidad de derecha y contrarrevolucionaria, evidentemente es un terrorista, porque aceptan la visión del imperialismo y del sionismo. Para un revolucionario, Ilich no puede ser un terrorista; de hecho, el comandante Chávez así lo ha calificado. En el proceso revolucionario que vivimos nadie puede guardar silencio con respecto a esa disyuntiva.
-Lo acusan de matar gente, de asesinar civiles.
-Ilich formó parte de una lucha asimétrica entre la causa palestina y el sionismo internacional. El sionismo y el imperialismo han sostenido la tesis de que toda acción de resistencia a la opresión del pueblo palestino es un acto terrorista. Yo me pronuncio en contra de la muerte de cualquier inocente, de cualquier civil; por lo tanto, no puedo aceptar que constituya un acto de terrorismo provocar la muerte de un civil de determinada nacionalidad, y que no sea un acto de terrorismo que se produzca el mismo evento con seres de otra nacionalidad. En este mundo nos han acostumbrado a que la muerte de un ciudadano israelí en un autobús es un crimen vil, y a que la acción de un militar que dispara una serie de cohetes y acaba con la vida de 30 o 50 civiles inocentes no sea catalogada de la misma manera. Pareciera que el hecho de llevar un uniforme permite que las personas cometan una serie de excesos.
-En ese contexto, ¿cómo calificaría las acciones de Ramírez?
-Si la violencia, en algunos casos, puede ser vista como legítima en un conflicto, entonces la lucha de Ilich ha sido legítima. Todo conflicto armado genera muertes.
-¿No debería ser juzgado por las causas que se le siguen?
-Ilich no puede ser juzgado legítimamente en Francia porque se encuentra ilegalmente en ese país. Él está en Francia producto de un secuestro.
-¿No hay ninguna duda de que fue un secuestro?
-El responsable político de ese hecho lo reconoció en Francia, en un programa de televisión, y hay una demanda en estos momentos en contra de ese funcionario, Charles Pasqua (exministro de Interior francés).
De acuerdo con Ramírez, un informe de la Cancillería venezolana, del año 2000, determinó que su hermano había sido realmente víctima de un secuestro.
-¿En esas condiciones no puede ser juzgado?
-No, porque al estar presente ilegalmente en Francia, todos los juicios que le han seguido, su ilegal encarcelamiento, el juicio de 1997 y el que se pretende llevar a cabo ahora son ilegales.
-¿El sistema de justicia francés acepta juzgarlo así?
-Por supuesto. Incluso, han mentido sistemáticamente al decir que no puede ser beneficiario de una serie de normativas y procedimientos porque está condenado por actos de terrorismo, lo cual es falso. Ilich fue juzgado y condenado por el homicidio de dos policías y un delator libanés, y las instancias de apelación en Francia rechazaron sistemáticamente todas las peticiones de la defensa, como era de esperarse. También lo han hecho las instancias internacionales. Personas que nos apoyan en esta causa por la liberación de Ilich nos dicen que acudamos a Naciones Unidas, a organizaciones de derechos humanos.
-¿Lo han hecho?
-Lo ha hecho la defensa de Ilich en Francia. De hecho, en una ocasión, la Corte Europea de Derechos Humanos falló en contra de Francia debido a los 10 años de continuo aislamiento carcelario al cual habían sometido a Ilich, cosa que es una barbaridad.
SIN DEFENSA
La posición de Vladimir Ramírez es que el Estado venezolano no puede aceptar el juicio contra Ilich Ramírez en estas circunstancias “porque no hay testigos, porque no hay pruebas contundentes, porque la Fiscalía se armó con un lobby sionista que se llama SOS Attentats. Literalmente, van a montar ‘una cayapa’ contra Ilich”.
Refiere, además, que su abogada defensora y pareja, Isabelle Coutant-Peyre, ha perdido clientes, lo cual no duda en atribuir al lobby francés que, denuncia, se ha activado en su contra. “La defensa de Ilich se estima que cuesta 15 mil euros mensuales, porque el caso es muy complejo”, puntualiza. “Isabelle ya me confirmó que no va a poder defender a su esposo en el juicio, porque hacerlo significaría estar desde el 7 de noviembre hasta el 16 de diciembre, todos los días hábiles, durante todo el día, enfrentando ese proceso”.
-¿Su hermano no va a tener defensa?
-No. Es un hecho que Ilich va solo a presentarse el primer día, y el Estado francés va a designarle un defensor público. Por eso digo que Ilich está condenado.
-¿Qué va a suceder?
-Creo que a Ilich lo van a condenar. La nueva condena de 30 años significaría que él tendría que cumplir 105 años de vida para salir de la cárcel. Y seguramente le inventarían un nuevo juicio. El imperio, con Ilich, tiene un punto de honor. No lo asesinaron en Sudán porque quisieron dar un ejemplo de lo que no se debe hacer en contra del imperialismo.