La "libido dominandi", como fuerza motriz mercantilizada y estereotipada del "progreso", se ha extendido de tal manera por todos los rincones del Carnaval del Mono Sexómano en laTierra que ya no podemos distinguir si la Miss elegida es de la Patagonia, de Suecia, del Congo, de Venezuela, de Malasia o de la isla Trinidad...
porque todas son iguales,
gemelas idénticas sacadas del común armario
de una economia sexual globalizada
que forma parte --bien montada--
de un Homo consumens internacionalizado
que absorve y compra
los mismos productos calcados,
incluído Misses, teléfonos, publicidad y demás.
Todos, ahora,
respondemos a los mismos
y fijos patrones polígamos de excitación sexual,
con lo cual, las Multinacionales
que se ocupan del asunto,
no tienen el porque matizar ni diferenciar:
han montado una producción en serie
que vende las mismas Misses,
con sus reglamentarias
medidas anatómicas y subatómicas,
en cualquier lugar.
Vivimos el Global Imperialismo de la Libido, GIL:
las mansturbaciones, las físicas,
las mentales y las espirituales,
las políticas y las intelectuales,
se llevan a cabo con el mismo modelo fundido
de Misses que se coronan en cualquier sitio
y bajo cualquier adversidad.
En éste terreno habría que hacer
un psicoanálisis de ésta "libido dominandi"
que el Imperialismo ha establecido
como patrón universal
y sobre la cual ya no podemos distinguir
si la Miss elegida es de Portugal,
de Indonesia, Rusia o Vietnam,
porque todas tienen los mismos
catálogos y sonrisas y atraen por igual.
De ésta manera, el Mono Sexómano
--autotitulado Homo sapiens
cuándo se mira en el espejo--,
ha sabido unificar los canones onanistas
de la entera Humanidad.
...Que pena que no haya sabido,
con la misma eficacia,
unificar y nivelar las diferencias económicas
con la misma precisión e igualdad
de esas medidas ideales de caderas y gluteos
con las que ya no podemos distinguir
si la Miss de marras
es de Croacia o de Africa Central.