Friday, June 10, 2011
A MI ME PARECIO QUE EL MUNDO ERA UN ZUMBIDO...EL ZUMBIDO DE LA DESORIENTACION: HACIA UNA GENUINA METAFISICA
En el 'post' anterior nos preguntabamos algo fundamental para conocer al hombre --sobre todo al hombre actual--, para conocernos. ¿Por qué se deprime el hombre?, interrogabamos.
Y, para decodificar la respuesta, se citaba a Cristo en sus famosas palabras evangélicas de que todos los seres tienen dónde "apoyar sus cabezas", con la excepción del hijo del ombre. Y, por último, recurrimos a la metáfora poética del Zumbido de León Felipe.
Pero ahora tenemos que poner el asunto...digamos...en perspectiva ontologica, o, mas atinadamente dicho, en genuino parametro metafisico, existencial, que es donde la cuestion entra de pleno. Y que mejor camino para ello que tomar a un brillante existencialista,
ducho en los conundrums vivenciales del ser humano: Ortega y Gasset, que, con su "circunstancialismo" del hombre como "metáfora existente", nos sabrá cortar, como buen sastre, el traje que necesita aqui la criatura de nuestro tema, y sabrá ubicar, en sus correctas coordenadas, ese ser evangelico que no sabe dónde apoyar su cabeza y ese 'Zumbido' leonfelipiano dónde "todo ocurre en las asombras".
Asi iluminemos un poco esas sombras y nos daremos cuenta que el llamado "hombre deprimido" lo unico que trata de hacer, aunque nos parezca innaudito, es Metafisica en un cosmos donde la tremenda alienacion del "homo economicus" ha desmetafisicado totalmente todo el original sentido existencial del ser humano y ha hecho obligatorio el aceptar la impuesta desorientacion masiva --que no puede cuestionar las convencionales convicciones-- como unica "orientacion" reglamentariamente aceptada.
Es decir, el "hombre deprimido", consciente o subconscientemente, lo que intentar hacer es cuestionarse a si-mismo y a la validez de su entorno, orientarse en un mundo donde los cuatro puntos cardinales han sido secuestrados y sacados de la brujula para mantener la estabilidad del regimen.
Ni que decir tiene que, dada la colosal rigidez de la desorientacion del 'status quo' establecido, le pasa lo mismo que al siervo de la Edad Media que tratase de cuestionar la validez del Dios existente. El costo de ello es el detrimento psicologico. Pero escuchemos a Ortega lo que nos tiene que decir al especto:
"Decimos que hemos encontrado la verdad cuándo hemos hallado un cierto pensamiento que satisface una necesidad intelectual previamente sentida por nosotros; verdad es, por lo pronto, aquello que aquieta una inquietud de nuestra inteligencia. Sin esta inquietud no cabe éste aquietamiento.
Generalizando, tendremos que una verdad no existe propiamente sino para quíen la busca afanosamente, en fín, que la Metafísica no es Metafísica sino para quien la necesita.
Se necesita, precisamente, lo que no se tiene, lo que falta, lo que no hay, y la necesidad, el menester, son mas estrictamente tales cuanto menos se tenga; cuanto menos haya lo que se necesita.
El menesteroso de una ciencia, el que siente profunda necesidad de la verdad, se acercará cauteloso al saber ya hecho, lleno de suspicacia, sometiendolo a critica, precisamente porque necesita un saber con radical angustia, pensara que no lo hay y procurara deshacer el que se presenta como ya hecho.
Al colocar al hombre en la situacion de estudiante, se le obliga a hacer algo falso, a fingir que siente una necesidad que no siente.
La cultura o saber no tiene mas realidad que responder y satisfacer, en una u otra medida, las necesidades efectivamente sentidas; y el modo de transmitir la cultura es el estudiar, pero como ésto no es, precisamente, el sentir esas necesidades, tendremos que la cultura o saber se va quedando en el aire, sin raices de sinceridad en el hombre medio a quien se obliga a tragarse esa citada cultura tal como se le presenta. Esa cultura sin raigambre en el hombre, que no brota en él mismo, de su propio y espontaneo deseo y necesidad de aprender, de indagar en las cosas como una necesidad suya propia, carece de autoctonia, de autenticidad. Y asi, por debajo de la cultura recibida, pero no genuinamente asimilada, quedara intacto el hombre, sin pulirse, sin transcenderse, sin conocerse, es decir: quedara inculto el hombre.
Se explica asi, en parte, que el gigantesco progreso de la cultura haya producjdo un tipo de hombre como el actual.
El hombre hace Metafísica cuando busca una orientacion radical a su situacion. La vida del hombre se compone de situaciones. Siempre que se vive se vive en una determinada situacion. Y cualesquiera sean los ingredientes variables que forman la situacion en que yo me encuentre, es evidente que
esa situacion sera siempre "un vivir yo".
Por lo tanto, la situacion del hombre en la vida es vivir. La situacion del hombre ( esto es, su vida) consiste en una radical desorientacion.
Ahora, sustituyendo saber por orientacion, tendriamos que Metafisica seria el saber radical, pero como esta definicion llevaria implicito el conocimiento conceptual del saber ( que ha sido el uso constante de la filosofia), y yo no doy por supuesto y entendido lo que es el saber y lo que es el ser, dejaremos, como digo, sustituido el saber por orientacion"
Antes de partir hacia la idea del conocimiento, antes de iniciar la aventura del saber de las cosas, Ortega quiere discernir en que consiste ese saber, ese conociniento.
"Durante siglo y medio se considero como parte inicial y fundamental de la Filosofia la critica teoria del conocieminto, como durante mas de mil años se considero que la parte fundamental de la filosofia era la ontologia o teoria del ser. Hasta ahora la F. estudiaba el ser, el ser de las coasas, y se preguntaba: ¿que son las cosas?, pero no se reguntaba ¿que es el ser?. Esto lo daba por supuesto, Y parejamente, cuando la teoria del conocimiento se preguntaba: ¿que es el saber o conocimiento?, lo que buscaba era si era posible, como era posible, Pero jamas se le ocurrio entender la pregunta en su sentido mas obvio, radical y primario : ¿que es eso cuya posibilidad, funcionamiento, limites y normas estudiamos?. O dicho de otro modo: ¿como es que existe en el Universo ese algo que llamamos saber?, antes de averiguar si es posible o no .
Si saber y ser son los dos problemas fundamentales, definir la Metafisica (M) como saber radical es darla por supuesta, peor aun, es dejarse lo principal de ella en la puerta y comenzar cuando ya todo se ha dado por supuesto. La F . progresa cuando se hace cuestion de lo que hasta la fecha no habia sido cuestionado.
Por ello, la definicion de M. implica algo grave.
No dice que el hombre hace M. cuando su situacion es de desorientacion y solo entonces, admitiendo que puede hallarse en otras situaciones de hombre orientado, sino que taxativamente afirma que la situacion del hombre es siempre de desorientacion.
Tanto da, para el caso, decir sentirse perdido como decir desorientado. Y --el hombre-- se siente perdido, no a ratos, sino siempre.
Sentirse perdido implica, por lo pronto, sentir-se: esto es, encontrarse asi-mismo; hallarse, pero, a la par, ese si-mismo que encuentra el hombre al sentir-se consiste precisamente en un puro estar perdido.
Pues bien, si cada uno de ustedes retrae la atencion sobre si mismo no encuentra a éste en situacion de perdimiento y desorientacion sino al contrario"
Detalla ahora 0. todas las convicciones, creencias y principios y "verdades" que barajamos en nuestra vida diaria para no-sentirnos 'desorientados'.
Y prosigue:
"Decir que nos consta algo y decir que poseemos una conviccion con respecto a algo son terminos identicos. Yo acabo de eludir al repertorio de las convicciones que ustedes poseen, las cuales le hacen sentirse orientados y no-perdidos. Pero tomemos de entre esas convicciones una de las mas firmes: que dos mas dos son cuatro. Pero si analizamos esta constancia nos encontramos con algo sorprendente. Es probable que ninguno de vosotros
haya hecho nunca cuestion de si dos y dos son cuatro. ¿Que quiere decir entonces que les consta? Quiere decir que la han reeibido de su contorno social, que han oido decir eso: a ustedes les consta solo lo que a otros les consta. Usan esa conviecion, pero no es suya. Hacen ustedes como si les constase. Es una conviccion sin efectividad, ficticia. Y, viceversa, si un dia se hacen ustedes cuestion de si en efecto dos y dos son cuatro, y despues de hacerse cuestion de ello, y en vista de las evidentes razones, se convencen de ello, entonces ocurrira que es cada uno de ustedes quien tiene esa fundamentada conviccion, que ahora, despues de ser verificada, es vuestra y ya no le sigue perteneciendo a los otros.
Pero noten que esta constancia efectiva ha surgido solo porque, y solo porque, ustedes se hicieron cuestion del asunto, y mientras se hacian esta cuestion ello refleja que el caso era cuestionable, o, lo que es lo mismo, se sintieron perplejos, dudosos, de que dos mas dos fueran cuatro: es decir, ante tal afirmacion, se sintieron perdidos, desorientados. Y como lo propio acontence con todas las demas convicciones que poseemos, tenemos dos modos de orientacion:
Una, en que la orientacion es efectiva, en que, efectivamente, nos consta algo a cada uno de nosotros, pero este modo supone siempre, inexorablemente, una previa desorientacion, un previo no constarnos.
Y otra, en que la orientacion es ficticia, en que no es el si-mismo de cada cual el convencido sino un pseudo-yo que nos viene del contorno social, el cual ha suplantado nuestra efectiva personalidad."
Hagamos un alto en esta clara coyuntura para decir que la situacion en la que se encuentra "el hombre deprimido" pertenece, obviamente, a esa "orientacion ficticia" que intenta reorientarse y que, al hacerlo, confronta y se enfrenta a todo un Himalaya socioemocional que se lo impide.
Continuemos
"ESTA FITICIA ORIENTACION ES LA QUE N0 SUPONE DESORIENTACIONN PREVIA.
Asi, el hombre se puede encontrar en una de estas dos situaciones:
UNA AUNTENTICA QUE CONLLEVA LA DESORIENTACION Y POR LO MISMO NOS OBLIGA A ORIENTTARNOS, Y OTRA FICTICIA EN LA QUE NOS DAMOS POR ORIENTADOS.
¿Como es ésta ultima posible?
Como el hombre va viviendo en vista de su orientacion, del repertorio de sus convicciones, en el caso de la orientacion ficticia todos sus actos, toda su vida, sera ficticia. Si analizan ustedes su situacion notaran que esa orientacion en que se encuentran tiene un caracter provisional. Se dan cuentan de que la han adoptado, precisamente, para no hacers cuestion de las cosas, diríase que, porque, en verdad, por debajo de ella, en su ultima autenticidad, se presienten ustedes radicalmente desorientados, perdidos. Lo cual equivale a que huyen de su genuino si-mismo y lo sustituyen por una personalidad convencional. Pero es el caso cue yo he de tomar a ustedes donde estan, y estan en esa que, por lo pronto, adoptan como orientacion."
Lo que Ortega hace a continuacion es, una vez aceptada esa "orientacion" ficticia en la que su audiencia esta, convencida de sus certidumbres y creencias, es hacerles cuestionarsela para convertirla en otra "...en que la orientacion es efectiva, en que, efectivamente, nos consta algo a cada uno de nosotros, pero (pasando-) siempre, inexorablemente, (por) una previa desorientacion, un previo no constarnos"
Y esta seria la mejor terapia, la mejor clase de genuina Metafisica, que "el hombre deprimido" necesataría. Pero ello es muy dificil porque, en el fondo, una revolución política de este tamaño representaría, politica ontologica a suprimir, el desmoronamiento de todos los cimientos burgueses que matienen funcionando esta oficial desorientacion contra las que, a falta de adecuadas herramientas, "el hombre deprimido", a costa de su autodaño, alza como 'de-tour' individual en este 'cul-de-sac' sin salidas.
Los 'consejeros medicos' en estos casos se encontrarian en la disyuntiva, o de recetarle al pasajero al que los viajes maritimos lo deprimen, la pildora correspondiente, o el aconsejarle que en el primer puerto se bajase de la embarcacion...pero como resulta que no hay puertos en la nave de la locura social en la que vivimos, se les prescribe 'Prozac'.
Y una vez mas, la de-presión causada por la re-presión, aquella salva a ésta y ésta a aquella, y los grandes consorcios farmaceuticos se siguen riendo de todas las conferencias que Ortega y Gasset pudiera dar sobre Metafisica...
Y, para decodificar la respuesta, se citaba a Cristo en sus famosas palabras evangélicas de que todos los seres tienen dónde "apoyar sus cabezas", con la excepción del hijo del ombre. Y, por último, recurrimos a la metáfora poética del Zumbido de León Felipe.
Pero ahora tenemos que poner el asunto...digamos...en perspectiva ontologica, o, mas atinadamente dicho, en genuino parametro metafisico, existencial, que es donde la cuestion entra de pleno. Y que mejor camino para ello que tomar a un brillante existencialista,
ducho en los conundrums vivenciales del ser humano: Ortega y Gasset, que, con su "circunstancialismo" del hombre como "metáfora existente", nos sabrá cortar, como buen sastre, el traje que necesita aqui la criatura de nuestro tema, y sabrá ubicar, en sus correctas coordenadas, ese ser evangelico que no sabe dónde apoyar su cabeza y ese 'Zumbido' leonfelipiano dónde "todo ocurre en las asombras".
Asi iluminemos un poco esas sombras y nos daremos cuenta que el llamado "hombre deprimido" lo unico que trata de hacer, aunque nos parezca innaudito, es Metafisica en un cosmos donde la tremenda alienacion del "homo economicus" ha desmetafisicado totalmente todo el original sentido existencial del ser humano y ha hecho obligatorio el aceptar la impuesta desorientacion masiva --que no puede cuestionar las convencionales convicciones-- como unica "orientacion" reglamentariamente aceptada.
Es decir, el "hombre deprimido", consciente o subconscientemente, lo que intentar hacer es cuestionarse a si-mismo y a la validez de su entorno, orientarse en un mundo donde los cuatro puntos cardinales han sido secuestrados y sacados de la brujula para mantener la estabilidad del regimen.
Ni que decir tiene que, dada la colosal rigidez de la desorientacion del 'status quo' establecido, le pasa lo mismo que al siervo de la Edad Media que tratase de cuestionar la validez del Dios existente. El costo de ello es el detrimento psicologico. Pero escuchemos a Ortega lo que nos tiene que decir al especto:
"Decimos que hemos encontrado la verdad cuándo hemos hallado un cierto pensamiento que satisface una necesidad intelectual previamente sentida por nosotros; verdad es, por lo pronto, aquello que aquieta una inquietud de nuestra inteligencia. Sin esta inquietud no cabe éste aquietamiento.
Generalizando, tendremos que una verdad no existe propiamente sino para quíen la busca afanosamente, en fín, que la Metafísica no es Metafísica sino para quien la necesita.
Se necesita, precisamente, lo que no se tiene, lo que falta, lo que no hay, y la necesidad, el menester, son mas estrictamente tales cuanto menos se tenga; cuanto menos haya lo que se necesita.
El menesteroso de una ciencia, el que siente profunda necesidad de la verdad, se acercará cauteloso al saber ya hecho, lleno de suspicacia, sometiendolo a critica, precisamente porque necesita un saber con radical angustia, pensara que no lo hay y procurara deshacer el que se presenta como ya hecho.
Al colocar al hombre en la situacion de estudiante, se le obliga a hacer algo falso, a fingir que siente una necesidad que no siente.
La cultura o saber no tiene mas realidad que responder y satisfacer, en una u otra medida, las necesidades efectivamente sentidas; y el modo de transmitir la cultura es el estudiar, pero como ésto no es, precisamente, el sentir esas necesidades, tendremos que la cultura o saber se va quedando en el aire, sin raices de sinceridad en el hombre medio a quien se obliga a tragarse esa citada cultura tal como se le presenta. Esa cultura sin raigambre en el hombre, que no brota en él mismo, de su propio y espontaneo deseo y necesidad de aprender, de indagar en las cosas como una necesidad suya propia, carece de autoctonia, de autenticidad. Y asi, por debajo de la cultura recibida, pero no genuinamente asimilada, quedara intacto el hombre, sin pulirse, sin transcenderse, sin conocerse, es decir: quedara inculto el hombre.
Se explica asi, en parte, que el gigantesco progreso de la cultura haya producjdo un tipo de hombre como el actual.
El hombre hace Metafísica cuando busca una orientacion radical a su situacion. La vida del hombre se compone de situaciones. Siempre que se vive se vive en una determinada situacion. Y cualesquiera sean los ingredientes variables que forman la situacion en que yo me encuentre, es evidente que
esa situacion sera siempre "un vivir yo".
Por lo tanto, la situacion del hombre en la vida es vivir. La situacion del hombre ( esto es, su vida) consiste en una radical desorientacion.
Ahora, sustituyendo saber por orientacion, tendriamos que Metafisica seria el saber radical, pero como esta definicion llevaria implicito el conocimiento conceptual del saber ( que ha sido el uso constante de la filosofia), y yo no doy por supuesto y entendido lo que es el saber y lo que es el ser, dejaremos, como digo, sustituido el saber por orientacion"
Antes de partir hacia la idea del conocimiento, antes de iniciar la aventura del saber de las cosas, Ortega quiere discernir en que consiste ese saber, ese conociniento.
"Durante siglo y medio se considero como parte inicial y fundamental de la Filosofia la critica teoria del conocieminto, como durante mas de mil años se considero que la parte fundamental de la filosofia era la ontologia o teoria del ser. Hasta ahora la F. estudiaba el ser, el ser de las coasas, y se preguntaba: ¿que son las cosas?, pero no se reguntaba ¿que es el ser?. Esto lo daba por supuesto, Y parejamente, cuando la teoria del conocimiento se preguntaba: ¿que es el saber o conocimiento?, lo que buscaba era si era posible, como era posible, Pero jamas se le ocurrio entender la pregunta en su sentido mas obvio, radical y primario : ¿que es eso cuya posibilidad, funcionamiento, limites y normas estudiamos?. O dicho de otro modo: ¿como es que existe en el Universo ese algo que llamamos saber?, antes de averiguar si es posible o no .
Si saber y ser son los dos problemas fundamentales, definir la Metafisica (M) como saber radical es darla por supuesta, peor aun, es dejarse lo principal de ella en la puerta y comenzar cuando ya todo se ha dado por supuesto. La F . progresa cuando se hace cuestion de lo que hasta la fecha no habia sido cuestionado.
Por ello, la definicion de M. implica algo grave.
No dice que el hombre hace M. cuando su situacion es de desorientacion y solo entonces, admitiendo que puede hallarse en otras situaciones de hombre orientado, sino que taxativamente afirma que la situacion del hombre es siempre de desorientacion.
Tanto da, para el caso, decir sentirse perdido como decir desorientado. Y --el hombre-- se siente perdido, no a ratos, sino siempre.
Sentirse perdido implica, por lo pronto, sentir-se: esto es, encontrarse asi-mismo; hallarse, pero, a la par, ese si-mismo que encuentra el hombre al sentir-se consiste precisamente en un puro estar perdido.
Pues bien, si cada uno de ustedes retrae la atencion sobre si mismo no encuentra a éste en situacion de perdimiento y desorientacion sino al contrario"
Detalla ahora 0. todas las convicciones, creencias y principios y "verdades" que barajamos en nuestra vida diaria para no-sentirnos 'desorientados'.
Y prosigue:
"Decir que nos consta algo y decir que poseemos una conviccion con respecto a algo son terminos identicos. Yo acabo de eludir al repertorio de las convicciones que ustedes poseen, las cuales le hacen sentirse orientados y no-perdidos. Pero tomemos de entre esas convicciones una de las mas firmes: que dos mas dos son cuatro. Pero si analizamos esta constancia nos encontramos con algo sorprendente. Es probable que ninguno de vosotros
haya hecho nunca cuestion de si dos y dos son cuatro. ¿Que quiere decir entonces que les consta? Quiere decir que la han reeibido de su contorno social, que han oido decir eso: a ustedes les consta solo lo que a otros les consta. Usan esa conviecion, pero no es suya. Hacen ustedes como si les constase. Es una conviccion sin efectividad, ficticia. Y, viceversa, si un dia se hacen ustedes cuestion de si en efecto dos y dos son cuatro, y despues de hacerse cuestion de ello, y en vista de las evidentes razones, se convencen de ello, entonces ocurrira que es cada uno de ustedes quien tiene esa fundamentada conviccion, que ahora, despues de ser verificada, es vuestra y ya no le sigue perteneciendo a los otros.
Pero noten que esta constancia efectiva ha surgido solo porque, y solo porque, ustedes se hicieron cuestion del asunto, y mientras se hacian esta cuestion ello refleja que el caso era cuestionable, o, lo que es lo mismo, se sintieron perplejos, dudosos, de que dos mas dos fueran cuatro: es decir, ante tal afirmacion, se sintieron perdidos, desorientados. Y como lo propio acontence con todas las demas convicciones que poseemos, tenemos dos modos de orientacion:
Una, en que la orientacion es efectiva, en que, efectivamente, nos consta algo a cada uno de nosotros, pero este modo supone siempre, inexorablemente, una previa desorientacion, un previo no constarnos.
Y otra, en que la orientacion es ficticia, en que no es el si-mismo de cada cual el convencido sino un pseudo-yo que nos viene del contorno social, el cual ha suplantado nuestra efectiva personalidad."
Hagamos un alto en esta clara coyuntura para decir que la situacion en la que se encuentra "el hombre deprimido" pertenece, obviamente, a esa "orientacion ficticia" que intenta reorientarse y que, al hacerlo, confronta y se enfrenta a todo un Himalaya socioemocional que se lo impide.
Continuemos
"ESTA FITICIA ORIENTACION ES LA QUE N0 SUPONE DESORIENTACIONN PREVIA.
Asi, el hombre se puede encontrar en una de estas dos situaciones:
UNA AUNTENTICA QUE CONLLEVA LA DESORIENTACION Y POR LO MISMO NOS OBLIGA A ORIENTTARNOS, Y OTRA FICTICIA EN LA QUE NOS DAMOS POR ORIENTADOS.
¿Como es ésta ultima posible?
Como el hombre va viviendo en vista de su orientacion, del repertorio de sus convicciones, en el caso de la orientacion ficticia todos sus actos, toda su vida, sera ficticia. Si analizan ustedes su situacion notaran que esa orientacion en que se encuentran tiene un caracter provisional. Se dan cuentan de que la han adoptado, precisamente, para no hacers cuestion de las cosas, diríase que, porque, en verdad, por debajo de ella, en su ultima autenticidad, se presienten ustedes radicalmente desorientados, perdidos. Lo cual equivale a que huyen de su genuino si-mismo y lo sustituyen por una personalidad convencional. Pero es el caso cue yo he de tomar a ustedes donde estan, y estan en esa que, por lo pronto, adoptan como orientacion."
Lo que Ortega hace a continuacion es, una vez aceptada esa "orientacion" ficticia en la que su audiencia esta, convencida de sus certidumbres y creencias, es hacerles cuestionarsela para convertirla en otra "...en que la orientacion es efectiva, en que, efectivamente, nos consta algo a cada uno de nosotros, pero (pasando-) siempre, inexorablemente, (por) una previa desorientacion, un previo no constarnos"
Y esta seria la mejor terapia, la mejor clase de genuina Metafisica, que "el hombre deprimido" necesataría. Pero ello es muy dificil porque, en el fondo, una revolución política de este tamaño representaría, politica ontologica a suprimir, el desmoronamiento de todos los cimientos burgueses que matienen funcionando esta oficial desorientacion contra las que, a falta de adecuadas herramientas, "el hombre deprimido", a costa de su autodaño, alza como 'de-tour' individual en este 'cul-de-sac' sin salidas.
Los 'consejeros medicos' en estos casos se encontrarian en la disyuntiva, o de recetarle al pasajero al que los viajes maritimos lo deprimen, la pildora correspondiente, o el aconsejarle que en el primer puerto se bajase de la embarcacion...pero como resulta que no hay puertos en la nave de la locura social en la que vivimos, se les prescribe 'Prozac'.
Y una vez mas, la de-presión causada por la re-presión, aquella salva a ésta y ésta a aquella, y los grandes consorcios farmaceuticos se siguen riendo de todas las conferencias que Ortega y Gasset pudiera dar sobre Metafisica...
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