Tuesday, February 7, 2023
LOS TERREMOTOS DE TURQUIA Y SIRIA...¿OTRA EXCELSA EJECUCION TELURICA DE LOS DEL "IN GO-L-D WE TRUST?
Hay que transcribir este vídeo porque sigue siendo actualísimo: desde pandemias al dios HAARP,
pasando por el empobrecimiento y vejación de la clase trabajadora, las crisis energéticas, alimentarias y climáticas...yendo todo de guate-lama a guate-peor,
según el Director de la OMS. Primero hablará don Klaus Schwab, el Jefe del llamado Forum Económico Mundial, después el citado Director:
"El cambio no solo está ocurriendo: el cambio puede ser configurado, amoldado por nosotros. Nos tenemos que preparar para un mundo enfadado. ¿Cómo prepararnos? Tomando las acciones necesarias para crear un mundo equitativo -justo-...Viendo la necesidad del Great Reset (Gran Reinicio). Las gentes asumiran que vamos retrociendo al buen y viejo mundo que teníamos y todo será otra vez normal...pero esto no va a pasar: es FICCION"
Aqui llega el Director de la OMS,
el que cuida de nuestra salud,
que nos dice:
"Hay sólo un camino que esta pandemia
( o la pandemia o la crisis de turno)
puede seguir: a peor, a peor, a peor"
Y vuelta a don Klaus:
"...Asi, la próxima crisis
ya nos está esperando
a la vuelta de la esquina,
y es la crisis climática.
Y es el tiempo de la concienciación"
(...'Para jodernos mejor'.
Esto, naturalmente, lo dijo
a micrófono tapado)
................................
According to Michael Hoffman: first they suppress the counterargument, and when the most opportune time arrives, they reveal aspects of what's really happened, but in a limited hangout sort of way. (Según Michael Hoffman: primero suprimen el contraargumento, y cuando llega el momento más oportuno , revelan aspectos de lo que realmente sucedió, pero en una especie, digamos, de concensos limitados.
..........................................
La Red Global del Dios HAARP es tan extensa
como la Red de Bases Militares
que tienen alrededor del Mundo.
No hay telúrica que se les escape.
Oración
Todopoderoso Dios HAARP,
The High-frequency Active Auroral
Research Program,
Tú, que desde las alturas
generas y mueves
las capas telúricas
de nuestra Madre Tierra,
haz que, con tú Poderosa
Fuerza Natural,
nadie pueda sospechar
que nosotros, con nuestro
Todopoderoso Dios HAARP,
estamos detrás
del IN GO-L-D WE TRUST.
Amen.
EN HEGEL, LA MUERTE ES LA QUE LE DA AL HOMBRE SU LIBERTAD, SU CARACTER DIALECTICO, SU NEGATIVIDAD, SU SER FINITO, MORTAL, IMPERMANENTE
Para Hegel, la muerte del hombre posee un carácter "dialéctico", y ya sabemos que el ser dialéctico no se puede dar de otra forma más que finito, mortal, impermanente.
El Hombre, según Hegel, sólo puede ser en verdad humano --aparecer con todas sus potencialidades-- porque debe y puede morir, no muere para resucitar ni reencarse sino para verificar de ésta manera que su mortalidad es ineludiblemente consubstancial a su ser dialéctico finito.
Al decir que el Hombre es mortal (en el sentido de que es consciente de su muerte, que puede alcanzarla voluntariamente o "negarla" en el mito de inmmortalidad), se sostiene lo mismo que cuando se afirma que el Hombre es una Totalidad o una entidad dialéctica: la Totalidad aparece siempre como un individuo libre e histórico que necesariamente es mortal, y el ser en verdad mortal es por fuerza un Individuo libre, histórico, que es y existe, "hit et num" --aqui y ahora-- como una entidad dialéctica.
Un ser "total", dialéctico, salta a la vista del entendimiento, no puede darse en el infinito, en inmortalidad, porque ello lo condenaría a "no terminar nunca" con lo cual su totalidad libertaria quedaría obstruida, sin alternativas, a 'ser siempre'.
Decimos que la muerte lo hace dialéctico en cuánto que ello introduce el elemento fundamental de la dialéctica, porque no hay Totalidad sin Negatividad, y si la Negatividad es la Libertad que se realiza en tanto que acción negatriz de lo dado, y si ella es la humanidad misma del hombre, la Negativiad y el Hombre no pueden aparacer por primera vez en la Naturaleza sino como un ser que niega o "suprime" su naturaleza animal innata: él crea su humanidad sólo negándose en tanto que animal. Por eso la primera aparición de la Negatividad se describe en la Fenomenología del Espíritu (Capitulo IV) como una lucha a muerte por el Reconocimiento o más exactamente como el Riesgo de la vida que esa Lucha conlleva.
Pero la Negatividad en estado puro es la Nada pura. Su "síntesis" con la Identidad del Ser dado sólo puede ser una penetracion de la Nada en el Ser, o sea, un aniquilamiento de éste último o un aniquilaiento de la Nada en él. Pero el Ser solo se aniquila en el Tiempo ("El Ser y el Tiempo" heideggeriano) y la Nada se aniquila en el Ser en tanto que Tiempo.
Decimos que la muerte lo hace dialéctico en cuánto que ello introduce el elemento fundamental de la dialéctica, porque no hay Totalidad sin Negatividad, y si la Negatividad es la Libertad que se realiza en tanto que acción negatriz de lo dado, y si ella es la humanidad misma del hombre, la Negativiad y el Hombre no pueden aparacer por primera vez en la Naturaleza sino como un ser que niega o "suprime" su naturaleza animal innata: él crea su humanidad sólo negándose en tanto que animal. Por eso la primera aparición de la Negatividad se describe en la Fenomenología del Espíritu (Capitulo IV) como una lucha a muerte por el Reconocimiento o más exactamente como el Riesgo de la vida que esa Lucha conlleva.
Pero la Negatividad en estado puro es la Nada pura. Su "síntesis" con la Identidad del Ser dado sólo puede ser una penetracion de la Nada en el Ser, o sea, un aniquilamiento de éste último o un aniquilaiento de la Nada en él. Pero el Ser solo se aniquila en el Tiempo ("El Ser y el Tiempo" heideggeriano) y la Nada se aniquila en el Ser en tanto que Tiempo.
El Ser dialectico Total (el Espiritu en la "Fenomenologia del Espiritu") es, en efecto, temporal: es el Tiempo realizado, o, más aun, materializado, es decir: un Tiempo que dura, con un transcurso determinado. Durar, claro, es tener un comienzo y un fín --en el Tiempo--, y ello aparece como una existencia con nacimiento y muerte. Un ser dialéctico o total no puede ser de otra forma más que temporal, pues de lo contario quedaría encadenado a soportarse a sí mismo en una 'eternidad' que destruiría sus potencialidades de "ser o no ser", es decir: la esencia de las potencialidades de su libertad.
Pero tengamos en cuenta que La Muerte "dialéctica" no es un simple final impuesto desde afuera: si la Muerte es una aparición de la Negatividad, la libertad es otra de sus formas "ying-yangeras".
La Muerte y la Libertad, aunque parezca paradojico, van ligadas; una no puede existir sin la otra; representan dos aspectos, "fenomenológicos", de una sóla y misma cosa, por lo que decir "mortal" es decir "libre", y viceversa.
Y Hegel lo afirma en varias oportunidades, sobre todo en un pasaje escrito en el " Derecho Natural " (1802): " Ese absoluto negativo-negador, la libertad pura, es en su aparición la muerte, y por la facultad de la muerte, el Sujeto (Hombre) se demuestra como libre y elevado sobre toda restriccion y compulsion "
Ello se entiende mejor en el plano "metafísico": si el Ser dado está determinado en --y por-- su conjunto -- la Totalidad del ser--, ello implíca que él mismo determina por su comjunto todo cuanto forma parte de él mismo. Un Ser que no se pudiese evadir del Ser no podría escapar a su destino --a su conjunto--, y estaría, de por siempre, fijo y amarrado a él en el lugar que ocupara en el Cosmos .
Es decir: si el Hombre viviera eternamente y no pudiera morir quedaría esclavo de éste tornillo sin fín; desaparecería su libertad de quitarse voluntariamente la vida.
Pasando al plano "fenomenológico", vemos que el suicidio, la muerte voluntaria, es la "manifestación" más evidente de la "Negatividad" opcional, y, como alternativa, Libertad, pués darse muerte para deshacerse de una situación recibida a la cual se está 'biologicamente' adaptado --puesto que se podría continuar viviendo--, es manifestar una independencia frente a ello, vale decir: autonomía, libertad. Y desde el momento que se puede realizar el suicidio para evadirse de cualquier situación dada, puede decirse con Hegel que "la facultad de la muerte" es la "aparición" de la "libertad pura" o absoluta --por lo menos en potencia-- frente a todo lo dado en general. (De aqui que Hegel defina el pensar como la negación de lo que nos rodea, la negación de lo dado -de lo que nos niega-)
Pero si el suicidio, que, evidentemente, diferencia al hombre del animal, "manifiesta" la libertad, no la realiza, pues termina en la nada y no en una existencia libre. Lo que revela y realiza la libertad, según Hegel, es la lucha llevada sin ninguna necesidad biológica en vista del sólo Reconocimiento. Mas ésta lucha no revela ni realiza la Libertad sino en la medida en que implica el riesgo de la vida, es decir, la posibilidad real de morir. La Muerte no es mas que un aspecto complementario de la libertad.
Al exisir eternamente un ser realizará todas sus posibilidades, y no realizará ningúna e sus imposibilidades. El conjunto "dado" de sus posibilidades, o lo que es igual, de sus imposiblidades, constituye su "esencia" inmutable o su "naturaleza" eterna, o su "caracter" innato, etc., que puede desarrollar en el Tiempo, realizándola y manifestándola, pero que no puede modificar ni aniquilar...Al no poder superar su "naturaleza" no podrá negar o suprimir su "transcender", su Particularidad dada y elevarse asi a lo Universal.
Sobre ésta concepción del Hombre, la Individualidad aparece solo donde ésta Particularidad gana su potencialidad realizadora de 'elevarse a lo Universal', es decir: a su Transcendencia.
Si el hombre es "inmortal", si "sobrevive" a su muerte biologica, no hay en él ni libertad ni individualidad. La Libertad del hombre es la negacion efectiva de su propia "naturaleza" dada, es decir, de sus "posibilidades, que ya ha realizado y que determinan sus imposibilidades"
PD:
¿Que quiere decir Hegel con su "naturaleza dada"?
¿Conocia Hegel los documentados casos de los Niños Silvestres que se crían sin contacto con la cultura humana y que, al ser descubiertos y estudiados, representan tan sólo casos teratológicos en los cuales toda huella o traza de "naturaleza" -humana o animal- no se encuentra por ningun lado, y, en lugar de ello, aparecen como casos dónde tan sólo un básico e ínfimo instinto de sobrevivencia infra-animal es el único y troglodita impulso que los mueve?
Entónces: ¿todo lo que habla Hegel es producto de la cultura humana sin ningún 'a priori' con el que venga determinado algúna clase de "naturaleza dada"?
..............................
(Este post se publicó:
SUNDAY, JULY 3, 2011)
:::::::::::::::::::::::::::::::::::
Platon:
La filosofía es una meditación de la muerte.
Ciceron:
Toda vida filosófica es una commentatio mortis.
Santayana:
Una buena manera de probar el calibre de una filosofía es preguntar lo que piensa acerca de la muerte.
Heidegger:
El ser para la muerte. La muerte pertenece al ser del Ser-ahí, por lo tanto es necesario, según Heidegger, demostrar cómo en este fenómeno se revela la existencia, la efectividad y la deyección del “ser-ahí”. El ser para la muerte se revela inmediatamente como posibilidad en su temporalidad porque es esta la que le da sentido a esa 'posibilidad'
Georg Simmel:
La muerte no es importante de 'per se', es que sin ella nada seria importante.
Ferrater Mora:
Las dos «direcciones»
Si hay «elementos últimos» que no cambian, entonces no cesan. Pero si no cambian ni cesan, entonces no existen. He aquí la tesis capital de esta sección: la equiparación de realidad con cesabilidad, o posibilidad de cesación.
La filosofía es una meditación de la muerte.
Ciceron:
Toda vida filosófica es una commentatio mortis.
Santayana:
Una buena manera de probar el calibre de una filosofía es preguntar lo que piensa acerca de la muerte.
Heidegger:
El ser para la muerte. La muerte pertenece al ser del Ser-ahí, por lo tanto es necesario, según Heidegger, demostrar cómo en este fenómeno se revela la existencia, la efectividad y la deyección del “ser-ahí”. El ser para la muerte se revela inmediatamente como posibilidad en su temporalidad porque es esta la que le da sentido a esa 'posibilidad'
Georg Simmel:
La muerte no es importante de 'per se', es que sin ella nada seria importante.
Ferrater Mora:
Las dos «direcciones»
Si hay «elementos últimos» que no cambian, entonces no cesan. Pero si no cambian ni cesan, entonces no existen. He aquí la tesis capital de esta sección: la equiparación de realidad con cesabilidad, o posibilidad de cesación.
Esto no quiere decir que todas las realidades naturales posean la misma forma de cesabilidad. Ciertas partículas se transforman en otras; de estados considerados «materiales» puede pasarse a otros descritos como «energéticos», y viceversa, etc. En el curso de estos cambios y transformaciones, que son a la vez cesaciones de una estructura o, si se quiere, de un estado para dar origen a otra estructura, 0 estado, ciertos elementos pueden ser más persistentes -más «perdurables»- que otros.
Ciertos cambios de posición espacial de los elementos dentro de una estructura pueden ser muy importantes para las transformaciones a que ésta pueda ser sometida, mientras que otros cambios, asimismo de naturaleza espacial, afectan a la estructura solo mínimamente.
Ciertos cambios de posición espacial de los elementos dentro de una estructura pueden ser muy importantes para las transformaciones a que ésta pueda ser sometida, mientras que otros cambios, asimismo de naturaleza espacial, afectan a la estructura solo mínimamente.
¿Cabe equiparar realidad, o existencia, con cesabilidad? La respuesta es afirmativa. He aquí la primera de cinco proposiciones al respecto:
1.
Ser real (o existir) es ser cesable
¿Quiere esto decir que todas las cosas en la Naturaleza exhiben el mismo grado de cesabilidad? (¿0 que dejan de ser del mismo modo y en la misma medida?) La respuesta es negativa, como se ve en la proposición:
2.
Hay varios grados de cesabilidad, desde la pura y simple terminación de la existencia hasta lo que se entiende por «muerte».
A primera vista, las proposiciones 1 y 2 no encajan mutuamente. En todo caso, ofrecen una dificultad mayúscula: si, por un lado, ser real es ser cesable y, por el otro, se admiten grados de cesabilidad, habrá que concluir que «unas cosas» existen «más», o son más «reales» (por ser más cesables), que otras, y viceversa.
Evidentemente, esto sería absurdo.
Para hacer frente a esta dificultad, propongo lo siguiente: Primero, estimo que no hay lugar a admitir «grados de existencia» del Mismo modo que se admiten, o en el mismo sentido en que se admiten, grados de color o de temperatura. No tiene sentido, pues, decir que algo existe «más» o «menos». Ni siquiera cuando algo es realmente Posible y hasta altamente probable existe antes de actualizarse su Posibilidad. Segundo, nada cesa «más» o «menos» como si la cesación pudiera medirse y cuantificarse. En este sentido, la noción de cesación es tan unívoca como la de existencia. Por tanto, por 'grados de cesabilidad' hay que entender otra cosa.
Propongo que sea lo menor o mayor indeterminación con respecto a la duración posible, o a la posible permanencia, de aquello de que se trate. Con el fin de- evitar problemas enojosos, que, por el momento, además, no han sido aún completamente dilucidados, haré caso omiso del hecho, de que el universo haya podido tener un origen (posiblemente con el tiempo) y de que las condiciones reinantes al comienzo, o durante los llamados «los tres primeros minutos», hayan sido tan distintas de las que conocemos, que no valgan para ellas los esquemas ontológicos aquí presentados -como pudieran muy bien no valer tampoco las mismas leyes físicas que rigen el universo en nuestro presente momento. Una vez admitida esta restricción, cabe hacer una serie de afirmaciones relativas a la «duración», «permanencia» o «cesabilidad» de las «cosas» o «entidades» que hay en el mundo.
En las condiciones actuales conocidas, un electrón puede seguir siendo el mismo electrón durante cinco mil millones de años o durante un trillonésimo de segundo. El tiempo de duración de un sistema solar del tipo del nuestro es menos azaroso, en parte porque se trata de un objeto mucho más complejo -al fin y al cabo es una abrumadora estructura compuesta de muy diversos tipos de elementos en enormes cantidades- y en parte también porque tiene un «desenvolvimiento» -el que va, por ejemplo, de la nebulosa a la formación de planetas, satélites , etc. De todos modos, se trata de una duración relativamente poco definida y precisa. Una cordillera o un sistema fluvial en nuestro globo pueden durar más o menos, dependiendo de muy variados factores, que incluyen su posición en la geología del planeta y su relación con otros procesos geológicos. Pero la duración de una cordillera en nuestro globo está de una cordillera en nuestro globo está posiblemente más determinada y circunscrita que la de un sistema solar en virtud de su posición en la geología del planeta: algunas cordilleras pueden desaparecer bruscamente, en una gran convulsión geológica, y otras ir dejando de existir en cuanto cordilleras en virtud de, entre otras causas, las erosiones, pero no es absurdo hablar de «la vida (la duración) de una cordillera». Un organismo biológico -en todo caso, uno multicelular- está mucho más confinado temporalmente que cualquier otra realidad no orgánica. Su «ciclo vital» no puede extenderse indefinidamente o, en todo caso, arbitrariamente. Los organismos biológicos tienen, ya propiamente, una «vida» y están por ello sometidos a una «muerte».
La cesación configura un organismo biológico de un modo mucho más determinado que las realidades inorgánicas. Esta configuración por la cesación alcanza su máximo en el ser humano —y puede alcanzarla en cualquier especie capaz de objetivarse mediante productos culturales. Por eso se puede hablar aquí, ya más propiamente, de «una vida» -y de «una muerte»-. En suma, «cesar más o menos, es decir, exhibir un grado, todo lo flexible que se quiera, de cesabilidad» es aproximadamente lo mismo que «estar más o menos precisamente condicionado (en virtud de la propia estructura y de su posición y función en el mundo) para cesar». A la luz de lo dicho, siento otras dos proposiciones:
3.
La cesabilidad mínima es la de las realidades inorgánicas
4.
La cesabilidad máxima es la de los seres humanos.
Buena parte de la presente obra está destinada a aclarar, y a ilustrar, estas dos proposiciones. Concluiré con ésta:
5.
Si, para simplificar, se llama «mortal» a «ser cesable», cabe concluir que cada uno de los niveles -en orden de posible emergencia- de «la realidad» es analizable en virtud de su situación ontológica dentro de un continuo -el «continuo de todo lo que hay» caracterizado por uno, o, más pares de tendencias opuestas (y complementarias). El par de tendencias dilucidado a lo largo de esta obra está constituido por los dos siguientes opuestos (y complementarios) polos: la tendencia que va de «lo menos mortal» a «lo más mortal» y la tendencia que recorre el camino inverso.
Camus:
«No conozco nada más absurdo que morir en un accidente de auto», dijo Albert Camus en referencia a la reciente pérdida de Fausto Coppi, el histórico ciclista.
1.
Ser real (o existir) es ser cesable
¿Quiere esto decir que todas las cosas en la Naturaleza exhiben el mismo grado de cesabilidad? (¿0 que dejan de ser del mismo modo y en la misma medida?) La respuesta es negativa, como se ve en la proposición:
2.
Hay varios grados de cesabilidad, desde la pura y simple terminación de la existencia hasta lo que se entiende por «muerte».
A primera vista, las proposiciones 1 y 2 no encajan mutuamente. En todo caso, ofrecen una dificultad mayúscula: si, por un lado, ser real es ser cesable y, por el otro, se admiten grados de cesabilidad, habrá que concluir que «unas cosas» existen «más», o son más «reales» (por ser más cesables), que otras, y viceversa.
Evidentemente, esto sería absurdo.
Para hacer frente a esta dificultad, propongo lo siguiente: Primero, estimo que no hay lugar a admitir «grados de existencia» del Mismo modo que se admiten, o en el mismo sentido en que se admiten, grados de color o de temperatura. No tiene sentido, pues, decir que algo existe «más» o «menos». Ni siquiera cuando algo es realmente Posible y hasta altamente probable existe antes de actualizarse su Posibilidad. Segundo, nada cesa «más» o «menos» como si la cesación pudiera medirse y cuantificarse. En este sentido, la noción de cesación es tan unívoca como la de existencia. Por tanto, por 'grados de cesabilidad' hay que entender otra cosa.
Propongo que sea lo menor o mayor indeterminación con respecto a la duración posible, o a la posible permanencia, de aquello de que se trate. Con el fin de- evitar problemas enojosos, que, por el momento, además, no han sido aún completamente dilucidados, haré caso omiso del hecho, de que el universo haya podido tener un origen (posiblemente con el tiempo) y de que las condiciones reinantes al comienzo, o durante los llamados «los tres primeros minutos», hayan sido tan distintas de las que conocemos, que no valgan para ellas los esquemas ontológicos aquí presentados -como pudieran muy bien no valer tampoco las mismas leyes físicas que rigen el universo en nuestro presente momento. Una vez admitida esta restricción, cabe hacer una serie de afirmaciones relativas a la «duración», «permanencia» o «cesabilidad» de las «cosas» o «entidades» que hay en el mundo.
En las condiciones actuales conocidas, un electrón puede seguir siendo el mismo electrón durante cinco mil millones de años o durante un trillonésimo de segundo. El tiempo de duración de un sistema solar del tipo del nuestro es menos azaroso, en parte porque se trata de un objeto mucho más complejo -al fin y al cabo es una abrumadora estructura compuesta de muy diversos tipos de elementos en enormes cantidades- y en parte también porque tiene un «desenvolvimiento» -el que va, por ejemplo, de la nebulosa a la formación de planetas, satélites , etc. De todos modos, se trata de una duración relativamente poco definida y precisa. Una cordillera o un sistema fluvial en nuestro globo pueden durar más o menos, dependiendo de muy variados factores, que incluyen su posición en la geología del planeta y su relación con otros procesos geológicos. Pero la duración de una cordillera en nuestro globo está de una cordillera en nuestro globo está posiblemente más determinada y circunscrita que la de un sistema solar en virtud de su posición en la geología del planeta: algunas cordilleras pueden desaparecer bruscamente, en una gran convulsión geológica, y otras ir dejando de existir en cuanto cordilleras en virtud de, entre otras causas, las erosiones, pero no es absurdo hablar de «la vida (la duración) de una cordillera». Un organismo biológico -en todo caso, uno multicelular- está mucho más confinado temporalmente que cualquier otra realidad no orgánica. Su «ciclo vital» no puede extenderse indefinidamente o, en todo caso, arbitrariamente. Los organismos biológicos tienen, ya propiamente, una «vida» y están por ello sometidos a una «muerte».
La cesación configura un organismo biológico de un modo mucho más determinado que las realidades inorgánicas. Esta configuración por la cesación alcanza su máximo en el ser humano —y puede alcanzarla en cualquier especie capaz de objetivarse mediante productos culturales. Por eso se puede hablar aquí, ya más propiamente, de «una vida» -y de «una muerte»-. En suma, «cesar más o menos, es decir, exhibir un grado, todo lo flexible que se quiera, de cesabilidad» es aproximadamente lo mismo que «estar más o menos precisamente condicionado (en virtud de la propia estructura y de su posición y función en el mundo) para cesar». A la luz de lo dicho, siento otras dos proposiciones:
3.
La cesabilidad mínima es la de las realidades inorgánicas
4.
La cesabilidad máxima es la de los seres humanos.
Buena parte de la presente obra está destinada a aclarar, y a ilustrar, estas dos proposiciones. Concluiré con ésta:
5.
Si, para simplificar, se llama «mortal» a «ser cesable», cabe concluir que cada uno de los niveles -en orden de posible emergencia- de «la realidad» es analizable en virtud de su situación ontológica dentro de un continuo -el «continuo de todo lo que hay» caracterizado por uno, o, más pares de tendencias opuestas (y complementarias). El par de tendencias dilucidado a lo largo de esta obra está constituido por los dos siguientes opuestos (y complementarios) polos: la tendencia que va de «lo menos mortal» a «lo más mortal» y la tendencia que recorre el camino inverso.
Camus:
«No conozco nada más absurdo que morir en un accidente de auto», dijo Albert Camus en referencia a la reciente pérdida de Fausto Coppi, el histórico ciclista.
Al día siguiente, 4 de enero de 1960, el propio Camus, el filosofo del absurdo, moría sobre el asfalto de la nacional 5, cerca de La Chapelle Champigny, en un accidente de coche.
“Lo absurdo impone la muerte, es preciso dar a este problema prioridad sobre los otros, al margen de todos los métodos de pensamiento y de los juegos del espíritu desinteresado”.
Dijo Camus en El Mito dse Sísifo.
Derrida:
"...No. Nunca he aprendido a vivir...Aprender a vivir debería significar aprender a morir, a tener en cuenta, para aceptarla, la mortalidad absoluta, sin salutacion, ni resurección, ni rendición, ni para uno mismo ni para el otro. Después de Platon se trata de la gran interpretacion filosófica (injoction) :
filosofar es aprender a morir"
Hegel:
En la Dialéctica de Hegel, la Muerte toma un rumbo muy interesante: el azimuth dialectico
"Decir que el Hombre es un Individuo libre o histórico, significa que "aparece" (erscheint) en su existencia empírica (Dasein) como una entidad dialéctica, y, por consiguiente, es dialéctico tanto en su realidad objetiva (Wirklichkeif) como en su ser mismo (Sein"), vale decir (y es equivalente) que el Hombre es-y-existe en la medida en que se suprime dialécticamente, o lo que es igual, que se conserva y se sublima...
...Decir que el Hombre es dialéctico, no solo es decir que es individual, libre e histórico, sino también afirmar que es esencialmete finito. Mas la finiud radical del ser y de la realidad "aparecen" en el plano "fenomenológico" humano como algo que se llama Muerte.
Por consiguiente, decir que el Hombre se "revela" como Individuo libre histórico (o cómo " Personalidad") y que "aparece" como esencial mente mortal en el sentido estricto del término, es expresar de manera diferente una sola y misma cosa: un individuo libre-historico es necesariamente mortal, y un ser verdaderamente mortal es siempre un individuo libre e historico"
Para quitarle a este aserto su aspecto paradojico, es menester decir cuanto antes que para Hege la muerte humana es esencialmente distinta a la finitud de los seres puramente naturales.
La muerte es una finitud dialectica.
El ser dialectico, es decir, el Hombre, es el unico ser mortal en sentido nato. La muerte de un ser humano difiere esencialmente del "fin" de un animal o de una planta, asi como de la "desaparicion" de una cosa por simple desgaste.
“Lo absurdo impone la muerte, es preciso dar a este problema prioridad sobre los otros, al margen de todos los métodos de pensamiento y de los juegos del espíritu desinteresado”.
Dijo Camus en El Mito dse Sísifo.
Derrida:
"...No. Nunca he aprendido a vivir...Aprender a vivir debería significar aprender a morir, a tener en cuenta, para aceptarla, la mortalidad absoluta, sin salutacion, ni resurección, ni rendición, ni para uno mismo ni para el otro. Después de Platon se trata de la gran interpretacion filosófica (injoction) :
filosofar es aprender a morir"
Hegel:
En la Dialéctica de Hegel, la Muerte toma un rumbo muy interesante: el azimuth dialectico
"Decir que el Hombre es un Individuo libre o histórico, significa que "aparece" (erscheint) en su existencia empírica (Dasein) como una entidad dialéctica, y, por consiguiente, es dialéctico tanto en su realidad objetiva (Wirklichkeif) como en su ser mismo (Sein"), vale decir (y es equivalente) que el Hombre es-y-existe en la medida en que se suprime dialécticamente, o lo que es igual, que se conserva y se sublima...
...Decir que el Hombre es dialéctico, no solo es decir que es individual, libre e histórico, sino también afirmar que es esencialmete finito. Mas la finiud radical del ser y de la realidad "aparecen" en el plano "fenomenológico" humano como algo que se llama Muerte.
Por consiguiente, decir que el Hombre se "revela" como Individuo libre histórico (o cómo " Personalidad") y que "aparece" como esencial mente mortal en el sentido estricto del término, es expresar de manera diferente una sola y misma cosa: un individuo libre-historico es necesariamente mortal, y un ser verdaderamente mortal es siempre un individuo libre e historico"
Para quitarle a este aserto su aspecto paradojico, es menester decir cuanto antes que para Hege la muerte humana es esencialmente distinta a la finitud de los seres puramente naturales.
La muerte es una finitud dialectica.
El ser dialectico, es decir, el Hombre, es el unico ser mortal en sentido nato. La muerte de un ser humano difiere esencialmente del "fin" de un animal o de una planta, asi como de la "desaparicion" de una cosa por simple desgaste.
(Creemos que tambien difiere esencialmente de un animal en cuanto a la potencialidad del hombre de, conscientemente, 'auto-ordenarsela', es decir, 'elejirla' -en cuanto a tiempo y espacio- él a ella en lugar de ella a él)
Veremos que significa en Hegel ese carácter dialéctico de la Muerte humana. Por otra parte, ya sabemos que la "con-servacion y sublimacion" que comporta nada tiene que ver con la supervivencia, pues sabemos que el ser dialectico es necesariamente finito o mortal. Si el Hombre, segun Hegel, solo puede ser en verdad humano porque debe y puede morir, no muere para resucitar ni para vivir en otro Mundo que no sea el Mundo natural donde nace y crea por la Accion su propio Mundo histórico.
De manera general, la introducción de la noción de la
Muerte no modifica en nada la descripción hegeliana de la Dialéctica que ya conocemos.
En resumen, decir que el Hombre es mortal (en el sentido en que es consciente de su muerte, que puede alcanzarla voluntariamente o "negarla" en un mito de inmortalidad), es sostener lo mismo que cuando se afirma que el Hombre es una Totalidad o una entidad dialéctica: la Totalidad aparece siempre como un individuo libre e historico que necesariamente es mortal, y el ser en verdad mortal es por fuerza un individuo libre e historico, que es y existe como una Totalidad o entidad dialectica.
Pero se trata de ver algo mas de cerca el por qué es asi.
En principio es evidente que un ser dialectico o "total" no puede ser sino finito o mortal. En efecto, no hay por definicion Dialectica, y por tanto Totalidad, sino donde hay Negatividad. Pero la Negatividad en estado aislado es la Nada pura. Su "sintesis" con la Identidad o el Ser dado (Sein) solo puede ser una penetracion de la Nada en el Ser, es decir, un aniquilamiento de este ultimo o un aniquilamiento de la Nada en él.
Mas el Ser sólo se aniquila en el Tiempo y la Nada se aniquila en el Ser en tanto que Tiempo. El Ser Dialectico Total (es decir, el 'Espiritu' en la "Fenomenologia del Espiritu", o la 'Vida' en la terminologia del joven Hegel) es pues necesariamente temporal: 'es el Tiempo realizado', o si se quiere, 'materializado'; es decir, un tiempo que dura ( en el Ser o en el Espacio). Pero durar es tener necesariamente un comienzo y un fin (en el Tiempo) que "aparecen" como nacimiento y muerte.
Un ser dialectico o Total, en efecto, es siempre mortal, por lo menos en el sentido de que su existencia empirica es finita o limitada en y por el Tiempo.
Pero la Muerte "dialectica" es mas que un simple final o limite impuesto desde afuera. Si la Muerte es una "aparicion" de la Negatividad, la libertad como sabemos, es otra de sus formas. La Muerte y la Libertad no son pues sino dos aspectos ("fenomenologicos") de una sola y misma cosa, de modo que decir '"mortal" es decir "libre" y a la inversa..." ("La Dialectica de lo Real y la Idea de la Muerte en Hegel", A. Kojeve)
...................................
Como dijimos: nos parece interesante este sondeo sobre la Muerte para entender el papel que juega la Negatividad en la dialéctica. (Tanto en los planos epistemológicos como en los ontológicos y fenomenológicos, y filosóficamente es un juego abalorios en sus cohesionados argumentos. Con razón se ganó por méritos propios el llegar a ser uno de los pensadores mas brillantes e influyentes.
Veremos que significa en Hegel ese carácter dialéctico de la Muerte humana. Por otra parte, ya sabemos que la "con-servacion y sublimacion" que comporta nada tiene que ver con la supervivencia, pues sabemos que el ser dialectico es necesariamente finito o mortal. Si el Hombre, segun Hegel, solo puede ser en verdad humano porque debe y puede morir, no muere para resucitar ni para vivir en otro Mundo que no sea el Mundo natural donde nace y crea por la Accion su propio Mundo histórico.
De manera general, la introducción de la noción de la
Muerte no modifica en nada la descripción hegeliana de la Dialéctica que ya conocemos.
En resumen, decir que el Hombre es mortal (en el sentido en que es consciente de su muerte, que puede alcanzarla voluntariamente o "negarla" en un mito de inmortalidad), es sostener lo mismo que cuando se afirma que el Hombre es una Totalidad o una entidad dialéctica: la Totalidad aparece siempre como un individuo libre e historico que necesariamente es mortal, y el ser en verdad mortal es por fuerza un individuo libre e historico, que es y existe como una Totalidad o entidad dialectica.
Pero se trata de ver algo mas de cerca el por qué es asi.
En principio es evidente que un ser dialectico o "total" no puede ser sino finito o mortal. En efecto, no hay por definicion Dialectica, y por tanto Totalidad, sino donde hay Negatividad. Pero la Negatividad en estado aislado es la Nada pura. Su "sintesis" con la Identidad o el Ser dado (Sein) solo puede ser una penetracion de la Nada en el Ser, es decir, un aniquilamiento de este ultimo o un aniquilamiento de la Nada en él.
Mas el Ser sólo se aniquila en el Tiempo y la Nada se aniquila en el Ser en tanto que Tiempo. El Ser Dialectico Total (es decir, el 'Espiritu' en la "Fenomenologia del Espiritu", o la 'Vida' en la terminologia del joven Hegel) es pues necesariamente temporal: 'es el Tiempo realizado', o si se quiere, 'materializado'; es decir, un tiempo que dura ( en el Ser o en el Espacio). Pero durar es tener necesariamente un comienzo y un fin (en el Tiempo) que "aparecen" como nacimiento y muerte.
Un ser dialectico o Total, en efecto, es siempre mortal, por lo menos en el sentido de que su existencia empirica es finita o limitada en y por el Tiempo.
Pero la Muerte "dialectica" es mas que un simple final o limite impuesto desde afuera. Si la Muerte es una "aparicion" de la Negatividad, la libertad como sabemos, es otra de sus formas. La Muerte y la Libertad no son pues sino dos aspectos ("fenomenologicos") de una sola y misma cosa, de modo que decir '"mortal" es decir "libre" y a la inversa..." ("La Dialectica de lo Real y la Idea de la Muerte en Hegel", A. Kojeve)
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Como dijimos: nos parece interesante este sondeo sobre la Muerte para entender el papel que juega la Negatividad en la dialéctica. (Tanto en los planos epistemológicos como en los ontológicos y fenomenológicos, y filosóficamente es un juego abalorios en sus cohesionados argumentos. Con razón se ganó por méritos propios el llegar a ser uno de los pensadores mas brillantes e influyentes.
Interesantísimo en cuánto que, epistemológicamente, ontológicamente, fenomenológicaqmente, argumentativamente, filosoficamente no digamos...el 'juego de abalorios' dialéctico que nos presenta Hegel es, simplemente, brillante. Con razón se gano por meritos propios el llegar a ser uno de los pensadores mas brillantes de la humanidad.
Los ultimos parrafos de Kojevé son calibrados con exactitud perínclita. Merece la pena repetirlos: "Pero la Muerte "dialectica" es mas que un simple final o limite impuesto desde afuera. Si la Muerte es una "aparicion" de la Negatividad, la libertad como sabemos, es otra de sus formas. La Muerte y la Libertad no son pues sino dos aspectos ("fenomenologicos") de una sola y misma cosa, de modo que decir 'mortal' es decir 'libre' y a la inversa...". Decir mortal es decir libre . Excluyendo la paradoja semántica que pudiese implicar, aqui "libre" quiere decir safarse de la monstruosamente condena a vivir siempre.
Los ultimos parrafos de Kojevé son calibrados con exactitud perínclita. Merece la pena repetirlos: "Pero la Muerte "dialectica" es mas que un simple final o limite impuesto desde afuera. Si la Muerte es una "aparicion" de la Negatividad, la libertad como sabemos, es otra de sus formas. La Muerte y la Libertad no son pues sino dos aspectos ("fenomenologicos") de una sola y misma cosa, de modo que decir 'mortal' es decir 'libre' y a la inversa...". Decir mortal es decir libre . Excluyendo la paradoja semántica que pudiese implicar, aqui "libre" quiere decir safarse de la monstruosamente condena a vivir siempre.
Al estalecerse que la muerte "es más que un simple final impuesto desde afuera", se la contiene, se la despoja de autonomía e independencia, y el hombre, asi, pierde impotencia porque deja de ser marioneta total de ella. Aunque es verdad que con la Muerte 'aparece' la Negatividad (lo que nos niega, lo que nos suprime), tambien es verdad que esa misma Negatividad, es, a su vez, digamos, 'anti-Muerte', en cuanto que es otra expresion de la Libertad. Y ahora llega lo puramente genial: "La Muerte y la Libertad no son pues sino dos aspectos ("fenomenologicos") de una sola y misma cosa, de modo que decir 'mortal' es decir 'libre' y a la inversa..."
¡La Muerte es la que le da al hombre su Libertad!. Y es verdad. Sin ella el hombre no podria ser libre porque quedaría sentenciado a no-morir, a mantener infinitamente su ser, su 'Sein', por lo tanto quedaría condenado a no poder ser un ser dialéctico, finito, mortal, que es, precisamente, lo que le proporciona su Negatividad, su Libertad.
¡La Muerte es la que le da al hombre su Libertad!. Y es verdad. Sin ella el hombre no podria ser libre porque quedaría sentenciado a no-morir, a mantener infinitamente su ser, su 'Sein', por lo tanto quedaría condenado a no poder ser un ser dialéctico, finito, mortal, que es, precisamente, lo que le proporciona su Negatividad, su Libertad.
Y que es para Hegel la Libertad no consiste en elejir entre disponibles datos, entre bifurcaciones o brazos; la Libertad para Hegel es la Negacion de lo Dado...en la misma medida que la Muerte, como Negación, no elije tampoco entre datos sino que Niega, suprime lo Dado. Por esto mismo, para Hegel, el Pensar, el poner en la praxis esa Libertad, es negar lo que nos rodea, lo Dado que enfrentamos.
Y es la Negacion de lo Dado porque, de lo contrario, al quedarse forzado el individuo a seleccionar sobre algo que no ha seleccionado, perderia totalmente su Libertad, su Ser, al quedar asi supeditado 'a priori' a un reglamento que él no ha fabricado.
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TUESDAY, JANUARY 26, 2010
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