Imagínate...
Se abre el día.
Llega la luz.
Abrimos los ojos en la cama.
Vemos el cuarto.
Nos llega la conciencia.
Nos encontramos,
de nuevo,
como seres humanos.
(Pudíeramos haber despertado
como marsupial,
elefante, caracol o pájaro)
En un mundo dado.
(Pudíeramos haber despertado
en el Neolítico, la Edad Media,
o en el Imperio Romano)
En un cuadrante determinado.
(Pudíeramos haber despertado
en Calcúta, Honolúlu,
Sevilla o en Rosario)
En una cronología impuesta,
de niño, de joven, de adulto, o de ancianos.
El "ser ahí" heideggeriano.
Y comenzamos el día,
sin saberlo, ya programados.
Ajustados a sobrevivir con lo que nos han dado.
Y hacemos lo que está destinado
a hacerse en éste cuadro
que nosotros no hemos pintado.
Nos miramos en el espejo
y ya, Universalmente,
nos localizamos,
sin saber que, lo que vemos,
de diferente forma
ha podido y puede pasar
en otro planeta,
en otro lado,
dónde luces distintas
tejen otros bordados.
Y ya, frente a ese "ser en el mundo"
que el espejo nos ha dado,
empezamos a caminar,
a abrir nuestros catálogos:
collage de la história
que nos ha ido formando,
maquillajes y caretas
que la evolución ha ido trenzando.
-"Buenos días"-
(Siempre temiendo que pueda ser "malo")
http://sisifocansado.blogspot.com/2011/06/se-abre-el-dia-llega-la-luzbuenos-dias.html
