Decimos que la muerte lo hace dialéctico en cuánto que ello introduce el elemento fundamental de la dialéctica, porque no hay Totalidad sin Negatividad, y si la Negatividad es la Libertad que se realiza en tanto que acción negatriz de lo dado, y si ella es la humanidad misma del hombre, la Negativiad y el Hombre no pueden aparacer por primera vez en la Naturaleza sino como un ser que niega o "suprime" su naturaleza animal innata: él crea su humanidad sólo negándose en tanto que animal. Por eso la primera aparición de la Negatividad se describe en la Fenomenología del Espíritu (Capitulo IV) como una lucha a muerte por el Reconocimiento o más exactamente como el Riesgo de la vida que esa Lucha conlleva.
Pero la Negatividad en estado puro es la Nada pura. Su "síntesis" con la Identidad del Ser dado sólo puede ser una penetracion de la Nada en el Ser, o sea, un aniquilamiento de éste último o un aniquilaiento de la Nada en él. Pero el Ser solo se aniquila en el Tiempo ("El Ser y el Tiempo" heideggeriano) y la Nada se aniquila en el Ser en tanto que Tiempo.
El Ser dialectico Total (el Espiritu en la "Fenomenologia del Espiritu") es, en efecto, temporal: es el Tiempo realizado, o, más aun, materializado, es decir: un Tiempo que dura, con un transcurso determinado. Durar, claro, es tener un comienzo y un fín --en el Tiempo--, y ello aparece como una existencia con nacimiento y muerte. Un ser dialéctico o total no puede ser de otra forma más que temporal, pues de lo contario quedaría encadenado a soportarse a sí mismo en una 'eternidad' que destruiría sus potencialidades de "ser o no ser", es decir: la esencia de las potencialidades de su libertad.
Y Hegel lo afirma en varias oportunidades, sobre todo en un pasaje escrito en el " Derecho Natural " (1802): " Ese absoluto negativo-negador, la libertad pura, es en su aparición la muerte, y por la facultad de la muerte, el Sujeto (Hombre) se demuestra como libre y elevado sobre toda restriccion y compulsion "
Ello se entiende mejor en el plano "metafísico": si el Ser dado está determinado en --y por-- su conjunto -- la Totalidad del ser--, ello implíca que él mismo determina por su comjunto todo cuanto forma parte de él mismo. Un Ser que no se pudiese evadir del Ser no podría escapar a su destino --a su conjunto--, y estaría, de por siempre, fijo y amarrado a él en el lugar que ocupara en el Cosmos .
Es decir: si el Hombre viviera eternamente y no pudiera morir quedaría esclavo de éste tornillo sin fín; desaparecería su libertad de quitarse voluntariamente la vida.
Pasando al plano "fenomenológico", vemos que el suicidio, la muerte voluntaria, es la "manifestación" más evidente de la "Negatividad" opcional, y, como alternativa, Libertad, pués darse muerte para deshacerse de una situación recibida a la cual se está 'biologicamente' adaptado --puesto que se podría continuar viviendo--, es manifestar una independencia frente a ello, vale decir: autonomía, libertad. Y desde el momento que se puede realizar el suicidio para evadirse de cualquier situación dada, puede decirse con Hegel que "la facultad de la muerte" es la "aparición" de la "libertad pura" o absoluta --por lo menos en potencia-- frente a todo lo dado en general. (De aqui que Hegel defina el pensar como la negación de lo que nos rodea, la negación de lo dado -de lo que nos niega-)
Pero si el suicidio, que, evidentemente, diferencia al hombre del animal, "manifiesta" la libertad, no la realiza, pues termina en la nada y no en una existencia libre. Lo que revela y realiza la libertad, según Hegel, es la lucha llevada sin ninguna necesidad biológica en vista del sólo Reconocimiento. Mas ésta lucha no revela ni realiza la Libertad sino en la medida en que implica el riesgo de la vida, es decir, la posibilidad real de morir. La Muerte no es mas que un aspecto complementario de la libertad.
Al exisir eternamente un ser realizará todas sus posibilidades, y no realizará ningúna e sus imposibilidades. El conjunto "dado" de sus posibilidades, o lo que es igual, de sus imposiblidades, constituye su "esencia" inmutable o su "naturaleza" eterna, o su "caracter" innato, etc., que puede desarrollar en el Tiempo, realizándola y manifestándola, pero que no puede modificar ni aniquilar...Al no poder superar su "naturaleza" no podrá negar o suprimir su "transcender", su Particularidad dada y elevarse asi a lo Universal.
Sobre ésta concepción del Hombre, la Individualidad aparece solo donde ésta Particularidad gana su potencialidad realizadora de 'elevarse a lo Universal', es decir: a su Transcendencia.
Si el hombre es "inmortal", si "sobrevive" a su muerte biologica, no hay en él ni libertad ni individualidad. La Libertad del hombre es la negacion efectiva de su propia "naturaleza" dada, es decir, de sus "posibilidades, que ya ha realizado y que determinan sus imposibilidades"
PD:
¿Que quiere decir Hegel con su "naturaleza dada"?
¿Conocia Hegel los documentados casos de los Niños Silvestres que se crían sin contacto con la cultura humana y que, al ser descubiertos y estudiados, representan tan sólo casos teratológicos en los cuales toda huella o traza de "naturaleza" -humana o animal- no se encuentra por ningun lado, y, en lugar de ello, aparecen como casos dónde tan sólo un básico e ínfimo instinto de sobrevivencia infra-animal es el único y troglodita impulso que los mueve?
Entónces: ¿todo lo que habla Hegel es producto de la cultura humana sin ningún 'a priori' con el que venga determinado algúna clase de "naturaleza dada"?
La filosofía es una meditación de la muerte.
Ciceron:
Toda vida filosófica es una commentatio mortis.
Santayana:
Una buena manera de probar el calibre de una filosofía es preguntar lo que piensa acerca de la muerte.
Heidegger:
El ser para la muerte. La muerte pertenece al ser del Ser-ahí, por lo tanto es necesario, según Heidegger, demostrar cómo en este fenómeno se revela la existencia, la efectividad y la deyección del “ser-ahí”. El ser para la muerte se revela inmediatamente como posibilidad en su temporalidad porque es esta la que le da sentido a esa 'posibilidad'
Georg Simmel:
La muerte no es importante de 'per se', es que sin ella nada seria importante.
Ferrater Mora:
Las dos «direcciones»
Si hay «elementos últimos» que no cambian, entonces no cesan. Pero si no cambian ni cesan, entonces no existen. He aquí la tesis capital de esta sección: la equiparación de realidad con cesabilidad, o posibilidad de cesación.
Ciertos cambios de posición espacial de los elementos dentro de una estructura pueden ser muy importantes para las transformaciones a que ésta pueda ser sometida, mientras que otros cambios, asimismo de naturaleza espacial, afectan a la estructura solo mínimamente.
1.
Ser real (o existir) es ser cesable
¿Quiere esto decir que todas las cosas en la Naturaleza exhiben el mismo grado de cesabilidad? (¿0 que dejan de ser del mismo modo y en la misma medida?) La respuesta es negativa, como se ve en la proposición:
2.
Hay varios grados de cesabilidad, desde la pura y simple terminación de la existencia hasta lo que se entiende por «muerte».
A primera vista, las proposiciones 1 y 2 no encajan mutuamente. En todo caso, ofrecen una dificultad mayúscula: si, por un lado, ser real es ser cesable y, por el otro, se admiten grados de cesabilidad, habrá que concluir que «unas cosas» existen «más», o son más «reales» (por ser más cesables), que otras, y viceversa.
Evidentemente, esto sería absurdo.
Para hacer frente a esta dificultad, propongo lo siguiente: Primero, estimo que no hay lugar a admitir «grados de existencia» del Mismo modo que se admiten, o en el mismo sentido en que se admiten, grados de color o de temperatura. No tiene sentido, pues, decir que algo existe «más» o «menos». Ni siquiera cuando algo es realmente Posible y hasta altamente probable existe antes de actualizarse su Posibilidad. Segundo, nada cesa «más» o «menos» como si la cesación pudiera medirse y cuantificarse. En este sentido, la noción de cesación es tan unívoca como la de existencia. Por tanto, por 'grados de cesabilidad' hay que entender otra cosa.
Propongo que sea lo menor o mayor indeterminación con respecto a la duración posible, o a la posible permanencia, de aquello de que se trate. Con el fin de- evitar problemas enojosos, que, por el momento, además, no han sido aún completamente dilucidados, haré caso omiso del hecho, de que el universo haya podido tener un origen (posiblemente con el tiempo) y de que las condiciones reinantes al comienzo, o durante los llamados «los tres primeros minutos», hayan sido tan distintas de las que conocemos, que no valgan para ellas los esquemas ontológicos aquí presentados -como pudieran muy bien no valer tampoco las mismas leyes físicas que rigen el universo en nuestro presente momento. Una vez admitida esta restricción, cabe hacer una serie de afirmaciones relativas a la «duración», «permanencia» o «cesabilidad» de las «cosas» o «entidades» que hay en el mundo.
En las condiciones actuales conocidas, un electrón puede seguir siendo el mismo electrón durante cinco mil millones de años o durante un trillonésimo de segundo. El tiempo de duración de un sistema solar del tipo del nuestro es menos azaroso, en parte porque se trata de un objeto mucho más complejo -al fin y al cabo es una abrumadora estructura compuesta de muy diversos tipos de elementos en enormes cantidades- y en parte también porque tiene un «desenvolvimiento» -el que va, por ejemplo, de la nebulosa a la formación de planetas, satélites , etc. De todos modos, se trata de una duración relativamente poco definida y precisa. Una cordillera o un sistema fluvial en nuestro globo pueden durar más o menos, dependiendo de muy variados factores, que incluyen su posición en la geología del planeta y su relación con otros procesos geológicos. Pero la duración de una cordillera en nuestro globo está de una cordillera en nuestro globo está posiblemente más determinada y circunscrita que la de un sistema solar en virtud de su posición en la geología del planeta: algunas cordilleras pueden desaparecer bruscamente, en una gran convulsión geológica, y otras ir dejando de existir en cuanto cordilleras en virtud de, entre otras causas, las erosiones, pero no es absurdo hablar de «la vida (la duración) de una cordillera». Un organismo biológico -en todo caso, uno multicelular- está mucho más confinado temporalmente que cualquier otra realidad no orgánica. Su «ciclo vital» no puede extenderse indefinidamente o, en todo caso, arbitrariamente. Los organismos biológicos tienen, ya propiamente, una «vida» y están por ello sometidos a una «muerte».
La cesación configura un organismo biológico de un modo mucho más determinado que las realidades inorgánicas. Esta configuración por la cesación alcanza su máximo en el ser humano —y puede alcanzarla en cualquier especie capaz de objetivarse mediante productos culturales. Por eso se puede hablar aquí, ya más propiamente, de «una vida» -y de «una muerte»-. En suma, «cesar más o menos, es decir, exhibir un grado, todo lo flexible que se quiera, de cesabilidad» es aproximadamente lo mismo que «estar más o menos precisamente condicionado (en virtud de la propia estructura y de su posición y función en el mundo) para cesar». A la luz de lo dicho, siento otras dos proposiciones:
3.
La cesabilidad mínima es la de las realidades inorgánicas
4.
La cesabilidad máxima es la de los seres humanos.
Buena parte de la presente obra está destinada a aclarar, y a ilustrar, estas dos proposiciones. Concluiré con ésta:
5.
Si, para simplificar, se llama «mortal» a «ser cesable», cabe concluir que cada uno de los niveles -en orden de posible emergencia- de «la realidad» es analizable en virtud de su situación ontológica dentro de un continuo -el «continuo de todo lo que hay» caracterizado por uno, o, más pares de tendencias opuestas (y complementarias). El par de tendencias dilucidado a lo largo de esta obra está constituido por los dos siguientes opuestos (y complementarios) polos: la tendencia que va de «lo menos mortal» a «lo más mortal» y la tendencia que recorre el camino inverso.
Camus:
«No conozco nada más absurdo que morir en un accidente de auto», dijo Albert Camus en referencia a la reciente pérdida de Fausto Coppi, el histórico ciclista.
“Lo absurdo impone la muerte, es preciso dar a este problema prioridad sobre los otros, al margen de todos los métodos de pensamiento y de los juegos del espíritu desinteresado”.
Dijo Camus en El Mito dse Sísifo.
Derrida:
"...No. Nunca he aprendido a vivir...Aprender a vivir debería significar aprender a morir, a tener en cuenta, para aceptarla, la mortalidad absoluta, sin salutacion, ni resurección, ni rendición, ni para uno mismo ni para el otro. Después de Platon se trata de la gran interpretacion filosófica (injoction) :
filosofar es aprender a morir"
Hegel:
En la Dialéctica de Hegel, la Muerte toma un rumbo muy interesante: el azimuth dialectico
"Decir que el Hombre es un Individuo libre o histórico, significa que "aparece" (erscheint) en su existencia empírica (Dasein) como una entidad dialéctica, y, por consiguiente, es dialéctico tanto en su realidad objetiva (Wirklichkeif) como en su ser mismo (Sein"), vale decir (y es equivalente) que el Hombre es-y-existe en la medida en que se suprime dialécticamente, o lo que es igual, que se conserva y se sublima...
...Decir que el Hombre es dialéctico, no solo es decir que es individual, libre e histórico, sino también afirmar que es esencialmete finito. Mas la finiud radical del ser y de la realidad "aparecen" en el plano "fenomenológico" humano como algo que se llama Muerte.
Por consiguiente, decir que el Hombre se "revela" como Individuo libre histórico (o cómo " Personalidad") y que "aparece" como esencial mente mortal en el sentido estricto del término, es expresar de manera diferente una sola y misma cosa: un individuo libre-historico es necesariamente mortal, y un ser verdaderamente mortal es siempre un individuo libre e historico"
Para quitarle a este aserto su aspecto paradojico, es menester decir cuanto antes que para Hege la muerte humana es esencialmente distinta a la finitud de los seres puramente naturales.
La muerte es una finitud dialectica.
El ser dialectico, es decir, el Hombre, es el unico ser mortal en sentido nato. La muerte de un ser humano difiere esencialmente del "fin" de un animal o de una planta, asi como de la "desaparicion" de una cosa por simple desgaste.
Veremos que significa en Hegel ese carácter dialéctico de la Muerte humana. Por otra parte, ya sabemos que la "con-servacion y sublimacion" que comporta nada tiene que ver con la supervivencia, pues sabemos que el ser dialectico es necesariamente finito o mortal. Si el Hombre, segun Hegel, solo puede ser en verdad humano porque debe y puede morir, no muere para resucitar ni para vivir en otro Mundo que no sea el Mundo natural donde nace y crea por la Accion su propio Mundo histórico.
De manera general, la introducción de la noción de la
Muerte no modifica en nada la descripción hegeliana de la Dialéctica que ya conocemos.
En resumen, decir que el Hombre es mortal (en el sentido en que es consciente de su muerte, que puede alcanzarla voluntariamente o "negarla" en un mito de inmortalidad), es sostener lo mismo que cuando se afirma que el Hombre es una Totalidad o una entidad dialéctica: la Totalidad aparece siempre como un individuo libre e historico que necesariamente es mortal, y el ser en verdad mortal es por fuerza un individuo libre e historico, que es y existe como una Totalidad o entidad dialectica.
Pero se trata de ver algo mas de cerca el por qué es asi.
En principio es evidente que un ser dialectico o "total" no puede ser sino finito o mortal. En efecto, no hay por definicion Dialectica, y por tanto Totalidad, sino donde hay Negatividad. Pero la Negatividad en estado aislado es la Nada pura. Su "sintesis" con la Identidad o el Ser dado (Sein) solo puede ser una penetracion de la Nada en el Ser, es decir, un aniquilamiento de este ultimo o un aniquilamiento de la Nada en él.
Mas el Ser sólo se aniquila en el Tiempo y la Nada se aniquila en el Ser en tanto que Tiempo. El Ser Dialectico Total (es decir, el 'Espiritu' en la "Fenomenologia del Espiritu", o la 'Vida' en la terminologia del joven Hegel) es pues necesariamente temporal: 'es el Tiempo realizado', o si se quiere, 'materializado'; es decir, un tiempo que dura ( en el Ser o en el Espacio). Pero durar es tener necesariamente un comienzo y un fin (en el Tiempo) que "aparecen" como nacimiento y muerte.
Un ser dialectico o Total, en efecto, es siempre mortal, por lo menos en el sentido de que su existencia empirica es finita o limitada en y por el Tiempo.
Pero la Muerte "dialectica" es mas que un simple final o limite impuesto desde afuera. Si la Muerte es una "aparicion" de la Negatividad, la libertad como sabemos, es otra de sus formas. La Muerte y la Libertad no son pues sino dos aspectos ("fenomenologicos") de una sola y misma cosa, de modo que decir '"mortal" es decir "libre" y a la inversa..." ("La Dialectica de lo Real y la Idea de la Muerte en Hegel", A. Kojeve)
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Como dijimos: nos parece interesante este sondeo sobre la Muerte para entender el papel que juega la Negatividad en la dialéctica. (Tanto en los planos epistemológicos como en los ontológicos y fenomenológicos, y filosóficamente es un juego abalorios en sus cohesionados argumentos. Con razón se ganó por méritos propios el llegar a ser uno de los pensadores mas brillantes e influyentes.
Los ultimos parrafos de Kojevé son calibrados con exactitud perínclita. Merece la pena repetirlos: "Pero la Muerte "dialectica" es mas que un simple final o limite impuesto desde afuera. Si la Muerte es una "aparicion" de la Negatividad, la libertad como sabemos, es otra de sus formas. La Muerte y la Libertad no son pues sino dos aspectos ("fenomenologicos") de una sola y misma cosa, de modo que decir 'mortal' es decir 'libre' y a la inversa...". Decir mortal es decir libre . Excluyendo la paradoja semántica que pudiese implicar, aqui "libre" quiere decir safarse de la monstruosamente condena a vivir siempre.
¡La Muerte es la que le da al hombre su Libertad!. Y es verdad. Sin ella el hombre no podria ser libre porque quedaría sentenciado a no-morir, a mantener infinitamente su ser, su 'Sein', por lo tanto quedaría condenado a no poder ser un ser dialéctico, finito, mortal, que es, precisamente, lo que le proporciona su Negatividad, su Libertad.