Washington construye su arsenal de revolución de colores contra Putin (*)
Paul Craig Roberts
En Serbia se están produciendo grandes protestas callejeras exigiendo el fin del gobierno del presidente Vucic. Con razón o sin ella, no puedo afirmarlo, Vucic es considerado amigo de Rusia.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró: «No podemos descartar la posibilidad de que tácticas bien conocidas empleadas para llevar a cabo revoluciones de color se estén utilizando ahora en Serbia».
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, dijo, con su característica debilidad: “Esperamos que los países occidentales, que a menudo explotan los asuntos internos de otros estados para promover sus intereses, se abstengan de realizar revoluciones de colores esta vez”.
Washington está provocando fricciones entre la Federación Rusa y las antiguas provincias de Asia Central de la Unión Soviética.
En Azerbaiyán, diez o más periodistas rusos han sido arrestados por cargos falsos, y Azerbaiyán ha negado el acceso consular de Rusia a sus ciudadanos encarcelados.
Esto tiene todas las características de una confrontación orquestada.
Lo preví, pero, por supuesto, Putin, el Indeciso, no estaba preparado, como siempre.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, declaró:
Hemos solicitado que se permita a los empleados del departamento consular de la embajada visitar a los ciudadanos rusos. Sin embargo, hasta el momento no se nos ha concedido el acceso.
Exigió que “aquellos que quieren dañar las relaciones bilaterales cesen sus intentos de agravar aún más la situación. Estas medidas causan graves daños a las relaciones interestatales”.
Así es como el Kremlin cierra los ojos ante la nueva agresión que Washington está desatando contra Rusia.
Tras no demostrar resolución ni destreza militar, Rusia se enfrenta ahora a dos revoluciones de color más mientras sigue sumida en Ucrania.
La humanidad de Putin al ignorar las provocaciones habla bien de él. La desventaja es que hace que el Kremlin parezca indeciso y reacio a afrontar el hecho de que la doctrina sionista estadounidense de la hegemonía estadounidense es una daga dirigida al corazón de Rusia.
Es simplemente increíble que a estas alturas Putin haga cualquier cosa, acepte cualquier humillación, para evitar ganar el conflicto en Ucrania.
Putin está a punto de implorar negociaciones que pongan fin al conflicto, tan temeroso está de resolverlo ganándolo.
Es la debilidad de Rusia, China e Irán ante la agresión estadounidense e israelí la que está llevando al mundo a la destrucción de una guerra nuclear.
Tarde o temprano, Rusia, China e Irán ya no podrán negar la realidad que enfrentan. Para cuando Rusia, China e Irán afronten la situación, será demasiado tarde para cualquier cosa que no sean armas nucleares.
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