Baudeelaire y Feuerbach son dos personajes muy curiosos y complementarios porque ambos, en cierta forma, respiran el mismo aire por lo que se tenían que llamar Baudeelaire y Feurbachaire porque ventilan higíenicamente los cuartos dónde tenemos que existir lejos ya del soniquete orwelliano del nowadays everyone is happy.
Este post se escribió hace un tiempo y vamos progresando hasta el punto de que en la actualidad nos sentimos peor que nunca (quizás sea el paso del tiempo y sus zancadas entrópicas) La cuestión es que despues de ocho años desde que lo escribimos nunca habíamos estado más lejos de la felicidad que ahora. Y es una satisfación muy grande el sentirnos lejos de estar caídos en ese escalon tan bajo que menciona el poeta francés y asi podemos deleitarnos, emancipados ya de la alienante e inmoral felicidad, con lo que Feuerbach decía de que "Sin sufrimiento,
no hay tampoco ni calidad,
ni energía, ni espíritu..."Es por eso que reactualizamos este post para sentir y comprobar que lo hemos conseguido, que aquella preocupación que un día nos asaltó por sentirnos felices ha desaparecido totalmente porque hoy, nuestro sufrimiento, nuestro sublime y alado sufrimiento, nos hace ver y sentir la realidad tal como es y no como nos la pintan los bastardos de arriba para mantener florecientes sus negocios, sus intereses y sus tropelías. Asi que tenemos que comunicar, con gran alegría, que después de ocho años, cuándo dimos a la luz este post preocupados por nuestra felicidad, que hoy ya llevamos con nosotros la gran terapia higíenica de ese aire baudeelairiano y feuerbachiano que siempre nos campañará y que nunca más vamos a estar preocupados por haber caído muy bajo en la vida como para creer que somos felices...
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A Laurelle,
pare decirle que ya me encuentro bien.
Que sólo ha sido una cosa pasajera
que a todos nos pasa de vez en cuándo.
"Un hombre tiene que haber caído muy bajo en la vida para creer que es feliz" Baudelaire
Hace unos días que ando preocupado:
me encuentro feliz.
Algo me tiene que pasar para, sin darme cuenta, haber caído en ese escalón tan bajo en la vida.
Intento analizarme y no encuentro
la lógica de ello por ningún sitio.
Insisto, busco y rebusco, y no hallo
el raison d'être por ningún lugar.
¿Qué extraño?
Me pregunto
¿Qué le habrá sucedido a mi existencia?
Porque existencia viene del latín ex–sistere,
que significa "lo que está ahí",
ese 'ser-ahí',
el 'Dasein' heideggeriano,
el hombre cogido en las pinzas
de su inexorable destino humano.
¿Con qué pinzas habré cogido
mi destino humano que me ha llevado
a ese baudelaireno estado tan bajo?
Y busco consuelo en los sabios.
Pero al primero que llego me desconsuela aún más
porque según Hegel
en los planes de Dios
no entra la felicidad humana.
¿Entónces?
¿Es que yo estos días estoy desafiando
y desobedeciendo esos planes divinos?
Y comienzo a sentir una cierta intranquilidad
Una inquietud que poco a poco
empieza a mermar mi felicidad.
Y asi, buscando refugio,
llego a Ludwig Feuerbach:
"Sin sufrimiento,
no hay tampoco ni calidad,
ni energía, ni espíritu,
ni llama, ni amor.
Sólo el ser menesteroso
es el ser necesario.
Una existencia sin necesidad
es una existencia superflua
Un ser sin sufrimiento
es un ser sin fundamento
Sólo merece existir el que puede sufrir
Sólo el ser doloroso es un ser divino"
"Un ser sin sufrimiento
es un ser sin fundamento
Sólo merece existir el que puede sufrir"
Me repito y repito ya asomado al balcón
del incipiente malestar y la desazón.
Y, con vértigo,
comienzo a elevarme
de ese escalón tan bajo en la vida
en el que había caído...
Uf...menos mal...
Ya estoy mejor y recobrando
ese fundamento,
ese merecer vivir,
que, sin darme cuenta,
había perdido éstos días...
Uf...que susto...
Pero ya me encuentro bien.
Ya deje de ser feliz
y he pasado al normal pathos
de la existencia humana.
No le deseo a nadie ésta experiencia.
Asi que procurar no caer nunca
en ese estado tan bajo en la vida
al cual, por mucho que lo intentemos,
no le vamos a poder hallar
--si somos honestos con nosotros mismos--
ni un raison ni un être
que lo puedan justificar.
Os lo aseguro
Porque "Nada --en ésta vida--
es sin alguna razón",
"Nihil est sine ratione",
y cuándo, como pasa con la felicidad,
no se la encontramos,
tenemos que salir rápidamente de ella
antes de que caígamos
en esa existencia superflua,
que nos anuncia Feuerbach,
dónde no hay ni calidad,
ni energía, ni espíritu,
ni llama, ni amor.
Y éstos difíciles tiempos no están
para perder éstos tesoros tan importantes.