"Al enterarse el amo de la mina cilena de que los mineros atrapados en ella aún tienen que permanecer tres meses bajo tierra, a 700 metros de profundidad, antes de ser rescatados, se ha negado a considerar ese tiempo como días de trabajo porque dice que todo lo que hacen alli es estar sentados sin hacer nada...por lo que se ha negado a pagarles el sueldo del tiempo que esten enterrados"
"Parece ser que han convencido al amo de la mina para que les continúe pagando a los mineros sepultados sus sueldos hasta que sean subidos a la superficie y sean rescatados, pero con una condición, ha manifestado: 'que a partir de ahora, toda la comida, el agua, el oxígeno y las medicinas que se le bajen por el tubo, sus importes de los sueldos les serán descontados; y por el mismo tubo se les ha bajado éste contrato para que lo firmen y esten de acuerdo con lo que el amo ha estipulado"
Anfibologia.
Tropos.
No es real 'in situ', claro, es obvio,
pero muy real como transferencial caricatura simbólica
de cómo funciona el capitalismo en su implacabilidad operativa.
Y sacándole jugo a ello, podemos decir:
Cuantos trabajadores hay enterrados,
no ya a 700 metros de profundidad,
sino a miles de metros de la profundidad
de sus hambres, miserias,
degradación y soledad,
a los que sus amos no les quieren pagar,
y, si les pagan la limosna que le dán,
es para descontárselo de la comida y el agua
que, por el "tubo" de la sobrevivencia
que han "perforado" para mantenerlos vivos,
les envían a su 'enterramiento'
para que pueden volver a trabajar...
Así que, aprovechemos ésta noticia
increíble de la sobrevivencia
de los mineros chilenos,
para, como tremenda metáfora,
ironizar y DENUNCIAR
un régimen nefasto,
"UN SISTEMA ECONÓMICO CRUEL
AL QUE PRONTO HABRÁ
QUE CORTARLE EL CUELLO",
como denunció Federico Lorca;
un sistema, caduco ya,
basado, inmisericordemente,
en la explotación y degradación
de la entera humanidad.
Si, '¡los mineros chilenos están vivos'!,
¡que bien!...
...pero a ver si ahora,
con lo acontecido,
(¡en una mina que ya no reunía
las necesarias condiciones
para funcionar con seguridad!),
se les suben los sueldos a los mineros,
se los protege,
se les proporcionan seguridad social,
y se invierte el dinero oportuno en apuntalar
sus minas, sus lugares de trabajo,
para que ésto no se repita jamás.
...Pero todo se quedará,
como siempre,
en el folklore de tabloide
dónde las emociones infantiles humanas
se canalizaran hacia las adecuadas acequias
dónde sus aguas nada regaran...
PD:
Yo estuve trabajando -1959- en una mina de carbón,
en Lillo del Bierzo, León, cuyo dueño, Rafael Alba, vivía en un palacete en el Paseo de la Castellana, Madrid.
En las feudales condiciones de inseguridad de la mima, un quinto de los mineros sufrían de amputaciones, y, de vez en cuando, una explosión de grisú -usabamos candiles de carburo- dejaba enterreados a más de uno.
Sé muy bien de qué estoy hablando.
