--Pues si como decía Oscar Kiss Maerth en su libro 'El Principio fue el Fín', LA INTELIGENCIA ES COMESTIBLE, desde mañana mismo los doctores tenían que comenzar a recomendarle a la Humanidad que todos comieramos pulpos para detener la galopante pangénesis de global idiotez que asola a nuestra especie (y que Tan Bien Montada, TBM, la tienen los ricos)
--El problema, obviamente, sería que extinguiríamos a los pulpos en poco tiempo. Ahora bien, lo que podría crear un peligrosísimo problema mucho mayor es que, a falta de octópodos, empezaramos a comernos los unos a los otros para aprovecharnos de la inteligencia que hubiesen dejado en nosotros el cerebro de esas inteligentes criaturas, que es lo que nos parece ya está ocurriendo hoy en día a todos los niveles , y entonces, naturalmente, lo mismo que vamos camino de extinguir a los pulpos, nos extinguiríamos a nosotros mismos en un endo-canibalismo que terminaría en poco tiempo con la Humanidad, lo que también ya está ocurriendo hoy en día.
--Y si fuese asi, la hipótesis de Oscar Kiss de que el homo sapiens nació por canibalismo y terminará por canibalismo (la superficie deforestada, canibalizada, del Amazonas ya es igual a la de España e Italia juntas) quedaría totalmente probada.
--Y todo gracias a la innaudita inteligencia de los pulpos que nos ha servido para deducir e inducir que si seguimos por este camino nos quedaremos sin los pulpos y sin los humanos.
--Lo sentimos por los primeros. Porque por los segundos, los humanoides, pensamos lo mismo que el bigotudo de Nietzsche: "El hombre es una enfermedad sobre la superficie de la Tierra" -*- (Y los pulpos, como Nietzsche, lo saben)
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-*- Es que Nietzsche era un reaccionario sin fé en el hombre.