La buena noticia es que hay países
que ofrecen alternativas
La Gangstercracia -lo sentimos, es hora de dejarnos de eufemismos- sabe muy bien que la lucha de clases que se avecina en el Nuevo Orden Mundial necesita Nuevos métodos, para que sirvan de escarmientos masivos a los disidentes, y que mejor que armas de electrochoque que, mediante arcos voltáicos de hasta 50.000 voltios, pueden paralizar el sistema nervioso muscular de los insurgentes. Con ellas, el corazón puede pasar de 72 p.p.m. a más de 260 p.p.m. , personas con marcapasos, prótosis o problemas cardíacos caerían fulminadas bajo un dolor terrorífico. Naturalmente, ya se han producido muertos y efectos adversos de no fácil recuperación. Ni que decir tiene que la propaganda del régimen ha bendecido estas nuevas armas de las cúales dependerá su seguridad de clase social...¿O serán también estas nuevas armas para protegernos del Covid, en este caso una vacuna eléctrica que nos inmunizará contra el virus de las protestas?
Sólo falta que el Santo Padre, en su Urbi et Orbi, y al igual que ha hecho con las agujas de las vacunas, bendiga, con amor, los dardos de las Tasers como necesidad divina que tienen las fuerzas del orden en defenderse de los perturbadores callejeros. Ya llegará.
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¿Habría Tasers en tiempo de Cristo y de ahí la posible aprobación papal? |
Lo que si ya llegó -para nada- es el pronunciamiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que declaró que los ‘tasers’, como armas que constituyen mecanismos de tortura, por el nivel de dolor físico que ocasionen y porque tienen altas probabilidades de ocasionar la muerte a quien recibe la descarga eléctrica, han instado a los gobiernos a desestimar su uso. En este sentido, el Comité contra la Tortura de la ONU ha manifestado en varias oportunidades su preocupación por el uso de estos artefactos en los cuerpos de seguridad de varios países del mundo, considerándolos un instrumento que promueve la tortura (*) La ONU ha solicitado que se revisen las normas que regulan los dispositivos para que sean aprobados, únicamente, en situaciones extremas, destacando que muchas veces son empleados en contra de personas desarmadas y sin posibilidad de defensa.
Ya lo dijo Bertolt Brecht, el que no sabe es un imbécil; el que sabe y calla es un criminal.
Aúnque aqui, sólo la última parte de la frase de Brecht corresponde a la ONU.
Tiempos taserseícos se avecinan.
Ya estan aqui.
Y nosotros,
los pueblos,
hombres y mujeres
que reivindican sus derechos esquilmados,
¿tienen derecho a defenderse
para no ser electrocutados en las calles
como esas aves que mal se posan
en los cables de alta tensión?
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(*)
La forma más efectiva
de reprimir y controlar
ha sido siempre la tortura.
Y si no que vayan
y se lo pregunten a Franco.