Para mi, Tip y Coll, Coll y Tip, 
son una necesidad.
Un espejismo consolador en éste desierto 
que tenemos que atravesar,
un escaparse de éste humano desquicio,
de ésta cloroformizada superficialidad,
cuarto dónde entran ellos 
con su ágil ganzua,
y, sin pedir permiso a la autoridad,
con su circular libertad,
con su regeneración higiénica
infusora de originalidad,
nos abren el sistema nervioso parasimpatico
tirando por la borda todas las contracciones 
y rigideces y puñeteces 
con las que éstos hijos  de la chingada
nos hacen desfilar y comulgar. 
 
Una necesidad ontológica, 
vital, end-ocrina,
con mucha guasa 'ocrina' en el 'end' final
 
Una necesidad metafísica,
lo mismo que decía Ortega y Gasset 
en sus clases de que la metafísica 
es sólo para el que la necesita:
pués yo los necesito a ellos:
 
Porque son el 'vertedero de la presa'
cuándo las aguas han alcanzado
el máximo nivel permitido
por nuestro muro de  contención.
 
Porque son de un tiempo 
que se nos ha ido,
que nos lo han robado 
para 'progresar',
y en su lugar nos han puesto máquinas,
cacharros,
pantallas,
electrónicas,
máscaras,
churros churrigurescos 
de botones y virtualidad
dónde todo está negociado e industrializado
bajo risas estúpidas y mecánicas 
que dan ganas de llorar:
monas vestidas de seda 
que se cagan en la seda 
y no las podemos lavar,
el gran timo con el que los maniquíes 
y las luces del escaparate 
nos mantienen encadilados
y no lo podemos detectar
 
Por eso recurro a ellos
y son mi necesidad,
porque protagonizan 
el magnífico 'vertedero'
por el que podemos desahogar,
por el que vaciamos
las aguas que llegaron
al tope de nuestro límite secular
 
Y éste es uno de los que me gusta más:
esa "Lechon de Franchuá"
de 'Cómo sentarse en una Silla'
...dónde al  final acaban sentando 
a la entera Humanidad,
porque es éste bipedismo de jorobados
lo que nos daña nuestra espina dorsal,
la verticalidad de nuestro esqueleto
que ya no puede aguantar más
porque nunca hemos aprendido 
a sentarnos en una silla de verdad,
y, si de paso, aprendemos "Franchuá",
el golpe es maestro,
magistral,
genial.
Aquí está:              
                             
Y el postre: