Todo llega.
Calor de masas,
metereología de playas y carreteras,
vacacionistas de sueldos pagados,
viajeros y turistas, que, desperdigados,
buscan familiares o lugares típicos
donde ya nadie habita...
Hay una sensacion de cabras sueltas
que al monte tiran, (cada una de ellas
con el DNI en la oreja para no salir
del rebaño y de la manada que las guía)
Entónces lo que hacemos, al ocaso, a las ocho de la noche, hora religiosa dónde los dioses nos miran, es irnos a la playa de LA REPUBLICA (ya con el nombre cambiado por la actualidad democrática que nos domina) de Vilanova i la Geltrú (matrimonio del pasado que ya mantiene separación de bienes) y nadamos entre las boyas naranjas que delimitan la circulación marítima. Agua lo suficientemente limpia para poder ver el anclaje de la boyas y hacia dónde la corriente tira no vaya a ser que nos coja la noche y no encontremos el rumbo hacia la playa de nuestra partida.
Nadar
Del verbo nadar,
yo nado,
tú nadas,
el nada...
al fín siempre la nada.
("El Ser y la Nada"
del Jean Paul el Sastre
del nadar existencial)
Vencer la Fuerza de Gravedad
No pesar
(Ni nuestro cuerpo
ni los lastres cúbicos
que acarreamos en él)
Volar sin alas
Mamífero marino.
Naufragio a solas.
Libertad...
Nadar...y nadando y nadando
llegar a la orilla
de la nada...
algo divino y demiúrgico,
la antítesis de la metereología
de carreteras y playas,
vacacionistas de sueldos pagados,
viajeros y turistas que pasan...
Pero ya nos hemos ido de nuestro tema.
Debe ser la calor...
Siempre nos pasa lo mismo: comenzamos con un Hilo de Ariadna para ambientar la situación y terminamos en el laberínto menos pensado...
Fermín Mascagranzas es lo que queríamos tratar,
esa revolución del absurdo
que denuncia esta delirante realidad
del humanoide que se hace surrealista
para poderla aguantar:
Theatrum Mundi del que no podemos escapar
Y es que lo que pasó, antes de poneros el vídeo, que cuándo ayer vine del mar, ocaso ya de noche y oscuridad, Naufrago a solas después de tanto tiempo de nadar, pongo a Fermín Mascagranzas y fue, por fin, que entendimos su Kōan (*)
(*) En la tradición del Budismo Zen el Kōan representa una breve historia, diálogo o pregunta que el maestro puede plantear al alumno para comprobar sus progresos en la práctica espiritual. El kōan suele parecer paradójico o resultar desconcertante o ilógico. El esfuerzo que conlleva resolverlo tiene como finalidad agotar la capacidad de razonamiento lógico-analítico y abrir paso a una respuesta apropiada surgida de la intuición
A todos
los Mascagranzas,
a toda la fantasmagoría
y alucinantes químeras
del enajenante sistema
regente actúal...
hecha con la quintaesencia
de esta gracia descomunal.
Post Data
Este P.D. viene porque hemos vuelto a ver el vídeo y esta vez, ya sabido de qué va la cosa, nos hemos quedado con la risa de las gentes que asistían al sketch.
Risas humanas de los absurdos que estan en todos nosotros y de los cúales no nos podemos safar.
Es como si las risas de los anónimos espectadores que en el theatrum mundi, dónde observamos a los otros participar, se crearan por la ridícula gracia-duende de lo que, desde afuera, sólo riendonos podemos apreciar.
¿Pero de qué nos reímos en realidad? ¿De nosotros mismos o de los otros a los que queremos suplantar al ponernos en sus lugares dónde quisieramos estar?.
Un lío a gestar, un drama...
Extraña criatura humana condenada siempre a representar lo que no encaja con su indomesticada personalidad.
Es como si se rompiera el espejo dónde siempre nos estamos mirando y, de pronto, cuándo el anamorfismo de las imágenes que quedan bajo el hilarismo del absurdo y la ridiculez de las conductas humanas que el sketch quiere dibujar...nos sacasemos todos los biombos y escudos que, para vivir, nos tienen que mantener en la necesaria seriedad vivencial.
¿Qué clase de criaturas somos en realidad?
Tendremos que llamar a nuestros Vecinos del Cosmos para que nos lo puedan aclarar.
Porque vernos desde afuera, sin poder de nosotros mismos escapar, no es nada fácil de solventar
Y ese es el drama,
como dice Fermín Mascagranzas.
