El hombre se mueve justamente
como ese tempano de hielo,
de aquí para allá,
a merced de la corriente,
sin marcha atrás.
Sus pensamientos son conducidos
por una fluída fuerza...
cuándo está contento,
cuándo siente miedo,
cuándo el frío derrite sus huesos,
cuándo está apesadumbrado
y ya no puede caminar.
Su mente lo puede trastornar
como una inundación
haciéndole palpitar el corazón
y sofocar su respirar
como una disminución del tiempo,
y ello lo dejará helado.
Y entónces pasará que nosotros,
en nuestra pequeñez,
en nuestra soledad,
nos sentiremos a la deriva,
de aquí para allá,
a merced de la corriente,
como un tempano de hielo...
sin poder articular palabras.
Pero ocurrirá que las palabras
que necesitamos
afloraran por sí solas
y encontraremos una nueva canción.
Orpingalik,
poeta esquimal
(Todo lo demás
es de los otros,
del universal glacial,
ese donde te empujan
para subir y bajar)
(Todo lo demás
es de los otros,
del universal glacial,
ese donde te empujan
para subir y bajar)