El titulo parece contradictorio, pero no lo es.
Si bien el hombre desde la caída del matriarcado (Lewis H. Morgan) y el nacimiento del patriarcado ya explotaba a sus congéneres para robárle su fuerza de trabajo, no fue hasta la primera acumulación de capital que los capitalistas, por el reflejo condicionado de sus intereses y por la necesidad de incrementar la explotación del obrero, se convirtieron en grandes marxistas, antes que Marx, porque éste lo único que hizo fue descubrir y metodologizar lo que ya existía, lo mismo que Copérnico, Kepler y Newton, sólo pasaron a las formulas matemáticas de sus respectivos 'Das Kapital' las observaciones del cosmos que ya existía ante ellos.
Y el cosmos con el que se encontró Marx ya estaba montado por las mismas leyes y esquemas operativos con los que los capitalistas originarios lo habían diseñado...y ningún diseñador, en mayor o menor grado, es totalmente inconsciente del mundo que él crea.
Los capitalistas --los amos del capital y por lo tanto los dueños de la fuerza de trabajo-- fueron los iniciadores de la praxis marxista in situ usando el obvio dictum de que "el sueldo es el trabajo no pagado".
Porque --obviamente-- si se le paga al trabajador el equivalente al beneficio total que él da con su labor, no hay ganancia, por lo tanto no hay plusvalía, no hay capitalismo.
Por lo tanto, y como corolario de ello, la clase capitalista tiene mas conciencia de clase que la clase trabajadora, de lo contario no podría ser una clase explotadora.
Si el ladron no tuviera clara conciencia de que roba no podría robar, fracasaría tácticamente en su empeño.
Y es por ello que saben muy bien que si las gentes, apartando las trampas de los conceptos como democracia parlamentaria, derechos humanos, igualdad de oportunidades, elecciones, votos, etc., y demás anzuelos y pantallas, llegasen a saber como funcionan los bancos y como realmente trabaja la economía, en una palabra, si llegasen plenamente a descubrir la estafa que sufren, habría una revolución en veinticuatro horas. Y esto lo saben los estafadores. Y esto no se puede saber si ser grandes marxistas.
Y para ello, naturalmente, hay que haber adquirido una gran conciencia de clase.
Conciencia de lo que se hace, por lo que se hace y para quienes se hace, de lo contario no podría ser realizado, o si se llegara a realizar sería una mala realización, y según vemos todo está muy bien montado y ejecutado.
El poder, el control de los medios de explotación, producción, consumición y comunicación, no es solamente lo que le proporciona el poder a la clase dominante, porque el mantenimiento de todo ello se haría imposible si no vienese acompañado de una gnosis, de un conocimiento, de una preclara conciencia que sepa impedir, empíricamente, ideológicamente, represoramente, a cada instante, las correspondientes demandas e insurrecciones de la clase trabajadora.
Nadie ni nada puede combatir eficazmente a la clase obrera sin una plena conciencia de clase.
Por eso en ésta lucha de clases, en ésta guerra, ganan ellos, los grandes marxistas, los ricos, por algo detectan el poder.
El miedo que tienen es que ahora se estan dando cuenta, como vaticinó Marx --y esto no lo aprendieron debido a la intrínseca patología del régimen--, que el capitalismo, al mismo tiempo, por sus galopantes y colosales contradicciones internas, destruye su propia base social: el estilo de vida de la clase media, creando con ello dos cada vez mas diferenciadas clases: los que participan de la abundancia y los que se hunde en la pobreza y la degradación.
Ante este isoluble terremoto, ante el perpetuum mobile que generan las crisis capitalistas, "los grandes marxistas", comienzan a ver, mas que nunca, que en la descripción funcional del sistema, Marx llevaba razón y, por lo tanto, seguir impidiendo que las gentes sepan como funcionan realmente los bancos y la economía, cada día, a medida que se caen las máscaras, se dan cuenta de que cada vez esta tarea les costará un precio mayor.
Por eso ya no tratan mucho de impedir que las gentes sepan porque se dan cuenta de que hoy en día es una batalla perdida, por eso están concentrados, mas que nada, en que ésta gnosis pertubadora, en que ésta creciente conciencia al respecto, no alcance el poder. Y para eso están los llamados partidos políticos: para detener la revolución.
Y en esas estamos...