Huelva, Plaza de San Pedro, 1940
"Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea"
Hoy es nuestro cumpleaños
Ochenta y tres, calculamos.
Somos ya, oficialmente, un ano-anci,
un anci-ano: el ano, ese tubo
que nos da vida al saber expulsar
lo que nos sobra
y no quremos llevarlo.
(Que es como debería ser)
Jorgean los pájaros
en los árboles de la calle.
Desde lejos llega la canción
de las olas del mar.
Merece la pena haber arribado
cometiendo el calderoniano
mayor pecado.
Total, mayor pecado
cometemos al salir
en el Alba azul, blanca y naranja,
dónde está "tú niñez, ya fábula de fuentes"
(o como nosotros, con permiso de Guillen,
lo ponemos: 'tú infancia, ya murmullo de fuentes"),
como decía Juan Ramón Jimenez
en su Alba -moguereña-:
"se paraba
la rueda
de la noche"
Pero, cuidado, volvamos a la realidad,
que no nos encandile la lírica,
pues lo que quiso decir don Calderon,
el de la Barca, no lo dio a entender,
y es que le faltó en su despiadada sentencia
una palabra clave: la filogenia;
porque en verdad lo que quiso decir fue:
"El delito filogenético
mayor del hombre
es el haber nacido"
Por ejempo: el delito ontogenético,
individual, singular, particular,
ese que se puede lavar
afuera de la tragedia
y afuera del pecado original es este:
Una vez aclaradas las cosas
ya podemos traer a don Erich Fromm
para que nos ilume al respecto:
UNA ANONALIA,
UN CAPRICHO DEL UNIVERSO
"En cierto momento de la evolución animal ocurrió un acontecimiento singular, comparable a la primera aparición de la materia, a la primera aparición de la vida y a la primera aparición de la existencia animal...cuándo la acción dejó de estar esencialmente determinada por mecanismos transmitidos hereditariamente. Cuándo el animal transciende y se separa de la naturaleza...cuándo se convierte, biológicamente hablando, en el animal más desvalido, nace el hombre...
La autoconciencia, la razón, la imaginación, rompieron la armonía que caracterizaba la existencia animal. Su aparición convirtió al hombre en una anomalía, en un capricho del universo...
Aúnque forma parte de la naturaleza, está situado aparte, no tiene casa, pero está encadenado al medio que comparte con todas las demás criaturas.
Lanzado a éste mundo, en un lugar y un tiempo accidentales, se vé impulsado a salir de él, también accidentalmente.
Cómo tiene conciencia de sí mismo se dá cuenta de las limitaciones de su existencia, y prevee su propio fín: la muerte. Nunca se ve libre de la dicotonomia de su existencia...
Su existencia difiere en éste respecto de la de todas las demás criaturas: se halla en un estado de desequilibrio constante e inevitable...
El hombre es el único animal para quíen su propia existencia constituye un problema que tiene que resolver y del cúal no puede escapar.
El nacimiento del hombre, tanto ontogénica como filogenéticamente, es esencialmente un acontecimiento negativo.
Asi, pués, el problema de la existencia humana es único en toda la naturaleza"
"Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea"
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Hoy es nuestro cumpleaños
Ochenta y tres, calculamos.
Somos ya, oficialmente, un ano-anci,
un anci-ano: el ano, ese tubo
que nos da vida al saber expulsar
lo que nos sobra
y no queremos llevarlo.
(Que es como debería ser)
