A Ted Kaczynski
que vió claramente el Laberinto
(y le pusieron el nombre
que debería llevar Truman)
Me levanto de la cama cargado con el equipaje
de los sueños, ese fardo que unas veces nos libera de nuestros fantasmas y otras nos deja frente a la Esfingie de nuestros miedos y engaños que se diluyen y desaparecen para dejar rostros y caras que nunca habíamos imaginado y que habitan dentro de nosotros
sin pagar el alquiler estipulado.
(¿Qué son los sueños?
¿En qué clase de ignoto trastero los acarreamos?
¿En qué clase de lengua se expresan?
¿Sobre qué nos avisan y nos advierten?
¿Qué arcanos pasadizos envuelven sus semánticas
y misteriosos altozanos?
¿Por qué no se dan en la misma lengua
con la que en nuestra cotidianidad nos expresamos?
Solo hemos hecho interpretarlos
pero nunca hemos averiguado
la clase de necesidad que los generan,
como y para qué surgen
y cúales son sus girasoles y significados.
¿O es que tal vez la misma vida humana sea tan solo eso:
un sueño donde la conciencia no es mas que una prestidigitación llevada a cabo por un extraño mago,
que, a distancia, controla los hilos de nuestro existir
sin consultarnos?)
Y salgo --velocidad de escape: 11 kmts/segundo--
del absurdissimum del cosmos del homo sapiens;
es decir, de mi cosmos, del de todos.
No es fácil
Pero merece la pena el intentarlo.
Para mi: una necesidad;
un obsesión en nefrítico estado;
una liberación forzada
que se safa del "Ser y el Tiempo"
que Heidegger había protagonizado;
un viaje interplanetario que nos lleva
a ver y sentir ésta evolución extraviada
del ser humano como algo corregible
en la --inútil y divina-- catacumba en la que habitamos.
Si, es verdad que nada es sin alguna razón
(nihil est sine ratione)
Si, es verdad que cada ser tiene su razón
(omne ens habet rationem)
Y que ya los sabios nos han explicado cómo y por qué se mueve la locomotora de la Humanidad, la hélice del barco donde vamos.
Y han acertado en muchas cosas, y han descifrado mucho en qué consiste la cohesión interna de ésta histórica y mítica realidad que cargamos en la que un día, por querer ser dioses, rompimos la prohibición y comimos de aquel fatídico Árbol para despues cubrirnos nuestros genitales
--los mismos que habían pecado--
con aquellas hojas de parra que aún llevamos como tapa-rabos...las mismas que recibieron aquel castigo del cual nunca nos escapamos:
"A partir de ahora moriréis"
Y asi llegó la muerte a una vida Natural
que hasta aquel día habíamos llevado.
Y asi nacieron la cultura y las religiones...
para quitarnos de encima ésta sentencia
que debemos cumplir
con la nueva conciencia que la transgresión ancestral
nos implantó al no obedecer lo mandado.
...Y han acertado en muchas cosas,
esos sabios que trataron de guiarnos.
Incluso en la Génesis bíblica que nos han pasado.
Pero falta algo...algo que no cuadra con lo explicado; como un cable suelto que no se quiere amarrar para que no quede solucionado el rompe-cabezas que nunca completamos; que no se quiere atar no vaya a ser que al sujetarlo veamos el puerto al que hemos arribado. Y entónces nos decimos: no, ahí no vamos a entrar no vaya a ser que nos hundamos. Y giramos el timón y navegamos para otro lado.
Y al ir para otro lado...quedamos encallados.
Y ya hemos llegado a un punto que vayamos hacia donde vayamos siempre nos encontramos que, al solucionar el problema de turno, creamos mil más con los mismos e idénticos resultados.
Como si ya no pudiésemos dar la marcha atrás a sabiendas de que andando hacia adelante también nos encontraremos con los mismos batacazos.
Y asi nos encontramos en un cul-de-sac donde se generan, en contradicciones perpetuas, un tornillo sin fin cuyos engranajes nosotros mismos hemos ido creando.
Extraño y barroco destino el de una especie tan inteligente que no atina a salir del laberinto que ella misma, para progresar, se ha ido forjando; como si para escapar del laberinto de la trampa donde hemos quedado encerrados nos hubiera dado por asesinar a Ariadna y destruir el Hilo conductor que a la puerta de salida nos hubiése llevado...
Porque al puerto donde hemos arribado
es al absurdus absurdissimum
de un mundo que,
habiéndo ya alcanzado los medios
que hoy en día proporcionan
un Sistema Tecnológico tan sofisticado
mediante el cúal podríamos compartir todos
las riquezas y bellezas
de éste hermoso y único Planeta tan paradisíaco...
hemos optado por el camino canibalístico
de comernos a nosotros mismos y despedazar
todo lo que tenemos a nuestro lado:
la tierra,
el mar,
el cielo,
nuestros hermanos...
Que raro...¿no...
que asi termine éste ser tan inteligente,
tan polifacético y adaptativo
a cualquier medio y circunstancias
que le presentaron las adversidades
para subsistir en cualquier lado?
Que raro...¿no...
que asi termine un ser cuyas manos
sirvieron para tallar desde hachas de piedras
hasta interpretar al piano
las sinfonías de Beethoven
que todos escuchamos?
¿Como esas manos,
éste cerebro tras ellas,
no nos han podido servir para hallar
ese Hilo de Ariadna
para salir de ésta trampa
que nosotros mismos nos hemos fabricado,
y en lugar de ello hemos puesto en nuestras manos
el burdo pico destructivo
de un absurdus absurdissimun progreso
que, a ciegas, va rompiendo paredes
sin saber si es correcta la dirección
que tomamos?