Este año, los monarcas españoles, y como acto de gran simbolismo solidario
del buen estado de prosperidad que les desean a sus súbditos para el próximo año, han querido ubicar la virgulilla,
no sobre la ñ, sino sobre el ígneo y sacro agujero del aparato digestivo de una nación cuya expulsión de detritos
se está incrementado a niveles alarmantes sobre la padeciente y estóica población española, acostumbrada ya, históricamente, a éstas clases de desdichas e infortunios
desde aquel 1 de Abril en el que, al quedar "cautivo y desarmado el ejército rojo", el ígneo y sacro agujero de marras comenzó a expulsar sus desperdicios, hoy asegurados y perpetuados por la Ley Mordaza del reino
La intención de Sus Majestades en llevar a cabo tan transcendental cambio de virgulilla ha sido muy bien acogida,
tanto por los especialistas gastrointestinales y sociólogos, como por los miembros de la Real Academia
de la Lengua Española, porque creen que, al situarla arriba de tal agujero,
el campo gravitatorio de la misma frenará un poco la salida de detritos que caen constantemente sobre la indefensa población de a pie...la cúal ha llegado a tal extremo que ya ni por las calles puede caminar debido a la colosal acumulación de excrementos existentes por todos los rincones del reino.
Nuevamente, felicitamos a la Casa Real por el acierto que ha vuelto a tener en tratar de reducir el malestar entre sus súbditos, ésta vez aprovechando
tan señaladas efemérides como son la entrada del Nuevo Año.
