Según escribió en un reciente artículo el profesor y economista Vicenç Navarro, una de las razones con la que el establishment político-mediático trata de explicar el crecimiento del independentismo en Catalunya, es con el argumento de que la mayoría de la población catalana ha sido sometida a una suerte de lavado de cerebro durante el gobierno de los nacionalistas catalanes. Ello explicaría -- según esas interpretaciones -- la razón por la que los catalanes desean separarse de España.
Para Vicenç Navarro, un caso paradigmático de ese tipo de razonamientos son las declaraciones de José Bono, el que fuera presidente socialista de la comunidad Castilla a la Sexta noche, según los cuales se atribuye a una manipulación de los sistemas públicos de información y de las instituciones públicas de reproducir ese tipo de valores patrocinados por los partidos que gobiernan la Generalitat de Cataluña.
El profesor Navarro no niega que tal instrumentalización se haya producido en los gobiernos de Pujol, Mas y Puigdemont, pero ese hecho es totalmente insuficiente para explicar el creciente deseo que existe entre amplios sectores de la población catalana de separarse de España.
La cuestión es que, según Vicenç Navarro, el crecimiento del independentismo sólo se ha producido recientemente y de forma muy rápida.
Y ello ha sucedido así particularmente desde que el Tribunal Constitucional del Estado español rechazó elementos muy importantes del Estatuto propuesto por el gobierno catalán tripartito, presidido por el socialista Pasqual Maragall, y que fue aprobado no sólo por el Parlament, sino también por las Cortes españolas y refrendado posteriormente por el pueblo catalán.
De acuerdo con la opiniones del profesor Navarro, las causas auténticas del crecimiento del independentismo en Catalunya hay que encontrarlas en el nacionalismo único nacional del Estado español borbónico.
El hecho de que las derechas y muchas izquierdas españolas asignen la responsabilidad de tal crecimiento a las políticas informativas y educativas del gobierno catalán, se debe a su deseo de negar cualquier responsabilidad del Estado español en el crecimiento del independentismo, que es precisamente la causa mayor del aumento en grandes sectores de la población catalana del deseo de separarse de España.
La cuestión es que el nacionalismo españolista, que ni siquiera se considera así mismo como nacionalista.
El término "nacionalismo" se utiliza tan sólo para referirse a los nacionalismos periféricos como el catalán, el vasco o el gallego. Pero nunca para definir al nacionalismo españolista. Según profesor Navarro , escuchar a Vargas Llosa, o a Fernando Sabater o a José Bono proclamando que los nacionalismos son malos, definiendo como tales solo a los periféricos, sin reconocer que ellos son, a su vez, profundamente nacionalistas, que tratan de imponer su nacionalismo a todos los demás, es característico de lo que ocurre hoy en España.
Vicenç Navarro trae a colación en su artículo el recuerdo del presidente Companys - que había sido director de una revista titulada Nueva España - murió fusilado por secesionista por las “tropas nacionales” golpistas.
Companys invitó a las fuerzas progresistas españolas a que asentaran sus bases en Catalunya para poder resistir la situación que estaba sufriendo España.
En opinión de Navarro, en Catalunya el independentismo solo ha surgido cuando la plurinacionalidad del Estado no ha sido aceptada por el Estado central.
Y el caso actual es un ejemplo de ello. Los símbolos borbónicos nunca han sido populares en Catalunya.
La enorme brutalidad con la que el nacionalismo españolista se impuso en Catalunya explica, por ejemplo, que la bandera borbónica española, máxima expresión de tal nacionalismo, nunca haya sido muy popular en en este territorio, hecho que es presentado maliciosamente por el nacionalismo españolista como el reflejo de un sentimiento anti-España, sentimiento que en realidad no existe en Catalunya.
En esa misma línea, el profesor Navarro recuerda el ilustrativo homenaje que se ha dado a la Policía y Guardia civil estos días por parte del gobierno España.
"¿Cómo puede interpretarse -se pregunta Vicenç Navarro- una movilización de homenaje a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, causantes de 900 víctimas en su actuación del 1 de Octubre que necesitaron asistencia médica, sino como un acto de nacionalismo españolista, pues estos cuerpos de seguridad actuaron como instrumentos del Estado español para imponer su ley ? Y nadie en tal cuerpo pidió disculpas por el daño causado. ¿ No se dan cuenta de que tal homenaje contribuye a ofender a un gran número de catalanes ?
El excesivo énfasis en la necesidad de respetar a Ley –otro de los argumentos más utilizados por el nacionalismo uninacional español, ignora que la Ley, como la Constitución, estuvo escrita en el momento de la transición por los poderosos en una situación claramente desequilibrada y desigual, donde los vencedores de la Guerra Civil (que controlaban el aparato del Estado y la mayoría de los medios de comunicación) tenían todo el poder, y los vencidos de tal conflicto tenían escaso poder ( recién salidos de la cárcel, del exilio o de la clandestinidad )"
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