Neruda
Confesión (decir los pecados al confesor):
-'Padre, tengo ochenta y cuatro tacos.
Y estoy cansado, muy cansado...
-Eso no es nada hijo, le pasa
a cualquiera de tu edad...
-Y qué más, qué más...
-No, lo mío es distinto,
yo estoy cansado de vestirme,
desnudarme, y volverme a vestir,
pero las prendas que me quito
las dejo al revés
y al vestirme de nuevo
les tengo que dar la vuelta
y ponerlas al derecho
para que me queden bien
Y asi una y otra vez...
Yo quisiera ir siempre desnudo,
libre de ropas y nudos
como todas las demás criaturas
que pueblan el planeta,
pero no me dejan...
-Y qué más, qué mas...
-Estoy cansado de acostarme
y tenerme que levantar
para encontrar de nuevo al dia,
en la misma peana, en el mismo altar
-Estoy cansado de oir que la Tierra
es cuadrada, rectangular,
y de que el Sol
gira a nuestro alrededor
sin la fuerza de gravedad.
-Estoy cansado de escuchar
de que hay un Dios
que al final nos juzgará
cuando es a ese Dios
al que tenemos que juzgar.
-¿Sigo, Padre?
-Si, pero sale de Dios
que me arruinarás...
-Es como si no nos cuadraran
las cuentas que tenemos
que arreglar...
porque por cada problema
que resolvemos
nos saltan veinte más.
-Estoy cansado físicamente,
psíquicamente,
emocionalmente,
espiritualmente,
metafísicamente,
ontológicamente,
políticamente,
filosóficamente...
y, sobre todo, me aturde
el mundo dónde vivimos,
el mundo que nos niega,
el mundo que nos enajena...
no es que me canse el ser hombre,
no, lo que me agota
es ser mono-vestido,
sexómano (*) y desarreglado,
con mente y cuerpo
en mortal contradicción,
cada uno por un lado,
razón contra pulsión,
bajo la ambivalencia freudiana
sin solución...
o, como dice el Zen:
como una pulga saltando
en una plancha caliente,
para arriba y para abajo,
sin hallar la térmica
donde esté nejor, eso...
¿entiende usted, Padre?
-Y qué más, qué mas...
-Es que la vida, el vivir, cansa, Padre;
fíjase usted si cansa
que al cabo de dieciséis horas
de estar despiertos
ya comenzamos a flaquear
y tenemos que descansar
...fíjase usted si cansa vivir!
-...Y no es tan sólo lo que dice Neruda
de ese sucede que me canso de ser hombre,
es más profundo y perturbador,
es algo que nos llega de atrás,
desde el principio, desde el Omega
de nuestra extraña evolución,
como un sello arcano
que llevamos colgado al cuello
desde que quedamos separados
de la Naturaleza y condenados
a la interperie, naufragos
sin protección...de aqui viene
este irredimible cansancio,
esta desorientación,
única en el Universo,
que nos mira atónito e indiferente
no entendiendo nuestra situación.
-Y qué más, qué más...
-¿Pero quiere usted más, Padre?
-Hijo, parece que estás un un poco chifladete
-¿Qué quiere usted decir, Padre?
-Pues que estas chiflado, hijo,
un poco majaretilla,
y que todo esto te pasará
si sales de tu aislamiento,
de tu soledad,
¿no te parece
que es hora de ambiar
y dejar de tanto pensar,
de tanto cavilar?
-Salí y me quedé con las últimas palabras
del Padre confesor que me daban vueltas
en la cabeza, pero no pude continuar
porque, al obedecer al Padre
y salir de mi aislamiento
para relacionarme con los otros
me entró un cansancio tan visceral
que aún no he salido de él...
¿qué hacer?
-Tendré que cambiar de confesor.
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