Comentarios de obras nacidas del uso de enteógenos
Los Tarahumara, Antonin Artaud
"La vida moderna está atrasada con respecto a algo y no los indios tarahumara con respecto al mundo actual."
Debo esperar un par de días después de cada electroshock para que el diálogo con Artaud tenga algún sentido. Su dolor es medular, se reproduce en su cuerpo, en cada una de sus células. Los doctores intentan extirpárselo destruyendo las conexiones de su mente que, contra todos los pronósticos de la ciencia, aún logra expresarse magistralmente a través de la palabra.
Estamos en la clínica de Ivry, es un frío 4 de Febrero de 1948, y él escribe Tutuguri, el último de los textos que se incluirán en este libro sobre los tarahumara, comenzado doce años antes en México. Justo en un mes más, y con sólo 51 años, morirá.
Solemos conversar acerca de la alquimia de dolor sin sentido en la que vive Europa. Me cuenta que en un principio creyó que el surrealismo sería la solución para un continente contaminado de racionalismo. Pero su excesiva rigidez, su confinamiento político, le revelaron la precariedad del movimiento. Mitologías egipcias, tibetanas, la cábala y los celtas, fueron otras vetas por donde buscó la esencia del yo.
En 1936 visitó México para vivir entre los indios tarahumara, ahí donde la Sierra Madre es más agreste. Me dijo que esperaba de ellos "el origen sin traicionar del ser humano", esperaba conocer "una Verdad que ellos habían conservado". Encontró un pueblo cuya historia puede leerse en la geografía de las montañas, cuyos ritos reproducen una comunicación transparente con un Dios al que se llega a través del camino del Ciguri.
"El Ciguri es el rito de una danza y el cuerpo de una planta, el peyote. Con este rito los tarahumara se despojan de sus apariencias hasta que se les revela su verdadero ser". Artaud participó de este rito.
"Con él, el Hombre está solo, me señala, y tocando desesperadamente la música de su esqueleto, sin padre, madre, familia, amor, dios o sociedad. Y andas del equinoccio al solsticio, sujetando tú mismo tu propia humanidad".
"El peyote", continúa, "conduce al yo hasta sus fuentes auténticas. Al salir de un estado de visión semejante, no se puede volver a confundir, como antes, la mentira con la verdad. Quizás nuestra civilización podría superar su frustración si todos bebieran el Ciguri", me comento.
"Dicen esos sacerdotes de Ciguri" --me dijo--, "que el peyote no se da a todo el mundo y que para acceder a él hay que estar Predestinado...A veces se acercan a las ciudades" --me cuenta--, "para ver cómo son los hombres que se han equivocado".
Le preguntó de qué viven en las ciudades, pues no manejan dinero. Me dice que "mendigan, y si se les da, no dicen gracias, pues para ellos dar a quien no tiene nada no es ni siquiera un deber, es una ley de reciprocidad física que el Mundo Blanco ha traicionado".
En las páginas de este libro que me ha pedido que lea, quizás su libro más metafísico, se funden una hiperconciencia del entorno y de la propia existencia, con poesía y delirios cristianos, imágenes obsesivas de las que intentaba despojarse, en su viaje hacia un saber primitivo.
Los Tarahumara, Antonin Artaud. Tusquets, 1985, 184 pp.
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Han pasado muchísimos años de la experiencia de Antonin Artaud.
El mundo es otro.
Todo se estandariza, globaliza, se hiere la flor que un dia regamos al plantar.
Hasta los sueños, el espíritu, la egregia metafísica, a velocidad meteórica, se están comercializando. El proceso de ésta mutilación masiva del alma humana (o de lo que aún queda de ella) no conoce fronteras: la galopante pitogénesis de "la deshumanización de la humanidad" (como lo llamaba Ernesto Sábato) se incrusta y subvierte la autenticidad por todos lados.
Todo está adquieríendo un precio, un paquete turístico, un hotel seleccionado, un viaje previamente manufacturado, unos guías entrenados, na informatica que colecta, al maximum, cualquier deseo aplazado, cualquier dato esbozado.
Un consumismo omnipresente golpea las puertas de todos nuestros estratos, y se eríge, como panacea sucedánea, para llenar el vacío y la alienación de unas clases sociales que disponen de un cierto poder económico-adquisitivo como para viajar a cualquier lado y exponerse a experiencias que la pasividad y el anquilosamiento intelectual y físico les demanda curar y responder de alguna manera. Todo se compra y se vende hoy en dia en el Gran Mercado donde, adquiriendo lo que se anuncia, se cincelan los tentadores reclamos que prometen 'iluminaciones' y 'caminos alados' que despues, naturalmente, no encontramos.
Lo que "conduce al yo hasta sus fuentes auténticas", a manos del dinero, bajo la necesidad nefrítica de la cada día más difícil sobrevivencia de los pueblos, esta naufragando. Como decía el gran poeta español, León Felipe: "el destino de la humanidad se esta subastando", y se apoderará de él el mejor postor, el que mas pagué por él y al contado. Y se subasta desde el entero planeta hasta la ayahuasca en paquetes turisticos, pasando por las mas absurdas e infantiles ventanas.
1.-
Nuestra experiencia enteogenésica tiene que ver con la ayahuasca, sobre la que volveremos después, pero primero comencemos con deshilvanar la ayahuasca.
Liana de la planta de ayahuasca
En el siglo XIX, los exploradores-naturalistas comenzaron a traer noticias de precisos estudios etnográficos de los puebos aborígenes que, hasta entonces, habían vivido cortados completamente de la civilización occidental.
Sobre la mitad del siglo mencionado, los botánicos Richard Spruce y Alfred Russel Wallace, regresaron del Amazonas habíendo observado Spruce -sobre las orillas del río Negro- a un grupo de nativos del lugar preparar y consumir un cierto brevaje alucinatorio. Documentó que el principal ingrediente consistía en una líana intoxicante que llamó 'Baniesta caapi'. Años después, en el Ecuador occidental, observó la misma planta de la cual los aborígenes, hacíendola hervir, extraían 'sus contactos con los dioses' y a la cual llamaban 'ayahuasca'.
La ayahuasca ha continuado hasta nuestros días siendo parte de la vida espiritual de muchas tribus de la cuenca amazónica en las selvas tropicales de América del Sur; de esta forma se creó una propia ethnobotánica médica con el fín de curar y de impartir una visión psicodélica que ayudara a responder a las necesidades físicas y mentales que el hóstil medio selvático crea.
En su libro, "Al Traluz de la Ayahuasca", el antropólogo español, Josep Mª Fericgla, dice muy bien al respecto:
"Asi, la tesis que defiendo es la necesidad de entender el uso humano de enteógenos como recurso destinado a activar los procesos cognitivos necesarios para una mejor adaptación al medio cambiante. Por ello, y aunque la mayor parte de las veces tal consumo se enmarque en un ámbito de carácter religioso, me gusta llamarlas substacias adaptógenas inespecificas, o enteógenos con función adaptógena" (p. 21)
La palabra quechua 'ayahuasca' (llamada hoy en dia "Banisteriopsis caapi; B. c.) se podría traducir por "vino de la muerte", "vino de las almas". La planta es rica en alcaloides del tipo de beta-carboline (término en inglés), el mas importante de ellos es 'harmine', el cual tiene una índole que no es psicodélica, al menos que no se tome en unas altas dosis que, generalmente, producen una elevada toxidad purgativa. Es por ello que para alcanzar el efecto enteógeno deseado, la B. c. se ha de hervir en cantidades suficientes con una mixtura de especies vegetales que contengan DMT (dimetiltriptamina) para que ello dé el resultado psicoactivo buscado.
"Actualmente se conocen mas de 90 especies vegetales diferentes repartidas en 38 familias (que contienen DMT) que son utilizadas como aditivo a la B. c. para producir la ayahuasca ... Suele darse un error bastante generalizado que consiste en que, al haber un único término para referirse a uno de los componentes y al resultado de la ebullición, muchas personas creen que la ayahuasca enteógena es el líquido resultante de hervir directamente la liana, pero no es así. La B. c. sola no produce ningun efecto enteógeno"
(J. Mª Fericgla, pp. 27 y 28)
2.-
'Nuestra experiencia enteogenésica tiene que ver con la ayahuasca', dijimos. Ya llegaremos a ello mas tarde.
"La B. c. sola no produce ningun efecto enteógeno": este fue mi caso. Y volviendo a repetir: al menos que no se tome en unas altas dosis que, generalmente, producen una elevada toxidad purgativa. Este fue mi caso, nuestro caso (Laureano y yo)
3.-
Y el responsable de que la experiencia de la ayahuasca fuera en esta 'materialista' direccion fue Don Agustín. Me dijo, como el doctor que trata de iluminar al paciente, que todo fue debido a "mios malas intenciones", y que si estuve todo el tiempo tirado en el suelo fue por que "nunca me quise poner de pie y subir las escaleras". Me dio ganas de darle una bofetada.
"Don Augustin Grefa (founder, shaman, medicinal plant expert)
The founder and president of Ruku Kausay, Augustin Grefa is a renown shaman, healer and certified expert in over 3,000 medicinal plants with over 45 years experience. Augustin Grefa brings the heart, body and mind into harmony. In addition, he teaches about medicinal plants, and the Quichua cosmovision to various universities and communities across Ecuador, and to representatives of universities in Europe and the United States.
Born in Archidona, Augustin Grefa's journey as a Shaman began in his early life with his grandmother who was his primary guardian and teacher until he was forced into slavery in Peru. As a young boy he escaped by traveling the many tributaries of the Amazon to return home. It is his believe that spirits of the rainforest taught him directly how to utilize its riches for his survival. He shares his own powerful experience in his shamanic work in his mission to bring about social and environmental harmony.
As an environmental activist, Augustin Grefa has worked to protect and preserve the rainforest through the practice of sustainable ecotourism and agriculture, reforestation projects and the teaching of these methods to visitors and to other indigenous communities across Ecuador. Augustin Grefa was one of the founders of the Quichua community of Rio Blanco and served five terms as president during the period of 1971 to 1990 and is known as an expert and proponent of the Quichua culture. He also founded and directed ecotourism for the Rio Blanco community from 1990 to 1997 including building the requisite infrastructure and training the community in ecotourism. Augustin Grefa has worked with universities and foundations in the United States, Iceland, Germany, and Ecuador including: Global Exchange (U.S) Emory University, University de Rio Bamba (Quito), Fondacion Ayuda en Acion Bolivar (Guayaquil, Guaranda, Napo, Pastasa, Esmeralda, Manabi, Morona Santiago).
Esto es lo que dice la 'Internet'.
La realidad, según nuestra experiencia, fué un tanto distinta a lo que prometía el anuncio de venta internetero; nada nuevo que sondear.
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Comenzó en Quito
Carreteras y montañas, nubes y alturas aladas hasta y bajar a los valles y selvas cercanas a Tena.
Sandra, Dino, Laurelle y yo.
Los cuatros, en el coche, parecíamos un paquete volante en busca de un inexistente dios. En realidad ibamos hacia una experiencia que solo puede imaginar el famoso 'pathos' de Colon.
Paramos en algun zenit montañoso y comimos en casa de Doña María -así la llamó Sandra-, una mujer con chiquillos de cara redonda y ojos orientales; una sopa exquisita y un frío de cordillera andina de flauta de pan.
Cruzamos parte de Tena. Sandra tuvo que meter su coche por arroyos que hicieron crujir los bajos de la maquina. Poco a poco fuimos penetrando una frondosa vegetación. Hacia calor, humedad, sudor, la envoltura tropical se nos empezó a clavar como un rejón.
Así llegamos a casa de don Agustín.
(Siempre me ha chocado que la poblacion aborígen adopte los nombres del calendario santoral de sus genocidas; pero así de intimidante y colonial es la realidad)
Sus hijos (muchos) comenzaron a trasladar bolsas y cajas con comida al taxi-camioneta que nos iba a llevar a nuestra destinacion final en el corazón de la selva. Cruzamos un puentecillo por el que corria una diminuta y cristalina corriente de agua esmeralda y alcanzamos una terraza cubierta que solapaba su vivienda. Mujeres y niños, nadie sabia de donde salian. Nadie sabe nunca de donde salen las gentes, ni quien eran. Todo habia que descifrarlo interiormente. Un pequeño lemur marron de cola prensible dormia en una jaula, despues Agustin junior lo saco y nos lo presento
"Se llama Chichi"
Nos dijo como si se tratara de un personaje que se introduce a la civilizacion humana.
Repartieron botas de agua, altas, hasta cerca de la rodilla. Yo me calce mis sandalias por toda precaucion desobedeciendo el plan expeditivo. Al rato llegó don Agustin, botas de agua -también- ropas azul claro, gorra de beisbol que le tapaba una expresion difuminada de voz baja y filos fragiles; parecia gustarle un anonimato sutil que clavaba con palabras casi imperceptibles; se antojaba que deseaba pasar desapercibido, que esperaba la fabricación de un momento lo mismo que el orador que espera, sin relieves, llegar al pulpito de su terreno.
El tiempo.
El dios Cronos en estas latitudes no es importante.
La selva, el tropico, el calor y la humedad frenan el pendulo.
Las cosas y su transcurrir se mueven con otro discurrir.
Es el momento de darse cuenta de que las prisas son tan solo un invento del dinero, un negocio que nos han impuesto.
El hombre que domestica y esclaviza la civilizacion es un excelso neurotico: se impacienta; no sabe esperar; el pobre; solo quiere pasar del ahora al despues a la velocidad de su incapacitada y mimada mente acostumbrada a no aguardar.
Y Chichi, que ya estaba afuera de su jaula, saltaba de hombro en hombro como un reloj congelado, sin tiempo, sin brevedad.
"¡Al taxis!"
Dijo alguien.
Y empezamos a rodar por las calles de Tena hasta que entramos en una carretera de grava y tierra virgen que empezo a cortar la espesa selva como un machete secular.
Adentro de la camioneta iban don Agustin, Sandra, Dino y Laurelle y la novia de Clever, hijo de don Agustin, una norteamericana de timidez blanca y sonrisa de 'have a nice day' que habia llegado a la comunidad de Napo sabiendo ya algo de la linguistica del shuar y del quechua. Afuera, atras, Agustin junior con Chichi en una bolsa, Clever y otro hijo mas de la prole de don Agustin. El cielo era pristino, la flora impresionante, y el viento parecia traernos augurios esotericos de oberturas impredecibles.
Entre los tres hablaban quechua o shuar, no lo se; pero eran seres de otro planeta que negociaban con turistas y esto, sin saber, me molestaba endocrinamente en mis espaldas que saltaba con cada perturberancia del camino que atravesabamos. Al llegar a un pueblo donde habian estacionados varios autobuses con turistas, uno de ellos dijo:
"Este el final de la civilizacion. Hasta aqui llegan los turistas. A partir de aqui empieza la jungla...y sabe dios"
No entendi la criptologia ultima y pense que advertian de que desde aquel momento estabamos en sus manos. Dos monos atrevesaban la plaza y algunos turistas le sacaban fotos.
"Estos monos han sido puestos aqui por la Industria del Ecoturismo del Ecuador para promocionar y satisfacer las camaras y curiosidades turistas de los extranjeros"
Dije haciendome el gracioso. Nadie me aprecio. Estos comentarios se hacen siempre desmitificadores de algo en los que las gentes quieren creer. Y automaticamente son anatemizados.
Despues de tomar un refresco, todos a la camioneta. Ahora si que la selva se hacia tupida, bella y paradisiaca.
Serpenteando a traves de una flora inconmensurable, pasando rios y cañadas, comenzo un camino largo y profundo. Clever nos pusimos de pie agarrados a una barra en lo alto de la cabina de los que iban delante. Un aire fresco y salvador nos daba en la cara como si nos quisiera lavar de todos nuestros pecados. De vez en cuando, unas casas, una comunidad, limpia la selva donde se cultivava bananos, yuca, cacao. Clever me contaba como estaban distriuidas las comunidades para impedir a los traficantes de madera y saqueadores cortar y arrasar aquella riqueza florar. Todo el plan era contra la propiedad privada del explotador y en favor de los conservadores de aquel tesoro
sin colmillos.
Chichi empezo a beber una especie de naranjada que le ofrecia Agustin en una botella inclinada que el inteligente lemur sostenia con sus manos y largas uñas.
Pasamos un ancho rio con una maestria increible del anonimo conductor.
Cada vez eran mas grandiosos y alto los arboles.
Entrabamos en una gran mente y una arcana cultura.
Precaucion fisica y metafisica ante lo desconocido.
Sigilo en acuarelas ante lo desconocido.
Predisposicion al misterio ungido.
La selva.
La cuna de la vida, del oxigeno de pulmones y cerebros. Estratagemas, ojos, ojos que miran sin ser vistos.
Peligros que dibujan sus infinitos.
Estomagos que comen y son comidos.
Luciernagas de luz en la noche.
Un jaguar ronda lo desconocido.
Que fragil es el hombre.
Que naufrago en aquel mar verde y rico.
Anacondas escondidas que aguardan sus postigos.
Grandes boas bajando sus metabolismos hasta la proxima presa que puede ser uno mismo.
Que miedo mas divino.
Que criptologico sentido.
Uno, tan pequeño y desprotegido y aquel palacio de criaturas e inteligencia que se apodera de todo en sus caminos.
"Esta comunidades limpian la selva tan solo para darle de comer a sus hijos. Esta carretera, nueva, le ha dado oportunidades a estas gentes para que, al fin, puedan sembrar y cosechar lo que en otros lados no les esta permitido"
Clever habla sin esfuerzo. El viento se lleva sus palabras y hay que recogerlas sobre el traqueteo de la camioneta que surca el viento y el suelo como si nos llevara al cielo.
Unos chiquillos levantan los brazos y nos saludan como si fuesemos fantasmas que pasan sin destino.
'¿Donde vamos?'
Me pregunto a mi mismo.
'Vamos al fin del mundo, donde ya el hombre no tiene ni cornisas ni nidos, tan solo, plantas, arboles, animales, silencios, noches, dias, zumbidos. Vamos al limite, a la tangente de donde salimos. A mudar la piel artificial que un dia digerimos. A entrocarnos con lo ancestral, y, acaso, con lo divino. A buscar lo que otros han buscado y nunca han venido. Vamos a un alfa donde se regula el vientre universal del que un dia salimos'.
Clever y yo seguiamos de pie.
El aire me esculpia en el rostro una nueva brisa que me ahondaba en mi mismo.
'¿Adonde vamos?'
Me engache a la pregunta que me arropaba a mi mismo.
'¿Por que salimos un dia de aqui para construir una civilizacion donde todos estamos perdidos? ¿Por que dejamos este paraiso? ¿Porque cambiamos este habitat por casas, edificios, cacharros, coches, aviones, bombas, crucifijos? ¿Por que? ¿Porque no nos quedamos aqui sin ir a ningun sitio?'
De pronto se termino aquel camino.
Cantaban unos pajaros. Todo eran murmullos, insectos, cantatas de un coro de criaturas policromas que afinaban todas ellas el mismo unisono sonido.
Cargamos todo lo que llevamos y comenzamos a andar por una trocha que taladraba la jungla como un cuchillo.
Asi llegamos a un rio. Lugar frondoso y dormido: una catedral gotica de silencio, de conjuntados ritmos.
Dino y Laurelle cruzaron en piragua.
Los demas, como pudimos.
Yo me puese en bañador y tome un baño divino.
Ni pense en las anacondas, tan ensimismado me confundi en mi primitivismo.
Asi llegamos a la casa principal del campamento cerca de la ribera del rio.
Me senti lejisimo de todo. Como si ya no fuera posible volver atras. Senti que una experiencia tremenda me iba a marcar. Y senti miedo, pero el murmullo del rio aguas abajo me traquilizo.
De izq. a dere.: Dino, yo, Laura -novia de Clever-, Sandra, Laureano y Laurelle
Don Agustin bebia a mano tendida. Me costaba imaginarmelo como un 'chaman'.
Recorde a Narby y Feuerbach mientras observaba a don Agustin en la tarde que se diluia sobre los cantos, sonidos y murmullos de todas las criaturas invisibles que nos hablaban desde la espesura de aquella frondosidad que nos rodeaba. En su soledad y sufrimiento no aprecie sabiduria en sus ojos, ni en sus manos, ni en sus expresione, ni en sus letargos. Su discurso es incoherente, hiperbolicamente fabricado e infantil en la pseudomitica narrativa que usa donde se mezclan las mas peregrinas e inverosimiles descripciones. Claude Lévi-Strauss argumento que los chamanes son mas psicoanalistas que psicopatas...en el caso de don Agustin don Claude la erró completamente. No aprehendí a don Agustin ni como 'psicopata' siquiera, lo sentí, mas que nada, como un eslabón mas de quinientos años de opresion y colonizacion. Tras la 'malla chamanica' de sus incongruentes historia estaba la semantica y semiotica de un lenguaje y signos que tan solo se me antojaban como un chirriante escaparate de una virulenta lucha ancestral por la subsistencia. A fin de cuentas, el llamado 'chamanismo' no sea mas que una respuesta sociohistorica para tratar de responde la falta de recursos del medio ambiente para poder existir. Transitaba de una oracion a otra de sin hilvanar los contenidos.
¿Quien era aquel hombre?
(Ahora, al piano, Wilhelm Kempff, dejo que interprete 'Claro de Luna' de Beeth. Nos ayudara a entender)
No. No era un chaman.
Era un 'yachac', un botanico de mil plantas curativas,
un curandero que sustituye al medico que nunca llega,
un proveedor para su tribu,
un vaticinador del tiempo,
de la siembra,
del corte madera,
de las necesidades de los suyos, y tambien, al mismo tiempo, un producto cascado y atornillado al yugo colonial que genocido toda una cultura, todo unos conocimientos ancestrales que se tuvieron que traspasar desde la catacumba, desde el escondite, via oral y practica para que no se perdieran; producto de una religion cristiana que cambio nombres y almas y torturo y desfiguro surcos, cuencas y lagrimas. Don Angustin, le vi aquella noche, llevaba clavada toda esta tauromaquia y sin saber excatamente donde estaban las coordenadas; atrapado en su mundo sin concebir otras atalayas. Y aqui no era chaman, era un pluma herida que se mantiene en su aire para escalar sonatas...como esta sonata que oigo ahora en 'claro de luna' que las ideas me aclara...Asi se especializo en Naturaleza y plantas: su universidad.
¿Pero hasta que punto aquello que decia Freud sobre el subconsciente de que "el Yo ya no es dueño de su propia casa" no reencarnaba y representaba en don Agustin que aquel esquema y ecuación esoterica a la que el se agarraba como unico Cosmos posible en medio de toda la cosmologia humana no era mas que una tabla de naufrago a la que él se arragaba para no sucumbir en toda la maraña de desconocimientos, que, como antitesis, a él y a todo su universo lo negaba?
"Yo no he leido ningun libro. Mis maestros han salido de la Naturaleza. Pero me comunico con los espiritus del Mundo, de la Tierra, con seres Extra-Terrestres. Vienen a visitarme gentes de muchas partes y yo les enseño todo el conocimiento que herede de mi abuela"
En sus ojos no habia gnosis, pero hay un pueblo que ya no se arrodilla, que quiere, que bucea, que sabe que su unica puerta de salida es el ecoturismo como salida abierta, como unico trabajo, como unica empresa, que son muchos hijos, muchas bocas, muchos nietos, muchos cuñados y nueras, y el unico ingreso es la ayahuasca, los americanos, los foraneos, las historias que les cuenta, de boas miticas, de anacondas con las que el y otros 'chamanes' hacen pactos en la noche para que no perturben el negocio que los lleva.
Es esa misma pulsión la que, cuando Laurelle estaba bajo la ayahuasca y tenia en su mano una servilleta de papel para limpiarse sus vomitos, le hacía decir a don Agustin:
"Eso que tiene en tu mano es una flor".
Y Laurelle le contestaba:
"No, no es una flor: es una servilleta de papel"
Y el, en la oscuridad, se callaba en un silencio que no admitia, que se resistia.
Y después, moviendo la luz de una linterna de arriba a bajo, le susurruba:
"Este es tu camino, síguelo..."
Y otra vez ella lo volvia a la realidad.
"No, no es mi 'camino', es su linterna".
Y él callaba.
Tal vez por no estar acostumbrado a que nadie lo cuestionara en el único mundo que el conocia como panacea sagrada.
Y contaba:
"Un dia me llaman corriendo...¡La boa, la boa!, me gritan...Dos niños han caido al río hipnotizados por la boa que esta despierta...Salgo coriendo con el machete, me tiro de cabeza al agua, ya los dos niños estaban a punto de ser tragados, le doy un machetazo a la boa y los solvas. Todos los turistas lo vieron. Entonces le digo a la boa: 'O te vas de aqui por las buenas o por las malas'. Y no me hizo caso. Y al dia siguiente invoque al cielo, y me obedecio y mando una enorme tormenta e hizo bajar un rayo que destrozó a la boa.... 'O por las buenas o por las malas'. No tuve mas remedio que recurrir al rayo. Todos los turistas lo vieron".
Una de sus fantasticas historias.
Y hace gestos, y sopla e inspira para coger halos y subterraneas fuerzas. Pero sus ojos indican un vacio de quinientos años de soledad que acarrea tal vez sin darse cuenta.
Y su cara se queda inmutable de manera que la historia parece que no la ha contado el, que ha sido tan solo producto de un invisible ventriculo que lo posee y lo devora.
Quizas sean las centenas de ayahuasca que ha tomado,
y el licor que ha tomado,
y los barcos donde ha naufragado,
y el colonialismo que lo ha estrujado,
y la religion que lo ha desmoldeado,
y la lucha sin cuartel que todas las poblaciones amazonicas,
ante el empuje de la bestia blanca,
han tenido que alzar para alcanzar una pirrica victoria.
"Yo no supe la diferencia entre un hombre y una mujer hasta los veintidos años. Ingrese en el seminario para ser cura, pero no pude continuar porque un dia descubrir a un sacerdote besandose en la boca con una monja, los delate y me echaron".
Tal vez por eso, cuando Laurelle estaba bajo el ayahuasca, con su pobre anatomia discernitoria entre macho y hembra, le cogia las tetas y la besaba en los labios y en las manos...todo, naturalmente, para "echar a los malos espiritus y limpiar las malas intenciones".
Despues explico que hay varias clases de ayahuasca, segun el diametro de la liana.
"Hay cinco clases de ayahuasca. La primera, de gran diametro, da locura, la segunda...ay, la segunda...esta es peligrosa porque las mujeres se pueden desnudar y el chaman se aprovecha de ella; yo eso nunca lo hago...."
¿Donde miran sus ojos?
Ya no se fija en su interlocutor.
Su campo gravitacional interno lo ha absorvido.
Es como si la serpiente de su libido, desde su subconsciente, se lo ha tragado y digerido. Como si la iglesia catolica, al revertirle sus lujuria en castigos, le hubiera engrasado sus instintos en forma subliminal para cicatrizar internas heridas e instintos. Una boa-canguro le salta en sus pupilas que navegan en un paraleogramo de fuerzaas sin resultante.
"...La tercera, de unos dos inches de diametro, es la maravillosa, esta es la que vamos a tomar nosotros. La cuarta y la quita son suaves, para los que aun no estan preparados para entrar en el conocimiento de lo divino".
Don Agustin se ha quedado un tanto cansado. Ha bebido. Hemos bebido cruzando riberas y pantanos. Hay en sus musculos faciales una expresión cansada, ajada, del que no ha quedado identificado con lo que ha contado. Despues nos comanda el plan del dia para mañana.
Cerca estan los cuartos y nos dirigimos a ellos para pasar la noche. Se llega a ellos por un camino bajo palio de hojas de palmera como si se entrara a un Eden de leyenda.
La selva, alrededor, se enredaba en el alma como una culebra. Era ya casi de noche. Un ocaso policromo abria todas las compuertas. Un magico momentum acallaba todas las impaciencias.
A los dormitorios se subia por una escalera. No me olvidare. Llevaba dentro todas las esperas, esos horizontes que abre la guadaña de la imaginacion cuando construimos nuestras acequias para regar lo que esperamos sentir antes de que la realidad las tuerza.
Afuera habia unas plantas exoticas que nos miraban con extrañeza, como si nos quisieran decir algo que cruzaba todas las rayas. Parecian plantas de un planeta distinto.
Nos dormimos con un millon de insectos en cantanta invisible.
A la excursion fuimos Agustin junior de guia, Laureano, Laurelle y yo. Lecciones de botanica y boas de doce metros con las que don Agustin y demas chamanes hicieron un pacto para que no estroperan el negocio de los turistas triturando a uno de ellos; las boas oyeron porque nunca mas fueron vistas por los turistas. La catedral de las selva nos embrujo: ojos que miran y no son vistos, oidos que oyen y no son escuchados, cada planta, arbol, hoja, liana, flor, hormiga, jaguar lejano, serpiente escondida, simo al acecho, mariposa encendida, pajaro en colores, mamiferos astutos, ¿donde estaban?; nada; solo flora, y todo estaba alli, presente, omnipresente, como una Gran Mente que constantemente nos acechaba, y nosostros sin ver, tan solo siendo vistos, y sobrellevando, cutelosamente, una de las expriencias mas profundas de la Tierra: la selva. Nos bañamos en la poza formada por una catarata de agua; agua de jungla...cuidado con lo que hay bajo sus aguas turbulentas. A la vuelta, parte del camino lo hicimos en piragua rio abajo; poco caudal, a veces la canoa de tronco de arbol tocaba la grava del fondo y habia que empujarla; en canoa, aguas abajo, en la selva, parece que se tocan las estrellas
Siguio con sus rituales y su silbidos como si nada hubiera oido.
Lo que me afectaba poderosamente era que habia perdido 'la falta de espacio', es decir, el ojo veia, el nervio optico captaba la imagen, esta era transmitida al cerebro, pero este no la procesaba correctamente porque, al extender el brazo para alcanzarla, este se equivocaba por metros...: la masa encefalica no sabia calcular la distancia que existia entre mi cuerpo y el objeto. En la terraza donde vomitaba, al tratar de agarrarme a la baranda nunca la encontraba en su sitio, me tenian que coger la mano, llevarmela hacia ella y hacer que la cogiera, yo no podia. Era un colapso interno total de resquebrajamiento motor que me condenaba a estar tirado en el suelo sin poderme mover.
Y asi, tumbado en el piso, creyendome que 'me habian llevado a una casa', apretando el ano para no cagarme encima, aguante y aguante, atrapado en el desplome de un 'corpus', de una fisiologia material, prosaica y empirica, antiespiritual y antifilosofica, revoiltijo de carnes, sangre y organos internos...a distancia de años-luz de aquella mistica de visiones sagradas y luces del mas alla...que tanto me habia leido y me habian vendido. Pero, eso si: todo era real, pesada y especificamente real, y material, y de este mundo, palpable y corporeo:
"Solo somos cuerpo: cerebros, sangre, saliva, orina, esperma, tuetanos, huesos, higado, riñones, visceras, tejidos, instestinos, tripas, pulmones, respiracion...animal disfrazado, mono-vestido..."
Iba mencionando para mis adentros todas estas palabras como un mantra salva-vida que me podia llevar 'a la otra orilla'. Y me centre en mi respiracion. Porque, al final, solo nos queda, como unica tierra firme, el respirar, el inhalar, el exhalar, todo lo demas es trivial. El hombre es el unico animal que para comunicarse, para expesarse, le tiene que robar aire a la respiracion para hacerlo chocar contra las cuerdad vocales. Que cosa mas anti-natural: sacar aire de la respiracion para hablar.
Tome un ritmo respiratorio como si fuese nadando.
Quizas en el oceano de la vida, para flotar y avanzar, hay que nadar, a braza, a espalda, libre, sin parar. Sin parar respiraba,
giroscopio que mantenia la estabilidad. Tenia frio. Me cubrieron con no sé qué, pero me cayó bien.
Había en la noche de aquella 'casa' un murmullo de amapolas negras donde la frontera entre la vida y la muerte no se veia clara. Siempre, sin quererlo saber, estamos en esta atalaya.
Pensé en un momento de calma. Tenia intacto mi cortex cerebral. Note, fugazmente, el trayecto existencial de mi fragata,
"Desde Andalucia a la ayahuasca".
Me dije con un brazo en la cabeza apoyada en una especie de almohada.
Gran viaje.
Gran cabalgata.
El dios Crono de lo demas se encarga.
Al cabo de horas pude subir las escaleras e irme a la cama.
El cuerpo habia resistido en su peana.
Habria que pensar mucho en aquella excursion donde se pone a prueba lo que creiamos pasaria con otras mareas mas 'paranormales' y alucinatorios espiritus y luces de sombras lejanas.
Materialismo contra idealismo, la eterna batalla.