Según Freud, la risa es uno de los mecanismos
de defensa que el Yo utiliza para protegerse
y para no dejarse abatir por el sufrimiento.
¡parad el mundo que nos bajamos!...
Si. Aqui, aqui mismo nos bajamos aúnque no haya parada; pare usted, por favor, que esto no puede ser, no puede ser real, aúnque, si, lo sabemos, no puede ser, pero es...lo sabemos.
Pero pare: nos tenemos que reír, que soltar, que descargar las maletas que ya no aguantan el peso que le echamos para que se nos abra el sistema nervioso parasimpático que controla las funciones y actos involuntarios, como la risa, chotearnos de nosotros mismos antes de que suene la campana para el próximo asalto en el que tenemos que participar.
Que no soportamos más ni el covid ni las vacunas, ni el pastor ni sus ovejas, ni las estadísticas de números, logaritmos y cifras que nos inundan; ni las noticias, ni las idioteces que nadan y baten records en las piscinas olímpicas del absurdo; ni el dolor ni el crimen que en este manicomio humano pululan a su antojo como aves omnipresentes de vuelos planeados.
Pero, no nos habíamos dado cuenta de que primero tenemos que localizar al chofer de este autobús redondo que gira y gira como desbocado y dislocado sin que nadie sepa adónde va todo este demencial escenario dónde se encuentra de todo, de todo, todo apelotonado dando vueltas y vueltas hasta marearnos como si los cables del cerebro se hubiésen disparatado.
Tenemos que encontrar al chofer, pero es difícil porque este autobús es ancho y lejano y todo esta deshumanizado y nada parece tener salida ni puertas ni ventanas para escaparnos.
Y, de pronto, el Impromtus, suerte, localizamos la cabina del conductor que va ajeno a todo excepto a su itinerario. Y con voz de chofer cansado y harto nos dice que si, que detendrá el autobús que conduce sus manos, pero que antes nos contará una divertida y seria historia sobre el morir y la muerte, sobre la muerte de todos, porque la muerte es lo mas colectivo y menos privado del mundo, de ese mundo de dónde nos queremos bajar.
Y aqui va, a ver qué os parece como terapia para reírnos de nosotros mismos en este surrealista
y realista carnaval, esta representación icónica
de Death and Dying
(Muerte y Morir)
