LA "NORMALIDAD" EN EL SISTEMA CAPITALISTA
La palabra “normal” viene de “norma”, que es un término estadístico para darle una identidad a las mayorías. Es decir, las características de las mayorías constituyen la norma. Pero esto es matemático, por lo tanto lógica matemática, o sea, lógica para números.
De esta manera, la “normalidad” sólo rige para los que coinciden con las mayorías del sistema, las mayorías convertidas en números. Sólo números.
En el capitalismo, pensar no es pensar, sino recrear mecánicamente los valores (numéricos) programados en las cabezas por el sistema. Eso nivela con la mayoría estadística El que se sale de las reglas y utiliza el cerebro para procesar por sí mismo, se convierte estadísticamente en un “anormal” .
El sistema solo está programado para "normales". Y lo "normal" es dejar que te programen con la normalidad. Pero, ¿qué es la “normalidad” en el capitalismo?
Normal es el hombre y la mujer que creen en la paz, en la familia y en la propiedad privada. Lo que signifiquen esos valores no importa. Que el sistema capitalista utilice esos valores para masacrar humanos en masa y depredar el planeta, no importa. Son los valores (matemáticos) nivelados en la cabeza de las mayorías como la "normalidad".
Según Wikipedia: "La anormalidad es una característica definida en forma subjetiva, se asigna a aquellas personas que poseen condiciones raras o disfuncionales. Definir si una persona es normal o anormal es un tema difícil en el campo de la psicología de la anormalidad".
Esa misma interpretación, llevada al plano de la realidad social concreta, significa que la "anormalidad" es una categoria que se asigna a las personas que resultan "disfuncionales" para el sistema de la sociedad de consumo que establece las normas de comportamiento social. En otras palabras, si se actúa como las mayorías se es "funcional" y “normal”. Si se piensa por uno mismo, se es “anormal” y “disfuncional”
Pero hay otra definición: Normal o anormal, son terminos antiteticos para definir a los que rechazan, o a los que comparten sin cuestionar las reglas sociales, politicias y económicas del sistema capitalista que programa y nivela el pensamiento humano "unico" a escala planetaria.
De este modo, resulta que las mayorías que celebran el Mundial de fútbol, por ejemplo, que adoran ídolos faranduleros, que votan en las elecciones, y, a la vez, se sientan en las huelgas y las protestas sociales, mientras la mitad de la humanidad vive en la pobreza, son "normales". El humano masificado no es otra cosa que la demencia y la indiferencia programada masivamente como "normalidad" por el Sistema Capitalista. El valor humano convertido en cifra (valor numérico).
La “normalidad” en el sistema, entonces, parecería ser lo que hace la mayoría que sigue a los eslóganes de los medios de comunicación y la sociedad.
Celebrar la fiestas marcadas por el calendario, no criticar al sistema, ser indiferente al sufrimiento humano social, ser amiguero y familiero, pero indiferente a los dramas colectivos. Eso es ser "normal". Y parece ser la tónica para medir a los “normales” y “anormales” del sistema. Y el sistema sólo está programado para los “normales”.
Así es como las mayorías pueden tener "emociones" y pensamientos individualistas, pero lo que no pueden hacer es rechazar el programa nivelador con la sociedad de consumo y la ideología individualista que la familia, la escuela y los medios de comunicación (herramientas del sistema) grabaron en su cerebro. El que se salga del sistema es "anormal", y es rechazado por las mayorías programadas.
Desde el nacimiento, dentro de la familia, ya se comienzan a programar los “valores” que el sistema acepta como “normales”. Luego, a través de la “educación formal” y desde el jardín de infantes hasta la Universidad, en sus distintos niveles de “aprendizaje”, el sistema socializa al chico y la chica en los parámetros del sistema.
Ninguna escuela o universidad del sistema enseñan a pensar e interpretar analíticamente la realidad. Enseñan a respetar el orden establecido. “Normalizan”.
Y los medios de comunicación son los que dicen qué es lo que se debe hacer y sentir para ser “normal”. Completan el trabajo de adaptación que empieza con la familia, y que sigue con la escuela. Cuando los medios dicen que hay que reír, las mayorías rien; cuando dicen que hay que llorar, lloran, consumiendo alegrías y amarguras indistintamente.
Pero el sistema es astuto, y jamás dirá que hay que sufrir por las injusticias, las muertes o el hambre provocados por el sistema mismo. Y si alguno se sale del molde, entran a actuar los curas, los psicólogos, los psiquiatras y termina finalmente internado en un hospital neuropsiquiatrico o encerrado en una cárcel.
-----------------------------
IDEOLOGY AND INSANITY:
ESSAYS ON THE PSYCHIATRIC
DEHUMANIZATION OF MAN,
Thomas S. Szasz, M.D.
In the perennial conflict that is life, control of the weak by the strong is justified by a rhetoric appropriate to the prevailing ideology.
In the 20th century, the credo is Mental Health, and in its name those who deviate from accepted social norms are often victimized and dehumanized.
Dr. Thomas Szasz, psychoanalyst, teacher, and the celebrated author of THE MYTH OF MENTAL ILLNESS, whose views have established him as one of the foremost psychiatrists of our times, lashes out at this new ideology with provocative critical sharpness.
Taking the reader on a grand tour of American schools and universities, courts, community mental health centers, and psychiatric hospitals, he shows how, by encouraging us to wage war on the false front of "mental illness," psychiatry too often serves as a convenient way of avoiding confrontations with moral conflicts and social problems.
Dr. Szasz warns that if we persist in defining the vicissitudes of life as mental illnesses, and psychiatric interventions as medical treatments, we court the hazards of political tyranny disguised as psychiatric therapy.
https://sisifocansado.blogspot.com/2011/02/ideology-and-insanity.html
--------------------------------