Maniquí de escaparate.
Momificado en el tiempo
para vender vestidos y trajes,
oropeles de espumas alienantes
en posición fija e incansable.
Reproducción humana
de cebo de comerciante.
(El hombre se copia a sí mismo
cómo narciso desafiante)
Tú mirada perdida,
tu pose imperturbable
rompiendo eternidades.
Yo te miro esperando
a que un día te canses
y cortes esos hilos mágicos
que aprisionan tu vida,
solidificada y distante,
y quebrando tú mudez
de regiones fantasmales,
le digas a los que pasan sin mirarte,
que a todos nos han convertido
en maniquíes para vendernos y hacernos
más rentables,
para hacernos mas manejables
y ponernos en nuestros pedestales.
Maniquí,
maniquí de escaparate.