Enero es el eterno lunes del año.
Un principio detestado
Un comienzo sísifico
de cuesta arriba
donde la roca a empujar
pesa demasiado,
dónde las hojas caídas
ya no se acuerdan del árbol.
Enero es el reinicio,
un alfa indeterminado
que penetra los ciclos
que llevamos clavados
en una carrera
que vamos a perder
al fin del año
donde lo próspero
y las promesas
se desmoronan
como todos los años.
El año tenía que empezar den Marzo
cuando las mariposas
salen de su invernación
y las flores se aproximan
sin espectaculos,
donde el mar se aproxima,
en el silencio,
llamandonos a su lado.
Caballito de madera,
muevete, cabalga,
y dame lo que el Tiempo
nos está quitado...
y corre por esas praderas
donde la luz y las madreperlas
resucitan los sueños aplazados.
Sacame de este Enero
que quiebra el alma,
que hace estragos,
que saca los horizontes,
que mata al cisne
y las alas que llevamos,
que ahorca sin avisarnos,
que inunda lo sembrado.
Caballito de madera,
muevete, cabalga,
y dame lo que el Tiempo
nos está quitado
para saltar el almanaque
que amarra nuestros barcos,
para reponer las huellas
que nos marcan y necesitamos
dónde lo que tiramos
se lleva lo nuestro,
lo que vivimos y respiramos,
lo que rozamos y tocamos,
y devuelvenos a la infancia
(siempre a la infancia)
cuando contigo jugabamos,
y sacame del transcurrir humano...
ese que lo tiene todo acotado
en días, meses y años...
y demás puñales que llevamos.
Enero es el eterno lunes del año.
Un principio detestado
Un comienzo sísifico
de cuesta arriba
donde la roca a empujar
pesa demasiado...
dónde las hojas caídas
ya no se acuerdan del árbol.